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Qatar quiere comerle la tostada del gas natural licuado (GNL) a EEUU. Así lo demuestra su plan para aumentar un 85% la producción tras el reciente descubrimiento de un depósito de 250 billones de pies cúbicos en North Field, lo que inundará de gas al mercado en esta la década y acabará por afectar tanto a la estrategia estadounidense como a los precios. Pero también a la demanda.

Así lo creen los expertos de Rabobank, que en un reciente informe analizan las consecuencias que puede tener para el mercado la decisión de Qatar. Recuerdan que North Field es el campo de gas no asociado más grande del mundo, compartido entre Qatar e Irán, y explican que si el emirato qatarí lleva a cabo su plan, "la producción total de hidrocarburos del Estado de Qatar superará los 7,25 millones de barriles de petróleo equivalente por día". Y de esa cantidad, la mayor parte se exporta.

Eso afectará, sin duda, a EEUU y su influencia en el mercado. Pero es que, según comentan los analistas del banco holandés, ha sido precisamente el país, con sus decisiones sobre la exportación de GNL, el que ha dado pie a Qatar a dar este golpe sobre la mesa, a la vista de las necesidades del mercado.

Y es que Europa decidió reemplazar completamente el gas ruso para 2027 tras la invasión de Ucrania, que acaba de cumplir dos años, por lo que necesita llenar ese vacío con nueva oferta, que hasta ahora ha llegado casi en su totalidad de Estados Unidos. Además, Asia ha vuelto a demandar gas, y el emirato estima que si pone en el mercado más GNL, podría incluso "crear nueva demanda sin explotar" en el continente asiático.

Desde Rabobank recuerdan que el año pasado el gobierno de EEUU aprobó los volúmenes de exportación de GNL más altos desde 2014, y su capacidad de exportación actual "casi se duplicará en esta década". De hecho, las últimas estimaciones sitúan esta cifra en 365 millones de toneladas/año para 2028.

"Estados Unidos está en buen camino para mantener su posición de principal proveedor de GNL en los próximos años, a pesar de la reciente pausa en las aprobaciones de nuevas exportaciones de GNL", comentan estos analistas. Cabe destacar que actualmente el Departamento de Energía estadounidense (DOE, por sus siglas en inglés) está reevaluando la posibilidad de poner en el mercado otros 71 millones de toneladas al año.

Sin embargo, apuntan desde Rabobank, "el cambio de política y la reciente caída de los precios del gas natural en Estados Unidos podrían hacer que las perspectivas para la expansión del GNL del país sean ligeramente más sombrías". Y ahí es donde entra Qatar.

Esta situación es la que "ha abierto una puerta para que Qatar anuncie una mayor expansión de sus ya importantes planes de exportación de GNL, que podrían hacer que la capacidad de licuefacción aumente a 142 millones de toneladas para 2030, desde proyecciones anteriores de 126 millones de toneladas", estiman los expertos de la firma holandesa.

Reconocen, además, que aunque se trata de simples proyecciones, ya que por el momento solo se han aprobado 108,2 millones de toneladas, no es nada desdeñable la "ambición del país", que "pronto se traducirá en realidad".

"Lo único que nos impediría anunciar más proyectos es que no creamos que hay un mercado para el gas", dijo en febrero el ministro de energía de Qatar, Saad Al-Kaabi. Esto incluye una mayor demanda del continente europeo, pero también del mercado asiático, que según el ministro impulsará principalmente el crecimiento a partir de ahora.

El emirato qatarí ve una jugosa oportunidad de negocio, y no la va a desaprovechar. Y es que, como comentan los estrategas de Rabobank, "los compradores asiáticos se habían comprometido a adquirir alrededor de 11,4 millones de toneladas anuales de la capacidad de extracción de las terminales estadounidenses ahora suspendidas, y ya están buscando alternativas para compensar posibles retrasos".

¿CÓMO AFECTARÁ AL MERCADO?

En su opinión, "la expansión de Qatar podría alimentar algunos de estos retrasos y, lo que es más importante, crear nueva demanda sin explotar en Asia". Pero, además, creen que el momento del anuncio qatarí "no podría ser más perjudicial para los planes de expansión del GNL de Estados Unidos".

Y es que los precios mundiales del gas se han desplomado durante el último año, hasta el punto que el índice de referencia Henry Hub de EEUU era tan bajo que los productores tuvieron que recortar sus expectativas para este año. En este sentido, Rabobank recuerda algunos de los movimientos que han llevado a cabo importantes productores recientemente: por ejemplo Chesapeake, que representa el 10% de la producción de gas estadounidense, recortará en un 20% en 2024 su producción, y los primeros recortes se producirán ya en marzo.

Comstock Resources, por su parte, planea reducir sus plataformas de perforación operativas de siete a cinco en 2024, mientras que Antero Resources recortará la producción de gas natural en un 2%. En conjunto, representan el 10% de la producción de gas de Estados Unidos. Y a ellos se ha sumado EQT, que acaba de anunciar recortes de producción de 1.000 millones de pies cúbicos diarios en marzo, tras lo cual "reevaluará las condiciones del mercado".

Estas decisiones "aún no han impactado las perspectivas de suministro de GNL de EEUU, pero tienen el potencial de retrasar la toma de decisiones finales de inversión en muchos de los proyectos que ya han recibido la aprobación del DOE, especialmente porque la próxima década ya se considera un período de exceso de oferta de GNL", apuntan los expertos del banco holandés.

Pero para Qatar los bajos precios del gas "significan otra cosa": primero, "el resurgimiento de compradores sensibles a los precios en Asia y el vasto potencial sin explotar de demanda que esto trae consigo", y segundo, "más presión sobre los proveedores globales de GNL que tienen intereses comerciales solo en el comercio de gas y que responden a las fluctuaciones a corto plazo de los precios".

A Qatar no solo le interesa ganar dinero. QatarEnergy opera todas las actividades de petróleo y gas, y la compañía tiene intereses más amplios. "Representar una mayor proporción del suministro mundial de GNL y, a su vez, profundizar las relaciones con compradores en Europa y Asia es solo uno de los beneficios que el país está cosechando", explican estos analistas.

"La puesta en marcha del proyecto de ampliación de North Field en Qatar a partir de 2026 ya proporcionará una ola de nuevo suministro de GNL que será un punto de inflexión para el actual entorno de mercado ajustado", explican. Y "aumentar esta capacidad en otros 16 millones de toneladas anuales para finales de la década echará más leña al fuego", hasta el punto de que "podría llegar a ser el final de algunos proyectos de exportación de GNL de EEUU".

Como dicen desde Rabobank, "cuantos más proyectos ponga Qatar en marcha, más podrá limitar los planes de otros productores para seguir su ejemplo". De hecho, "como proveedor de menor coste, Qatar solo necesita asegurar acuerdos a largo plazo para algunos de sus proyectos antes de conseguir las aprobaciones pertinentes".

Se estima que el coste de producción de GNL del país es de alrededor de 0,30 dólares/MMBtu, frente al promedio de 3-5 dólares/MMBtu de la mayoría de los proveedores mundiales de GNL, lo que "le otorga una increíble ventaja de costes en este entorno de bajos precios del gas, además de estar más cerca de los centros de máxima demanda", señalan los estrategas del banco holandés.

Con este panorama, estiman que el los precios del TTF holandés, de referencia en Europa, se sitúen entre los 28-29 €/MWh para 2028-2029.

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