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Todas las miradas están puestas en el nuevo entorno macroeconómico. De hecho, los responsables de las políticas monetarias, es decir, de los bancos centrales, ya se han referido a este nuevo escenario que se ha creado como consecuencia de la guerra de Ucrania, aunque los expertos dicen que están pasando por alto la relación entre inflación y crecimiento y cómo puede acabar si se adoptan medidas demasiado duras para contener la subida de los precios.

"Conseguir que la inflación vuelva a los objetivos de los bancos centrales significa aplastar la demanda con una recesión". Son palabras de los expertos de BlackRock, que dicen que la recesión que va a resultar en el nuevo escenario macro que se ha creado "es una mala noticia para los activos de riesgo".

Es más, apuntan que aunque los banqueros centrales empezaron a reconocer esta nueva realidad en el foro Jackson Hole, "creemos que no están priorizando las implicaciones económicas sobre la presión para frenar la inflación. Parece que no tienen intención, por ahora, de gestionar la fuerte disyuntiva entre inflación y crecimiento", dicen, y "eso es un gran problema", remarcan desde la mayor gestora de activos del mundo.

BlackRock habla de la Reserva Federal (Fed), aunque lo cierto es que todos los bancos centrales están endureciendo sus políticas en un intento de atajar la inflación. Sobre el banco que lidera Jerome Powell, la gestora recuerda que dijo precisamente en Jackson Hole que no tenía intención de dar marcha atrás en su ciclo de subidas de tipos pese a que la economía estadounidense ya se ha estancado.

"En nuestra opinión, la Fed se verá sorprendida por el daño al crecimiento causado por su endurecimiento", destacan los expertos de la gestora. Auguran que "cuando la Fed vea este dolor, dejará de subir los tipos", pero para entonces "será demasiado tarde para evitar una contracción de la actividad económica". Es más, prevén que pese a las subidas de tipos, la inflación no llegará ni siquiera a bajar hasta el objetivo de la Reserva Federal, y que persistirá "cerca del 3%" durante un tiempo.

¿Y Europa? "Es una historia diferente", porque en BlackRock ya auguraban una recesión "durante meses" dada la crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania. "A finales de año, las subidas de tipos empujarán a la zona euro a una recesión más profunda", estiman desde la gestora estadounidense, y es que el Banco Central Europeo (BCE) "parece tan decidido como la Fed a luchar contra la inflación subiendo los tipos". Incluso aunque sea a cualquier precio.

"Al igual que la Reserva Federal, el BCE no está comprendiendo el alcance total de la recesión necesaria para aplastar la inflación", remarcan. "Creemos que el BCE seguirá subiendo los tipos durante el resto del año, pero se detendrá antes y muy por debajo de las proyecciones del mercado cuando se enfrente a la gravedad de la recesión", apuntan.

Como dicen, "la Gran Moderación, el largo periodo de crecimiento estable y baja inflación, ha terminado", y ahora "la volatilidad macroeconómica y del mercado reverbera en el nuevo régimen". Y ante ello, los inversores deben tener claro que ahora deberán hacer ajustes de forma más frecuente en las carteras para adaptase a este entorno cambiante. Según BlackRock, "las decisiones y los horizontes de inversión deben adaptarse más rápidamente. Creemos que las carteras, las coberturas y los modelos de riesgo tradicionales ya no funcionarán". En conclusión: "Hay que ser ágil".

NUEVO RETO PARA EL CRECIMIENTO MUNDIAL

Por su parte, en Schroders también se refieren a este nuevo escenario macroeconómico. En un reciente comentario firmado por Keith Wade, economista jefe de la gestora británica, éste afirma que "los tipos de interés están subiendo a un ritmo acelerado después de que los bancos centrales hayan admitido que la inflación ya no es sólo un evento transitorio, sino que es posible que se mantenga en el tiempo", y para muchos "esto se percibe como un nuevo régimen en la política monetaria y los mercados financieros".

También comenta que ahora que la política monetaria está "trabajando para reducir la demanda, es probable que la política fiscal sea más activa para apoyar a los hogares, pero en última instancia, el impulso fiscal mundial se ha vuelto negativo, lo que supone un nuevo reto para el crecimiento mundial".

Sus previsiones no son nada halagüeñas. Schroders espera ahora un crecimiento mundial del 2,6% para este año, que se ralentizará hasta un avance de solo el 1,5% para 2023. "Sin tener en cuenta la pandemia de Covid-19, este será el año más débil para el crecimiento mundial desde 2009", apunta Wade. Además, la gestora ha rebajado fuertemente las previsiones de previsiones para EEUU (al 1,7% en 2022), la Eurozona (al 3% en 2022) y el Reino Unido (al 3,4%). Y sobre la inflación global, esperan que pase del 3,4% en 2021 al 7,2% este año, antes de moderarse al 4,3% en 2023.

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