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Pedro Sánchez en rueda de prensa en Bruselas PRESIDENCIA DEL GOBIERNO

El anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que presentará su proyecto presupuestario en el Consejo de Ministros del 11 de enero ha vuelto a sacar a relucir las diferencias entre los independentistas. Mientras desde el Govern y una parte del PDeCAT fijan como línea roja la autodeterminación y cierran filas con un hipotético referéndum no vinculante, dentro de los márgenes constitucionales, ERC insiste en los políticos presos.

Una tercera corriente, cada vez más numerosa y a la que se adhieren los líderes del ‘procès’ presos en cárceles catalanas coge fuerza. Se impone que más vale PSOE conocido que Gobierno con Vox por conocer. Por lo tanto, se reclama “no dejar caer al Ejecutivo socialista”, en palabras de la exconsellera Dolors Bassa -en declaraciones a RAC1-, porque la alternativa “es mucho peor”. Otros líderes soberanistas encarcelados ya han pedido con anterioridad no ser moneda de cambio en las negociaciones presupuestarias y desvincular el juicio que arrancará este mismo mes del apoyo de ERC y PDeCAT a las cuentas de Sánchez.

La presión para que ambos partidos sostengan al Ejecutivo que ayudaron a colocar en la Moncloa con la moción de censura a Mariano Rajoy de hace unos meses crece a pasos agigantados. Fuentes conocedoras de las negociaciones aseguran que de puertas adentro saben que “la alternativa a no apoyar los Presupuestos de Sánchez es nefasta”. De repetirse el pacto que le llevó a la presidencia, este podrá sobrevivir hasta agotar la legislatura; de lo contrario, se producirá un adelanto electoral a este otoño, con toda probabilidad, con la consiguiente amenaza de repetir en el Gobierno central el tripartito de derechas que colocará al popular Juanma Moreno en la Junta de Andalucía.

Desde el PSC se muestran optimistas y creen que el independentismo acabará por afianzar a los socialistas en la presidencia hasta 2020. Aseguran a este medio que “no hay en estos momentos ningún pacto ni público ni privado con otra fuerza que no sea Podemos” y que las negociaciones empezarán a partir del viernes, junto a un trámite que se prolongará un máximo de dos meses en el Congreso. “La primera pista de si hay acuerdo es si prosperan las enmiendas a la totalidad que presentarán PP y Ciudadanos”, explican desde el entorno socialista y agregan que “es probable que los grupos independentistas no presenten ninguna enmienda a todo el texto, lo que denotaría cierta voluntad de aprobarlos".

“Es probable que los grupos independentistas no presenten ninguna enmienda a todo el texto, lo que denotaría cierta voluntad de aprobarlos"

GESTOS

Entre ERC y el PDeCAT, son los republicanos quienes se ponen más de cara. Así, aunque la postura oficial es exigir que “la causa se saque de los tribunales y se devuelva a la mesa de negociaciones”, como ha señalado el vicepresident del Govern, Pere Aragonès, el líder de la formación, Oriol Junqueras, se ha limitado a solicitar algún “gesto” al Gobierno de Sánchez, sin concretar. En dos entrevistas concedidas desde la prisión de Lledoners, ha rebajado las peticiones de su partido a “alguna oferta”, lo que se antoja como un movimiento a la desesperada para obtener al menos una concesión a la que aferrarse y explicar a su electorado que amplíen su cheque al PSOE.

No obstante, cuando justo arrancan las negociaciones, su respuesta “ahora es un no”, según Aragonès, ya que condicionan los Presupuestos a la negociación política y al abandono total de la represión”. Desde el PDeCAT, se hacen eco de esta solicitud de un “gesto inminente” y la trasladan al territorio del diálogo sin concesiones. Así, el partido independentista sigue en el 'no', pero no descarta cambios en esta posición: "Siempre hemos dejado la puerta abierta. Si hay verdaderamente unas ganas de solucionar el tema político catalán, nuestro voto podría cambiar, pero ahora mismo no está encima de la mesa”, ha declarado el presidente del PDeCAT, David Bonvehí.

El Govern apunta aún más alto y quiere retomar el diálogo con una nueva reunión entre el President de la Generalitat, Quim Torra, y Sánchez a mediados de enero y fija la autodeterminación como la solución política. Un nuevo encuentro que podría interpretarse como el ‘gesto’ que busca el independentismo.

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