• También abordarán la inversión en infraestructuras, la deuda de la Generalitat o la agenda social
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‘Fumata blanca’ en la Generalitat. Desde el Ejecutivo autonómico se ha confirmado por fin que se celebrará la reunión de marras entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el del Govern, Quim Torra. Después de todas las gestiones del Ejecutivo y del esfuerzo, principalmente, de la vicepresidenta, Carmen Calvo, desde Moncloa también ha certificado que habrá encuentro. Harina de otro costal es qué esperan conseguir unos y otros de la cumbre y qué está dispuesta a ceder cada parte. La realidad es que más bien poco de una cumbre bilateral en petit comité que tendrá lugar el jueves, 20 de diciembre, a las 18:00 horas en el Palau de Pedralbes.

La principal reclamación de la Generalitat es dotar la reunión de contenido político. Es decir, el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, i la consellera de Presidència, Elsa Artadi, que llevan semanas trabajando en la cita, pretenden evitar que no pase de la mera escenificación de un reencuentro para la foto. Del lado del Ejecutivo central se persigue un objetivo primordial: aprobar los Presupuestos Generales del Estado (PGE). “Sánchez insistirá en obtener los apoyos de los partidos independentistas a las cuentas para el año próximo para facilitar posteriormente los Presupuestos catalanes”, explican fuentes socialistas a Bolsamanía.

Así, la trascendencia de esta conversación es tal que Artadi y Aragonés quieren ejercer de ‘pretorianos’ de Torra en un formato de cumbre a medio camino entre una de gobiernos que quiere el Govern y el ’tête-à-tête’ que busca Moncloa. Las informaciones que han trascendido apuntan a que finalmente se celebrará el jueves, en la vigilia del Consejo de Ministros -así lo ha confirmado la vicepresidenta-, y que incluirá a tres ministros y tres consellers, además de los presidentes. No obstante, para que no parezca una cumbre de gobiernos, se baraja que se reúnan por separado.

Sobre la mesa estarán los 2.200 millones de euros pactados entre el PSOE y Podemos, que permitirá al Ejecutivo autonómico “mejorar sus políticas sociales”, prosiguen desde el PSC, así como “la necesidad de la reducción de la deuda de la Generalitat de Catalunya vía el Fondo de Liquidez Autonómica”, exponen.

“Si alguien entiende que con dos reuniones al año vamos a acabar acordando o no un referéndum o cualquier otra cosa, que se tranquilice un poco”, reclaman desde el PSC

Aparte, “plantearemos medidas que tienen que ver con la ya conocida subida del salario mínimo interprofesional, pero también sobre educación, sobre el ingreso mínimo vital que se quiere poner en marcha el año que viene con el fin de asegurar recursos mínimos suficientes para la infancia o la recuperación de la inversión en dependencia”, redondean las mismas fuentes del partido.

Pero no les saldrá gratis. Sabedores de que sin el respaldo del Congreso a sus cuentas, Sánchez no puede seguir hasta 2020, el gobierno catalán apretará las tuercas del PSOE y podrá sobre la mesa el apoyo del PSC a los Presupuestos de la Generalitat y, cómo no, abordarán la autodeterminación de la región y un referéndum. “Sánchez insistirá en el compromiso de su Gobierno de buscar una solución acordada, en la reforma del Estatuto de Autonomía que otorgará una mayor autogestión de los recursos en Catalunya, de autogobierno y de mejoras en la capacidad de gestión de la propia Generalitat”, señalan desde el entorno del Ejecutivo. Medidas “que deberán ir acompañadas de una reforma de la Constitución”, puntualizan.

“Si alguien entiende que con dos reuniones al año vamos a acabar acordando o no un referéndum o cualquier otra cosa, que se tranquilice un poco porque este proceso va a ser largo, difícil y, por lo tanto, estamos todavía a años luz de llegar a un consenso respecto a este tema”, sentencias las mismas fuentes.

INVERSIONES EN INFRAESTRUCTURAS

No son los únicos temas que se reclama a Torra y Sánchez que traten. El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls, en cuyo edificio -la Llotja de Mar- se celebrará el Consejo de Ministros del 21 de diciembre, reivindica que “se debatan las inversiones en infraestructuras de mercancías y de personas, que son básicas para la economía”. Así, espera que tanto del encuentro entre presidentes como de la reunión ministerial salga algún anuncio en este sentido, especialmente relacionado con las vías ferroviarias o la estación de La Sagrera.

En este sentido, Sánchez avanzó a los periodistas, durante la tradicional copa de Navidad con los medios que el Ejecutivo tiene previsto dar luz verde a algunas medidas de infraestructuras que beneficiarán específicamente a Catalunya, junto con otras medidas de carácter más simbólico que no ha quiso avanzar. “Las inversiones en este sector se harán aparte de los más de 2.000 millones de euros acordados”, señalan fuentes conocedoras, que enfatizan las bondades para la región: “Decir ‘no’ a estos Presupuestos es un suicidio colectivo y una irresponsabilidad política”.

ESTADO DE LAS NEGOCIACIONES PARA LA REUNIÓN

Con todo, el formato, lugar y hasta el día de la reunión entre Sánchez y Torra sigue en el aire, mientras la presión sobre el president de la Generalitat es máxima para acceda a un encuentro con el líder del Gobierno.

Pero el desacuerdo llega hasta los más pequeños detalles ya que nadie quiere ceder ni un ápice. El Govern insiste en una cumbre entre Gobiernos y se ha barajado un encuentro el 20 de diciembre, con motivo de la entrega de premios Carles Ferrer Salat de Foment del Treball. El Ejecutivo central presiona para que sea un encuentro entre presidentes, después del Consejo de Ministros que se celebrará el 21 de diciembre en la Llotja de Mar de Barcelona. A estas horas se impone la voluntad del Ejecutivo autonómico: lo más probable es que el encuentro sea el jueves y que la reunión entre ejecutivos prevista para esta semana sea "bilateral".

Torra no tiene interés alguno en que Sánchez y su Gobierno adelanten su llegada a Barcelona y menos aún de verse relegado en una cena de gala a la que, si asiste el jefe del Ejecutivo español, él ya no será la más alta autoridad, reconocen fuentes gubernamentales. Sánchez, por su parte, tampoco ha confirmado que asista a la gala de premios.

Pero en el Gobierno también hay partidarios de limitar la presencia de los miembros del Ejecutivo la víspera de la reunión del Consejo. Esa es la opinión del titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que prefiere que a la gala de la patronal asistan los ministros imprescindibles.

En definitiva ni Sánchez ni Moncloa confirman si el presidente finalmente tendrá una entrevista bilateral con Torra aprovechando su presencia en Barcelona. Sí ha señalado que es su obligación mantener una relación lo más normalizada posible con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, pese a que no sea el mejor interlocutor en Cataluña.

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