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La falta de atractivo de los activos europeos y el decepcionante ritmo del crecimiento en la Eurozona han llevado a los analistas de S&P a mostrarse pesimistas sobre el avance del PIB de los países del euro y el desempeño de la moneda única. En su última nota de perspectivas europeas han subrayado que apuestan por una prolongada debilidad de la divisa y han rebajado sus previsiones de crecimiento para la región en una décima.

Así, sus previsiones de expansión de la economía europea son ahora de un 2% en 2018 (frente a un 2,1% anterior), mientras mantienen su predicción para 2019 en el 1,7%. “La debilidad relativa de la economía de la Eurozona, el endurecimiento de la política económica de la Reserva Federal de EEUU (Fed) más rápido y la incertidumbre política ha hecho que los activos en euros sean relativamente menos atractivos que sus contrapartes en EEUU, alejando el dinero del euro", ha asegurado la economista de la agencia de rating Marion Amiot.

Eso sí, la experta ha avisado de que las recientes sorpresas en los datos macro de los países comunitarios pueden provocar cierta presión alcista en la moneda hacia finales de este año. Pero “al margen de cierta mejora en el último trimestre de este año, la continua divergencia en la política monetaria probablemente sea el lastre más fuerte de moneda única hasta mediados de 2019”.

“Con la Fed aumentando el ritmo de sus alzas de tipos de interés desde la mitad del último año, y con los del Banco Central Europeo (BCE) estacados, las tasas a corto plazo entre los EEUU y la Eurozona han divergido más rápidamente, contribuyendo a la depreciación del euro de este año”, completa la analista.

Amito, además, subraya que los riesgos políticos, como las negociaciones Brexit y las negociaciones presupuestarias de Italia, “también ejercerán presión bajista en la moneda al menos hasta mediados de 2019”. Como resultado, “no vemos mucho potencial para que el euro se aprecie durante los próximos tres trimestres”, prosigue.

EL BCE TIENE LA CLAVE

En cambio, después del verano de 2019, y en cuanto el banco central inicie su ciclo de incrementos de tasas, unido a la perspectiva de que se haya disminuido el riesgo político, con un Brexit ya en marcha, “el euro empezará a apreciarse contra el dólar”, prevé la economista. Y será así “especialmente teniendo en cuenta que el euro se ve infravalorado mirando el fuerte superávit de la cuenta corriente de la Eurozona”, redondea la experta.

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