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Andrea Orcel y Ana BotínBanco Santander

El conflicto entre Andrea Orcel y el Banco Santander va a acabar en los tribunales de forma inminente, salvo sorpresa de última hora. El banquero italiano ha decidido demandar a la entidad una vez que las negociaciones encargadas al bufete De Carlos Remón han concluido con una serie de propuestas de su presidenta, Ana Botín que Orcel considera inasumibles, según fuentes cercanas a sus asesores.

Botín declaró el viernes en un encuentro con periodistas en el marco de la junta general de accionistas del banco que "no contemplamos" llegar a un acuerdo con Andrea Orcel para compensarle por la marcha atrás en su nombramiento como consejero delegado.

Estas declaraciones han causado honda sorpresa en las filas del exresponsable de banca de inversión de UBS, según las fuentes citadas, puesto que no es habitual que una de las partes diga públicamente que descarta un acuerdo amistoso en medio de una negociación. Máxime, cuando Ana Botín ha reconocido que la decisión de desistir de la contratación de Orcel fue unilateral del propio banco.

Además, en esta negociación el Santander ha realizado propuestas muy alejadas de una solución razonable, por lo que el banquero italiano las considera inasumibles, siempre según las fuentes. En esa tesitura, Orcel y sus asesores consideran que no les queda más remedio que demandar al Santander en los tribunales (salvo que se produzca a última hora un vuelco a los acontecimientos muy poco probable).

ORCEL NO PIDE 50 MILLONES

Como informó Bolsamanía, el banquero de inversión contrató a este pequeño despacho de abogados para que llevara las negociaciones con Santander para tratar de alcanzar un acuerdo amistoso; y, en caso de no ser posible, para preparar una demanda.

Lo que pide Orcel no son los famosos 50 millones a los que renunció en UBS para poder fichar por el Santander (y que son la causa oficial de que Botín finalmente no le contratara), sino algo más complejo. La estrella de la banca de inversión considera que Ana Botín, al dar marcha atrás, ha puesto fin a su carrera profesional pese a contar solo con 55 años, ya que no va a poder fichar por ninguna otra entidad.

Por tanto, lo que pide es una compensación por este perjuicio por una cantidad muy inferior -y ya buscará otra solución para el bonus de UBS-. Pero, como siempre ocurre en estas situaciones, las cifras que pide Orcel y las que ofrece Botín están alejadas. Esas ofertas son tan bajas que van a llevar el caso finalmente a los tribunales.

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