• El PSC promete una inversión que "trata con justicia a Cataluña" y se ofrece como moneda de cambio
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Quim Torra y Carles Puigdemont (Archivo)GENERALITAT - Archivo

El president de la Generalitat, Quim Torra, viaja a Waterloo este viernes para despachar con Carles Puigdemont. El objetivo oficial de la reunión es tratar la salida de la consellera de la Presidència, Elsa Artadi, del actual Govern para ser la número dos de la candidatura del exconseller Joaquim Forn a la alcaldía de Barcelona, pero a nadie escapa la coincidencia de fechas con la presentación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) en el Consejo de Ministros, que da el pistoletazo de salida a su tramitación en el Congreso.

El viaje de Torra a la 'Casa de la República', que el expresident catalán dirige desde Bélgica, se produce dos días después de que fuera la propia Artadi quien visitara a Puigdemont. Un encuentro que, en teoría, servía para abordar precisamente su salto a esta posición en las listas de Junts per Cataluña en la capital catalana, una maniobra que la convierte en la alcaldable de facto, ya que Forn sigue en prisión preventiva. Pero fuentes conocedoras del encuentro explican que la consellera aprovechó que tenía la oreja de Puigdemont disponible para tratar el apoyo del PDeCAT al proyecto presupuestario del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Aunque Artadi dejó la militancia de la formación, sigue siendo una figura de referencia ante la falta de liderazgo en los postconvergentes. Y en este caso, según fuentes internas, encabeza la corriente que opta por desinflamar las relaciones con Moncloa y facilitar la tramitación de las cuentas. Según fuentes próximas al partido, la división con respecto a los PGE es "importante", incluso su presidente, David Bonvehí, "en privado reconoce que deben aprobarse pero Puigdemont no quiere ni oír hablar del tema", explican a Bolsamanía.

Por lo tanto, Artadi y Bonvehí se ubican en las antípodas del Torra y del propio exlíder del Govern, quienes insisten en que el respaldo del PDeCAT se supedite a que el Ejecutivo ofrezca una solución política para Cataluña que contemple la autodeterminación. La consellera ha sido la más atrevida a la hora de plantarles cara y les llevó la contraria en la rueda de prensa posterior al Consell Executiu del martes, cuando se abrió a facilitar que se desarrolle el proceso de dos meses en el Congreso, que les permitirá negociar en paralelo hasta marzo. Y dejó la pelota en el tejado de los partidos cuando señaló que la responsabilidad última está en manos de los grupos parlamentarios de ERC y los postconvergentes.

La división del PDeCAT con respecto a los PGE es "importante", incluso su presidente, David Bonvehí, "en privado reconoce que deben aprobarse pero Puigdemont no quiere ni oír hablar del tema"

En consecuencia, el líder catalán ha amenazado con una crisis en el Govern, que desembocará en la destitución de los cargos de aquellas fuerzas que faciliten el paso de los Presupuestos por la Cámara Baja. Sus palabras han generado incomodidad en las filas de la derecha catalana en las que una "mayoría", según fuentes conocedoras, apuesta por no apoyar las enmiendas a la totalidad que PP y Ciudadanos, con toda seguridad, presentarán el próximo lunes, cuando Moncloa lleve su propuesta ante los diputados. Es más, tanto en el PDeCAT como entre los republicanos, la opción de alinearse con estos dos partidos y votar contra la tramitación de los PGE provoca tensiones.

En la formación de Oriol Junqueras, se han limitado a pedir un 'gesto' al presidente del Gobierno para no segar el proceso en el Congreso esta semana que viene. ERC, que siempre ha sido más proclive a apoyar al PSOE, a pesar de las bravatas de alguno de sus representantes, como el diputado Gabriel Rufián, ha ido rebajando sus expectativas, hasta el punto de que el viceprensident del Govern, Pere Aragonés, ha dicho ver con buenos ojos la oferta de 1.700 millones de euros para Cataluña que, según 'La Vanguardia', encierra el proyecto de Sánchez.

La última 'colleja' a Torra le ha caído por parte del portavoz republicano en el Congreso, Joan Tardà, quien le ha recordado que "el Govern catalán no es monocolor". Tardà ha querido dejar claro que ERC aún no ha tomado una decisión y que la Ejecutiva del partido se reunirá este viernes en Ginebra (Suiza), donde se encuentra "exiliada" su secretaria general, Marta Rovira.

OBJETIVO: PASAR A LA FASE DE TRAMITACIÓN DE LOS PGE

No será el último viaje. El lunes se reúne en Waterloo todo el PDeCAT, donde en tema será, ya sin tapujos, si los postconvergentes mantienen el cheque en blanco que extendieron a Sánchez en la moción de censura contra Mariano Rajoy. Después, el 20 y 21 de enero, serán os miembros de Junts Per Catalunya quienes pasarán revista con Puigdemont.

Pero antes de esta cita, el sábado el socialismo escenificará el pistoletazo de salida de la campaña de Sánchez para vender sus cuentas. Barcelona es la ciudad elegida, aprovechando un acto en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB), junto al líder del PSC, Miquel Iceta, para apoyar la candidatura a las municipales de Jaume Collbony. El primer secretario de los socialistas catalanes caldeó el ambiente con el anuncio de que los Presupuestos "tendrán otro gran argumento" que favorecerá que el PDeCAT y ERC no los tumben.

Según dijo, dispondrá de un volumen de inversiones para Catalunya que hará que la comunidad vuelva a ser "tratada con justicia por primera vez en mucho tiempo". De los 2.200 millones que se pactaron con Podemos, el importe se ha reducido a 1.700 millones, por el rechazo al aumento del techo del déficit en el Senado, pero igualmente aproxima la inversión al 19% que contempla el Estatut catalán, que equivale a la aportación de la comunidad en el PIB del Estado.

El PSC, además, se ha ofrecido como moneda de cambio en los presupuestos catalanes. En un claro 'quid pro quo', se inclinan por "facilitar" las cuentas de la Generalitat, ya que otra posición "sería rara", reconocen a Bolsamanía fuentes parlamentarias. "Es cuestión de coherencia, si una vez aprobados los del Estado, vemos que se traducen en políticas sociales en Cataluña, no se entendería que votáramos contra aquí", relatan.

Sánchez espera que estos 'gestos' sea suficientes para ganar tiempo, aunque en Moncloa no lo tienen tan claro. Menos aún de recibir los votos a favor de las fuerzas independentistas cuando se acabe el tramite dentro de dos meses. PDeCAT y ERC sostienen que el PSOE puede seguir en el Gobierno hasta junio de 2020, prorrogando los PGE de Rajoy, pero de fracasar, Sánchez se verá presionado para convocar elecciones anticipadas en otoño, cuando ya se haya calmado el panorama tras los comicios autonómicos, municipales y europeos del 26 de mayo.

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