• El presidente del BCE llega a esta cita tras conocerse la fuerte discusión que mantuvo con Schäuble el fin de semana
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"No se puede dejar de sentir un poco de pena por el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi", empieza un artículo de CNBC, y algo de razón tienen. A Draghi le ha tocado asumir uno de los más grandes desafíos para un presidente del BCE, contribuir a mantener una Europa sólida, unida y solvente. Draghi ha cargado en los últimos meses sobre sus espaldas el coste de la posible salida de Grecia de la zona euro. De ahí que para la CNBC, el normalmente sonriente presidente italiano del banco central en lugar de celebrar una mejora de la economía de la zona euro, se encuentra ahora atrapado en el centro de la última tormenta griega.

Una de las peores tormentas y que se produce además con un BCE que se encuentra también en medio de otra: la de contrarrestar la deflación que desde hace tiempo ha caído como una sombra para el conjunto de la zona euro. El BCE además de las ayudas a Grecia, mantiene su programa de compras de activos por 60.000 millones al mes para el conjunto del sistema de la zona euro.

Así, en lugar de celebrar los avances y progresos obtenidos con el programa de estímulo monetario, Draghi ha tenido que llevar consigo la 'cruz' de la crisis griega. El economista italiano sabe además muy bien que el BCE es una institución estrictamente independiente y que no puede ser vista como un organismo politizado por la situación en la que se encuentra Grecia, recuerda la CNBC.

El normalmente sonriente presidente italiano del banco central en lugar de celebrar una mejora de la economía de la zona euro, se encuentra ahora atrapado en el centro de la última tormenta griega.

"Tristemente para Draghi, un grupo de 'duros' periodistas le esperan este jueves para preguntarle exactamente aquellas que él no quiere responder, como: ¿Qué pasa ahora con los bancos de Grecia?", dice el artículo. Sí, Draghi se encuentra viviendo lo que sería su propia novela: "ser presidente del BCE en los tiempos del cólera".

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¿DÓNDE SE CENTRA LA ATENCIÓN?

En todo caso, según recoge el artículo, para Frederik Ducrozet, economista de la zona euro en Credit Agricole, la atención este jueves se centrará en el próximo movimiento que hará el BCE sobre ELA (el fondo de asistencia de liquidez de emergencia).

El BCE está apoyando a los bancos griegos a través de la Asistencia de Liquidez de Emergencia (ELA), es decir, de una serie de préstamos concedidos para ayudar a la banca a mantener su solvencia. Esta ayuda, cuyos niveles se han mantenido a pesar de las mayores necesidades de los bancos y cuyas exigencias han aumentado a través de una revisión de las garantías, provienen de los bancos centrales de cada país de la zona del euro. Justamente, la decisión del BCE de aumentar, la semana pasada, el monto de la garantía que Grecia necesita para estos préstamos fue interpretado por el mercado como un movimiento profundamente político en momentos en los que Grecia aún estaba decidiendo sobre la conveniencia de aceptar los términos de austeridad de los acreedores.

Draghi, sin duda, dice la CNBC, tienen que justificar ahora y antes las cámaras este movimiento, así como un posible aumento del efectivo a Grecia y la condición de los países afectados por la deuda en los nuevos términos del rescate el miércoles.

En todo caso, la posibilidad de que el BCE aumenta el ELA a los bancos de Grecia dependerá, según algunos analistas, al avance en las negociaciones."Probablemente solo opte por aumentar el ELA después de que el parlamento griego apruebe los requisitos previos para iniciar las conversaciones para un tercer plan de rescate" dijo Eirini Tsekeridou, analista de Julius Baer, según recoge CNBC.

En todo caso, no será un día nada fácil para Draghi que, además, tuvo que enfrentarse el fin de semana (uno de los más largos) a una de las más tensas discusiones de su trayectoria y nada menos que con el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble. "La feroz disputa por los problemas de deuda de Grecia provocaron un escenario violento y duro, Schäuble no soportaba el tono condescendiente de Draghi y llegó a gritar: "No soy estúpido", revelaba en un artículo Reuters. Un comentario que obligó al presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, a levantar la sesión hasta la mañana siguiente. Veremos.

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