Los expertos de la agencia de calificación Fitch han concluido en su último informe que las instituciones financieras que se concentran en los mercados emergentes tienen un mayor riesgo de enfrentarse a un escenario de estanflación por la guerra.

Puede consultar aquí el directo especial de 'Bolsamanía' sobre la guerra.

Sus analistas han evaluado la vulnerabilidad de las calificaciones de varios subsectores de las instituciones financieras ante un escenario adverso plausible, en el que la inflación aumenta significativamente y la economía mundial se desacelera drásticamente. Estas compañías de ciertos mercados emergentes se enfrentarían a "riesgos más altos de acciones de calificación negativas, en la mayoría de los casos impulsadas por acciones de calificación soberana".

Argumentan que las acciones soberanas afectarían a las calificaciones de incumplimiento de emisor impulsadas por el respaldo soberano o limitadas por el techo del país o la calificación soberana.

"La mayoría de las calificaciones de instituciones financieras tienen suficiente margen de maniobra en el escenario, y es probable que la solvencia y la liquidez se mantengan sólidas. En la mayoría de las jurisdicciones, no esperaríamos que los entornos operativos se vieran afectados materialmente", explican.

Destacan que en el caso de los bancos, el principal impacto sería en algunos mercados emergentes europeos, reflejando la sensibilidad a los efectos directos del escenario y el conflicto. Para las instituciones financieras no bancarias, "los arrendadores de aeronaves se verían afectados globalmente debido a precios más altos de combustible y billetes, menor número de pasajeros y mayores deterioros".

Por otro lado, las aseguradoras verían un aumento de los costes de los siniestros debido a la mayor inflación y la presión sobre la calidad de los activos debido a la desaceleración económica, efectos que se verían mitigados por las tasas de interés más altas.

En el caso de los fondos calificados por Fitch, el impacto sería limitado ya que "suelen tener una liquidez sólida y capacidad suficiente para absorber cierto grado de deterioro crediticio o caídas en el valor de mercado de las posiciones subyacentes".

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