• En aquel entonces, Orcel estaba en Merrill Lynch, pero UBS asumió el compromiso de pago
emilio botin, santander

Noviembre 2007. Falta casi un año para que la quiebra de Lehman desate la Gran Recesión, pero ya empiezan los prolegómenos. Entre ellos, la caída del holandés ABN Amro, que tiene que trocearse para venderse. El Santander compra el Banco Real en Brasil y el Antonveneta en Italia... que revende dos semanas después con una plusvalía de 2.400 millones. Es el mayor pelotazo de Emilio Botín, que diseña y ejecuta su banquero de cabecera: Andrea Orcel. Y cobra un jugosísimo bonus por ello.

Este bonus, que Orcel cobra cuando es todavía jefe de banca de inversión de Merrill Lynch, asciende a algo más de 30 millones, según fuentes al tanto de esos acontecimientos. Y es el origen del bonus de la discordia que ha enfrentado a Santander y UBS, y que, a la postre, ha dado al traste con su fichaje como consejero delegado del banco español.

Posteriormente, llega la crisis. Merrill Lynch se hunde, como la mayoría de los gigantes de Wall Street, y tiene que ser vendido a toda prisa a Bank of America para salvarse. Los nuevos dueños de la entidad imponen una durísima reducción de empleo que Orcel tiene que ejecutar, lo que le pone en la rampa de salida. Así, en 2012 Orcel protagoniza uno de los movimientos más sonados de la banca de inversión al fichar por el suizo UBS.

Como es lógico, la condición que impone el italiano para el fichaje es que UBS se haga cargo de esos derechos generados en Merrill a raíz de la operación de Antonveneta (y otras de menor dimensión). La entidad suiza acepta. Y la suma engorda en los años siguientes mediante diversos bonus y compromisos por pensiones hasta alcanzar los famosos 55 millones que la heredera de Emilio, Ana Botín, se niega a pagar por los motivos que explica hoy Bolsamanía.

Es decir, se da la paradoja de que la suma que ha impedido el fichaje de Orcel por el Santander fue generada por el propio Santander.

LA MAYOR ADQUISICIÓN DE LA HISTORIA SOLO LE SALIÓ BIEN A BOTÍN

La operación de ABN Amro fue la mayor adquisición bancaria de la historia hasta ese momento, y fue protagonizada por un consorcio firmado por Santander, Royal Bank of Scotland y Fortis. Emilio Botín se quedó con lo mejor, mientras que a Fortis esta adquisición le costó la quiebra. El Royal también estuvo a punto de caer, pero le rescató el Gobierno británico.

La parte del banco cántabro ascendía a 19.900 millones de euros, incluyendo 6.640 millones de Antonveneta. La jugada magistral consistió en revenderlo solo dos semanas después por 9.000 al... Monte dei Paschi di Sienna. El 'Financial Times' la calificó como "la operación de su vida" para Botín. Por el contrario, la compra ayudó al hundimiento del banco más antiguo del mundo, que a día de hoy es insolvente pero continúa vivo gracias a la respiración asistida del Estado italiano.

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