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Pedro Sánchez con la primera ministra británica Theresa MayPRESIDENCIA DEL GOBIERNO

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha planteado a la primera ministra británica, Theresa May, la celebración de un segundo referéndum para que Reino Unido pueda volver a la Unión Europea en un futuro, después de haberse oficializado el divorcio entre ambas partes, para el que espera un acuerdo en diciembre.

"Si yo fuera Theresa May, convocaría un segundo referéndum sin duda", ha expresado Sánchez en una entrevista concedida a la revista 'Político' en La Moncloa. "Me gustaría que el Gobierno británico convocase un segundo referéndum. No quiero decir ahora, sino en un futuro, de forma que pueda volver a la UE. De otra forma, pero de vuelta a la UE", ha precisado.

"Me gustaría que el Gobierno británico convocase un segundo referéndum. No quiero decir ahora, sino en un futuro, de forma que pueda volver a la UE"

El presidente del Gobierno, que ha calificado a Reino Unido como "un maravilloso país", ha lamentado que la salida de Londres del proyecto comunitario es "una gran pérdida" para las dos partes, y ha confiado en que la decisión pueda "reconsiderarse" en el futuro.

Para Sánchez, Londres ha ejercido una "influencia positiva" en el desarrollo del club europeo, pero ha afirmado que ha entrado en un camino de "ensimismamiento" que "no va a ser bueno ni para Reino Unido ni para Europa". En cualquier caso, el presidente del Gobierno ha destacado en la entrevista que los negociadores europeos y británicos deben alcanzar un acuerdo "lo más pragmático posible" que "priorice el interés general del conjunto de la UE". Del mismo modo, ha confiado en que ambas partes cierren este pacto en diciembre.

"Estamos ahora más cerca de un acuerdo que hace tres semanas y esperemos por tanto que podamos lograr un acuerdo en diciembre", ha expresado.

Por último, Sánchez ha agradecido a su homóloga Theresa May el compromiso de su Gobierno para garantizar los derechos de los españoles que viven en Reino Unido y ha garantizado que su Ejecutivo hará lo mismo con los derechos de los 300.000 británicos que viven en España.

El principal escollo entre Londres y Bruselas sigue siendo la solución para evitar que se instale de nuevo una frontera física y "dura" entre Irlanda e Irlanda del Norte, por temor a que ello pusiera en riesgo los Acuerdos de paz de Viernes Santo.

La Unión Europea exige tener preparado un plan de emergencia ('backstop' en la jerga comunitaria) para el Úlster en caso de que no hubiera un acuerdo que permitiera una frontera "blanda" en el futuro, pero Reino Unido intenta limitarlo en el tiempo y tener el poder de desactivarlo de manera unilateral, algo que los europeos rechazan de plano.

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