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Sánchez, Torra, Batet, Calvo, Aragonès y Artadi posan en Palau de PedralbesGOVERN

La alargada sombra que proyecta Vox sobre la política nacional en los primeros compases de este año electoral sigue azuzando a independentistas y socialistas. Mientras las voces más atemperadas llaman a esperar los resultados de los comicios europeos autonómicos y municipales del 26 de mayo para acabar de medir el impacto que la fuerza de ultraderecha ejerce entre los votantes, el nerviosismo crece en las filas soberanistas que se ven abocadas a elegir entre el PSOE conocido o una coalición entre PP, Ciudadanos y Vox por conocer.

La línea de pensamiento que se extiende como una mancha de aceite en el PDeCAT y ERC es que seguir con Pedro Sánchez al frente del Gobierno es la opción menos mala para Cataluña. Fuentes próximas a los círculos independentistas temen que un PP en Moncloa, con Pablo Casado en la presidencia y Vox en posesión de la llave de Gobierno, junto a Ciudadanos, tendría consecuencias nefastas para el autogobierno en la comunidad autónoma. En tal caso, la aplicación de un 155 'sine die' está garantizada, tal como reclaman, entre otros, el alcaldable popular por Barcelona, Josep Bou.

Por otra parte, en Moncloa se opta, ahora, por descartar el adelanto electoral a 2019, por lo que Sánchez fía su supervivencia hasta enero o febrero de 2020 a obtener el apoyo de republicanos y postconvergentes a sus Presupuestos Generales (PGE), que presentará este mismo mes ante el Congreso. Por el momento, el aval de los partidos de la moción de censura al aumento del techo del gasto de su Ejecutivo da esperanzas a los socialistas de que alcanzarán un acuerdo con los soberanistas que les permita estirar la legislatura hasta el año próximo.

Según varias fuentes, el plan es llevar las cuentas un Consejo de Ministros en unos quince días y, de ahí, remitirlas al Congreso. Pero a pesar del deshielo en Cataluña escenificado en las reuniones bilaterales entre Estado y Generalitat que se celebraron la jornada previa al Consejo de Ministros del 21D, el presidente del Gobierno asume la posibilidad de que sus cuentas sean rechazadas, por lo que cuenta con un plan B. Alternativamente, podrá prorrogar el Presupuesto de Mariano Rajoy, esperar a hacerse una idea de cómo queda el mapa político posterior al 26 de mayo y, de ahí, configurar una estrategia para las generales.

En este escenario, gobernará a base de decretos con el fin de aguantar en Moncloa, por lo menos, hasta este otoño. A varios meses vista, las encuestas dan al PSOE como ganador de los comicios estatales, pero sin posibilidad de gobernar a no ser que se repita la alianza con Podemos y los partidos autonómicos. Alternativamente, los socialistas no se cierran a otros pactos, tal como aseguró Sánchez durante la rueda de prensa de valoración de su Gobierno. Un acuerdo de gobierno con Ciudadanos o, incluso, un pacto con la formación de Albert Rivera y el PP de Pablo Casado entran en las quinielas.

La otra opción que quita el sueño de los independentistas es que se repita el entendimiento entre estos partidos, con el apoyo velado de Vox, que ha llevado a Juan María Moreno a la Junta de Andalucía. Esta combinatoria apunta a una mayoría absoluta de la centro-derecha, según las últimas encuestas, ya que los analistas políticos coinciden en que el partido de Santiago Abascal obtendrá una representación notable en la Cámara Baja. Antes, en las elecciones autonómicas, se verá si entran en los Parlamentos de regiones como Madrid o Valencia.

JARRO DE AGUA FRÍA

Por este motivo, los sectores más moderados de ERC y el PDeCAT incrementan la presión para que se envíe un balón e oxígeno al PSOE, pero no puede ser gratis. Además de los 2.200 millones para Cataluña que contempla el proyecto presupuestario acordado entre PSOE y Podemos, la Generalitat de Quim Torra sigue apretando las tuercas a los socialistas en aras de acordar un referéndum. La consellera de presidencia, Elsa Artadi, ha señalado que la solución al "conflicto sobre el futuro de Cataluña", que los Ejecutivos central y autonómico reconocieron en un comunicado tras sus reuniones del 20 de diciembre, pasa inevitablemente por la autodeterminación.

En una entrevista a la Agencia Catalana de Notícies (ANC) ha señalado que la Generalitat está trabajando en dos documentos para enviar a Moncloa con los que esperan seguir dialogando, tal y como se comprometieron el mes pasado. Artadi también se ha encargado de echar un jarro de agua fría sobre las expectativas de los socialistas cuando ha señalado que vería con "gran sorpresa" que Sánchez hiciera alguna propuesta política que permitiera negociar los presupuestos del Estado.

La consellera también cree que una mediación internacional entre los dos ejecutivos sería la "consecuencia natural" del comunicado conjunto del 20-D en Pedralbes. Fuentes conocedoras de las negociaciones indican que los nacionalistas catalanes esperan alguna mínima concesión, que podría ir en la línea de obtener dicha mediación, para justificar un apoyo a los PGE que permita a las dos partes seguir negociando, al menos, otro año.

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