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Encuentro entre Pedro Sánchez y Quim TorraDavid Zorrakino - Europa Press

El PSOE espera que los independentistas no voten a favor de las enmiendas a la totalidad del texto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que se presentarán el 14 de enero en el Congreso. De esta forma, ERC y el PDeCAT "darían a entender que tienen cierta voluntad de aprobarlos", señalan fuentes socialistas a Bolsamanía.

Es el 'gesto' que busca el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de las formaciones soberanistas, como contrapartida a los "gestos" que estos reclaman al líder del Ejecutivo para sentarse a la mesa de negociaciones. Y prevé marcharse de Barcelona, al finalizar su visita a la capital catalana de este fin de semana, con el compromiso de que republicanos y postconvergentes no pondrán palos en las ruedas a la tramitación de las cuentas. El jefe del Ejecutivo apoyará al alcaldable Jaume Collbony en un acto en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB), junto al líder del PSC, Miquel Iceta y aunque el resto de su agenda no es pública, se especula que se reunirá con representantes de los partidos independentistas.

Por ahora, la posición de los dos formaciones y del Govern de la Generalitat sigue inamovible. Y aunque hay división en las prioridades para ERC y el PDeCAT, coinciden en señalar que en estos momentos no están dispuestos a ampliar el cheque en blanco que extendieron a Sánchez al apoyar la moción de censura con la que franquearon la llegada del socialista a Moncloa.

De los dos, los republicanos son quienes se ponen más de cara y demandan acciones que saquen el debate sobre la independencia catalana de los tribunales y lo lleven a la mesa de negociaciones. Sus peticiones para aprobar el proyecto presupuestario son de mínimos y el vicepresidente del Govern, Pere Aragonés, ha indicado el camino a Moncloa al señalar que incluso alguna actuación en las causas contra alcaldes o activistas sería vista con buenos ojos.

El PDeCAT es mucho más beligerante. El president de la Generalitat, Quim Torra, reclama una solución política para Cataluña que pase por el derecho a la autodeterminación y un referéndum que podría ser no vinculante. Si no obtiene del PSOE esta prerrogativa amenaza a Sánchez con tumbar las cuentas de inicio y no permitir tan siquiera su tramitación.

La respuesta de Sánchez al respecto no se ha desvelado. Por el momento, las únicas alusiones a estas exigencias han llegado por boca del ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, quien ha advertido al independentismo de que no espere gestos "extraparlamentarios" para que el Gobierno coseche su apoyo.

La estrategia es estirar hasta marzo y darse estos dos meses para seguir dialogando

VOTAR CON EL PP Y CIUDADANOS

Estos son los planteamientos iniciales de unos y otros de cara a las negociaciones que fuentes del PSC explican que se iniciarán este viernes, después de presentar el proyecto de cuentas al Consejo de Ministros. Será el pistoletazo de salida a un trámite que se prolongará un máximo de dos meses en el Congreso.

Los Diputados votan en primer lugar su admisión genérica o las enmiendas a la totalidad, que de prosperar suponen su devolución al Gobierno. Superado ese trámite, la capacidad de alteración por enmiendas parciales está sujeta a la no alteración del equilibrio presupuestario. Posteriormente, el texto pasa al Senado, que hace una segunda lectura, pero cuya capacidad de alterarlos es muy limitada, con una última remisión al Congreso. Posteriormente son sancionados por el rey y publicados en el Boletín Oficial del Estado con rango de ley ordinaria.

Por ahora, políticos cercanos a las conversaciones muestran su confianza en que este fin de semana, en Barcelona, se logre que los independentistas no sieguen de raíz el trámite al votar las enmiendas a la totalidad que con toda seguridad presentarán PP y Ciudadanos.

Alinearse con las estas dos formaciones es un trago amargo que incomoda a sectores de ERC y el PDeCAT a lo que también se aferran los socialistas para exhibir su optimismo. La estrategia es estirar hasta marzo y darse estos dos meses para seguir dialogando con el soberanismo, explican a Bolsamanía.

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