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AP Photo/Matt Rourke

Donald Trump tiene clara cuál va a ser la estrategia a seguir en la guerra comercial con China. Al menos, así lo creen los expertos, que apuntan que el presidente de EEUU va de farol con su último acercamiento porque en realidad ahora no necesita el acuerdo, sino dentro de un año. Por eso, creen que alargará la agonía y que no firmará un trato con Pekín hasta justo antes de las elecciones presidenciales.

Y es que hacerlo antes podría perjudicarle de cara a la reelección. "Si hay acuerdo ahora, o en septiembre u octubre, tiene un año para desmoronarse. La gente vería las debilidades, y sabría si China está cumpliendo o no", lo que puede acabar con las aspiraciones electorales de Trump. Son las palabras de William Reinsch, un experto en comercio del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), que en una entrevista en la CNBC ha puesto fecha al acuerdo: octubre de 2020.

"Un movimiento inteligente para Trump sería tratar de llegar a un acuerdo en octubre de 2020, porque entonces la gente habría votado antes de darse cuenta de si es bueno o no", ha remarcado. Los estadounidenses están llamados de nuevo a las urnas en noviembre del año que viene, y el republicano ya ha puesto en marcha la maquinaria de campaña para mantenerse en la Casa Blanca cuatro años más, una estrategia en la que juega un papel muy importante el conflicto que mantiene con el gigante asiático.

En los últimos días el enfrentamiento Washington-Pekín ha escalado considerablemente, con un toma y daca arancelario por parte de ambas potencias, aunque ahora los dos países han querido romper una lanza en favor del entendimiento y la negociación, sobre todo para tratar de calmar el ánimo de los inversores y de los consumidores. Sin embargo, algunos expertos creen que Trump podría haber ido más allá de lo que debía, de forma que ahora sí que ha puesto en juego su reelección.

Como dicen los analistas de Oanda, las represalias de Trump (ha aumentado los aranceles sobre 250.000 millones de dólares de bienes importados de China del 25% al 30%, y también ha elevado los impuestos que debían comenzar en septiembre sobre los 300.000 millones de dólares de productos chinos del 10% al 15%) son "una medida arriesgada, aleatoria y demasiado rápida que castigará al consumidor estadounidense y posiblemente hará que la economía estadounidense esté más cerca de una recesión para las elecciones de 2020", lo que no le beneficiará en la carrera electoral. El republicano, que quiere tener una posición de negociación dominante, "puede haberse excedido en su juego", dicen estos expertos, que apuntan que hace unos días Trump tenía las de ganar con la guerra comercial y su candidatura a la reelección, pero "en los últimos días se ha planteado la posibilidad de un resultado de pérdida".

Los expertos de Berenberg, por su parte, ya no esperan una resolución parcial del conflicto comercial entre EEUU y China "antes de la primavera de 2020". Eso como pronto. Como explican, "dado que siguen dispuestos a hablar, sigue siendo posible una sorpresa positiva en forma de una resolución parcial de al menos algunas cuestiones arancelarias", que no llegaría, en cualquier caso, hasta bien entrado el año que viene. Y en S&P Global Ratings aseguran que el acuerdo está más lejos que nunca. "Las últimas represalias en la disputa comercial entre EEUU y China parecen echar por tierra cualquier posibilidad de una resolución a corto plazo", remarca la agencia de calificación en su último informe, en el que indica que "la incertidumbre minará aún más la confianza de los negocios globales y de los inversores".

LA NEGOCIACIÓN NO DESCARRILARÁ

No obstante, pase lo que pase, los expertos coinciden en que la negociación no descarrilará. Ninguna de las dos potencias quiere presentarse como la causante del fracaso de las conversaciones, porque eso perjudicaría su imagen política, de forma que aguantarán como sea los envites de su contrincante. "Si Trump se retira, sería un gran fracaso para él porque se ha pasado un año tuiteando sobre los progresos que estaban haciendo, diciendo que las negociaciones fueron geniales... Tirar todo por la borda ahora le sometería a grandes críticas", ha remarcado Reinsch.

Y los chinos también se enfrentan a la misma encrucijada. Como dice el experto en comercio del CSIS, "en el lado chino han pasado mucho tiempo afirmando que ellos son los buenos, que respetan las reglas, por lo que si se retiran eso perjudicará su imagen". Sin olvidar que, además, esa circunstancia permitiría a Trump "culpar a China, lo que le daría una imagen de victoria" que Pekín quiere evitar a toda costa.

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