• Rajoy espera vivir un 'déjà vu' y lograr un empate a 175 votos que despeje el camino a las cuentas públicas
cristobal montoro interviene en el congreso

Este miércoles es uno de esos 'días grandes' en el Congreso de los Diputados. Empieza el debate de las enmiendas a la totalidad a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2018, y todas las miradas están puestas en la Cámara baja, que durante dos días monopolizará la agenda informativa. Sobre todo interesa lo que haga el PNV, cuyo apoyo es imprescindible para que las cuentas públicas puedan seguir con el trámite parlamentario y no sean devueltas a la primera de cambio al Gobierno. Sin embargo, aunque estos PGE son muy esperados, lo cierto es que también son prácticamente irrelevantes.

Si todo sale según lo previsto los PGE se aprobarán en junio y apenas estarán en vigor seis meses. Además, el Gobierno empezará a preparar dentro de poco los Presupuestos de 2019

Los Presupuestos de 2018 no se aprobaron en tiempo y forma. Las cuentas de 2017 ya se aprobaron con retraso (en junio, seis meses después de lo debido), y cuando se pensaba empezar a perfilar las de este año, la crisis provocada por el desafío independentista en Cataluña terminó por dinamitar cualquier pretensión del Gobierno por retomar el calendario habitual y sacar adelante, como correspondía, el proyecto presupuestario para este año en septiembre.

A la crisis secesionista catalana se unió la retirada del apoyo de dos partidos indispensables para lograr la aprobación de los Presupuestos en el Congreso, Ciudadanos y PNV, por lo que el Gobierno optó por la solución más fácil: prorrogar las cuentas de 2017 e iniciar los trámites para aprobar los Presupuestos de 2018 cuando las aguas estuviesen más calmadas. Así, tras muchas idas y venidas, y muchas negociaciones que le permitieron recuperar el apoyo de los de Albert Rivera, el Ejecutivo se lanzó a la piscina a principios de abril, aun sin contar con los apoyos necesarios para garantizarse el éxito del trámite parlamentario. Y lo hizo para no solapar el calendario con el debate del techo de gasto de 2019.

En las últimas semanas las conversaciones que ha mantenido el Ejecutivo han dado sus frutos, y parece totalmente hecho el pacto con los nacionalistas vascos, por lo que ahora ya son pocos los que dudan de que el Congreso no vaya a respaldar los PGE en este primer examen. Incluso pese a la advertencia que en las últimas horas ha lanzado Cs, que ha dicho que no dará su 'sí' a los Presupuestos si el Gobierno hace concesiones a Euskadi en materia penitenciaria o de Seguridad Social, tras los rumores surgidos al respecto y que tanto PP como PNV han negado.

Sin embargo, pese a que la aprobación de los nuevos Presupuestos se espera desde hace meses, serán unas cuentas poco relevantes, aunque destinen 5.000 millones de euros más a las pensiones o incluyan otras mejoras como la subida salarial a los funcionarios o la rebaja del IVA al cine. Y lo serán porque pasarán prácticamente inadvertidas, dado que si todo sale según lo previsto acabarán por aprobarse en junio y apenas estarán en vigor seis meses.

A ello hay que añadir que el Gobierno ya está pensando en los Presupuestos del año que viene. De hecho, en las próximas semanas (entre mayo y junio) aprobará el techo de gasto de 2019, que es el paso previo para poder elaborar los PGE del año que viene. El propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha indicado en numerosas ocasiones que una vez los Presupuestos hayan superado el 'escollo' del Congreso -en el Senado el Gobierno no tendrá problemas, dada la mayoría absoluta que ostenta el PP- el objetivo será trabajar en la aprobación del techo de gasto de 2019 y la posterior tramitación de las cuentas de dicho ejercicio.

Por tanto, si el Ejecutivo recupera el calendario habitual, en septiembre aprobará los Presupuestos de 2019 y los presentará en las Cortes, para iniciar así en el mes de octubre el trámite parlamentario y tenerlos aprobados dentro del calendario, es decir, antes del 31 de diciembre, que es la fecha tope.

'DÉJÀ VU' PRESUPUESTARIO

Este jueves, una vez haya concluido el debate de las enmiendas a la totalidad, el Congreso procederá a la votación de las mismas. El Gobierno cuenta a priori con 175 votos: 134 del PP, a los que sumará el apoyo de los 2 parlamentarios de Unión del Pueblo Navarro (UPN) y 1 de Foro, que fueron socios electorales de los 'populares' en las últimas elecciones. Junto a ellos, los 32 de Ciudadanos, 1 de Coalición Canaria y los 5 previstos del PNV, lo que permitirá empatar con el bloque de 175 diputados del PSOE, Unidos Podemos, ERC, PDeCAT, Compromís y EH Bildu que apoyarán las enmiendas a la totalidad presentadas.

Y ese empate es el que puede permitir que las cuentas públicas sigan adelante con el trámite parlamentario. Igual que ocurrió hace un año, con los PGE de 2017. Según especifica el Reglamento del Congreso en el apartado sobre votaciones (artículo 88), "cuando ocurriere empate en alguna votación, se realizará una segunda y, si persistiese, se suspenderá la votación durante el plazo que estime razonable la Presidencia. Transcurrido el plazo, se repetirá la votación y, si de nuevo se produjese empate, se entenderá desechado el dictamen, artículo, enmienda, voto particular o proposición de que se trate". Es decir, si hay un triple empate en el Congreso, las enmiendas serían rechazadas y la tramitación parlamentaria de los PGE podría seguir adelante.

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