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Reino Unido anuncia medidas para combatir una inflación que está causando "gran angustia" entre los británicos, según ha expresado el ministro de Finanzas británico, Rishi Sunak. En el paquete de medidas se incluye una subvención de 650 libras para familias de bajos ingresos o un impuesto a las compañías energéticas.

En concreto, el "impuesto temporal sobre beneficios energéticos específicos" se fijará en un 25%, para gravar los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas, al tiempo que incentiva la inversión. El impuesto recaudará alrededor de 5.000 millones de ingresos, lo que ayudará a financiar el paquete de apoyo energético del gobierno. Este nuevo gravamen no se aplicará al sector de generación de electricidad e incluirá una nueva y generosa desgravación del 80% por inversiones.

Además, unos ocho millones de hogares con bajos ingresos recibirán una ayuda de 650 libras. Habrá también un préstamo estatal de 200 libras por hogar para las facturas de energía. Los jubilados que ya reciben un subsidio de combustible para invierno obtendrán 300 libras adicionales.

Sunak cree que "podemos controlar la inflación", aunque admite que puede llevar tiempo. La "lucha es demasiado dura y los riesgos son demasiado grandes" en medio de la crisis del coste de vida, pero "este gobierno no se quedará de brazos cruzados".

El importe del paquete de ayudas alcanza los 15.000 millones de libras. La inflación de Reino Unido alcanzó un máximo de 40 años del 9% en abril, y el Banco de Inglaterra pronosticó que alcanzará los dos dígitos para finales de este año, cuando los precios regulados de la energía aumenten otro 40%.

"No podemos ni debemos permitir que las presiones inflacionarias a corto plazo lleven a la gente a esperar que la alta inflación continúe a largo plazo", ha añadido Sunak.

En Berenberg consideran que "los tiempos son difíciles, especialmente para los menos favorecidos de la sociedad. Pero la serie de políticas anunciadas por Rishi Sunak son equivocadas" y "no resolverán el problema de la inflación de Reino Unido". Explican que "el gobierno se verá tentado a mantener el apoyo hasta al menos las próximas elecciones, previstas para mayo de 2024, especialmente porque es probable que la inflación se mantenga elevada en 2023. Si sigue así, el BoE se verá obligado a controlar la inflación elevando las tasas muy por encima del nivel neutral y desencadenando una recesión. El desempleo sería mucho peor para el nivel de vida que los altos precios de la energía, eso es seguro".

"La mejor opción para los responsables de la política fiscal de Reino Unido sería mantenerse al margen y dejar que la economía de mercado resuelva las distorsiones. Si bien puede ser políticamente difícil aceptar que las compañías de energía están obteniendo grandes ganancias, ya que los menos favorecidos se ven afectados por los altos precios de la energía, esto es lo que sucede durante una escasez de suministro de energía. Pero las altas ganancias ahora respaldan la inversión en futuros suministros de energía e indican a los participantes potenciales que ingresen al mercado y compitan por una parte de esas altas ganancias al aumentar la oferta", añaden.

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