desempleo usa

El paro de EEUU ha sorprendido. La tasa de desempleo ha descendido en septiembre hasta el 3,5%, lo que supone mínimos desde diciembre de 1969, frente al 3,7% precedente. El dato es mejor de lo que se esperaba, ya que las estimaciones apuntaban a que se mantuviera. En el noveno mes del año, el número de personas en paro disminuyó en 275.000. La economía estadounidense continúa en un nivel próximo al pleno empleo.

Según los datos publicados este viernes por el Departamento de Trabajo, el país gobernado por Donald Trump sumó 136.000 nuevos empleos privados, el ritmo de crecimiento más lento en cuatro meses. En este caso, la cifra ha decepcionado, ya que el consenso de mercado esperaba que se crearan 145.000 empleos.

En cuanto a los salarios, las ganancias por hora subieron un 2,9% en comparación con el mismo mes del año anterior, pero se desaceleraron frente a los meses previos. En concreto, los salarios por hora alcanzaron los 28,09 dólares, desde los 27,30 dólares.

Por otro lado, la creación de empleo de agosto se ha revisado al alza, de los 130.000 publicados a los 168.000 de ahora. Con el dato de septiembre, EEUU alcanza la racha más larga de la historia registrando crecimientos en el empleo.

Aumentan las esperanzas de que la economía estadounidense pueda esquivar una recesión

Las cifras de desempleo de septiembre resta posibilidades a que la Reserva Federal de EEUU (Fed) lleve a cabo otro recorte de tipos de interés en octubre, algo a lo que apuntan algunos analistas, sobre todo después de los malos datos publicados y las noticias de los últimos días. Además, aumentan las esperanzas de que la economía estadounidense pueda esquivar una recesión.

"Creo que tendremos una ligera postura moderada de la Fed tras esta noticia", señala Think Markets. No obstante, la mayoría de los economistas vaticinan que el banco central estadounidense reduzca los tipos de interés al menos una vez más este año, debido a la incertidumbre política y comercial.

El informe de empleo se publica inmediatamente después de una serie de datos económicos débiles, incluida la caída en la actividad manufacturera mínimos de más de 10 años en septiembre y una fuerte desaceleración en el crecimiento de la industria de servicios a niveles vistos por última vez en 2016. A esto hay que sumar la guerra comercial con China, que ha erosionado la confianza empresarial, hundiendo la inversión y la fabricación.

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