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Boris Johnson.Sharecast / public domain image

Vergonzoso. Es la palabra que mejor define el lamentable espectáculo político que está dando Reino Unido, que ha llevado finalmente a la dimisión de Liz Truss, quien después de 44 días en el poder tiene el dudoso honor de convertirse en la primera ministra más breve de la historia británica.

El escenario que se abre ahora implica una nueva votación entre los diputados del Partido Conservador ('tories') para elegir al nuevo primer ministro, cuyo resultado se anunciará el 28 de octubre, y entre los posibles candidatos aparece el nombre de Boris Johnson.

"Las pizzas y las fiestas se olvidan rápidamente cuando la factura del gas sube un 300% y tienes que refinanciar tu hipoteca de dos años al 5%", comenta irónico Neil Wilson, director de la firma británica Markets.com, en referencia a los escándalos que provocaron la salida del premier. "No descarten un regreso como el de Lázaro para Boris", añade Wilson, refiriéndose al milagro de Jesús de la resurrección de Lázaro de Betania.

"El Partido Conservador está tan dividido que incluso si Rishi Sunak toma el relevo siempre habrá quienes trabajen en segundo plano para socavarlo"

Cierto es que lo de ahora va más allá. Al escándalo que en sí supone la penosa gestión política de Liz Truss, hay que sumar que el futuro económico del país ha quedado en entredicho. El famoso 'minipresupuesto' basado en recortes de impuestos ha sido fulminado, y ahora cabe esperar que el sucesor sea capaz de reconstruir la credibilidad fiscal de Reino Unido.

"Restablecer la reputación de las finanzas públicas británicas dependerá en gran parte del aumento de los impuestos y de los recortes del gasto, que serán medidas muy poco populares entre las alas influyentes del Partido Conservador en el poder, así como entre los votantes que están tratando de hacer frente al aumento del coste de la vida", afirma Eiko Sievert, director de calificaciones del sector público y soberano de Scope Rating.

"BASURERO DEL GOBIERNO"

Al mercado le preocupa la división del Partido Conservador. A estas alturas, y después de todo lo que ha ocurrido -la salida de Boris Johnson, el nombramiento de Truss, el cese del ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, la llegada de Jeremy Hunt, la dimisión de la Ministra de Interior, Suella Braverman, la marcha de la primera ministra...- no sólo está en entredicho la credibilidad del Gobierno actual, sino la credibilidad de todo el Partido en su conjunto.

"El Partido Conservador, en su forma actual, está tan dividido que incluso si Rishi Sunak toma el relevo, como se predice ampliamente, siempre habrá quienes trabajen en segundo plano para socavarlo", asevera Michael Hewson, director de análisis de CMC Markets en Londres. "Es difícil esperar que cualquier sustituto sea capaz de unirse en torno a cualquier forma de unidad política en este basurero de Gobierno", añade Hewson en tono muy crítico.

Visto esto, la opción de unas elecciones anticipadas (faltan más de dos años para la celebración de las elecciones generales, en enero de 2024) es una posibilidad clara. El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, ha pedido que se celebren porque “Gran Bretaña no se puede permitir el caos de los ‘tories’”. “Mi gobierno laborista proporcionará la estabilidad y el liderazgo necesarios. Para nuestra economía. Para el crecimiento. Para los trabajadores. Elecciones generales, ahora”, ha sentenciado Starmer.

Los analistas de Oxford Economics predicen, sin embargo, que "teniendo en cuenta los pésimos resultados de los Conservadores en las encuestas, un nuevo líder se resistiría a las peticiones de elecciones generales inmediatas". Desde Scope reconocen que, aunque no es su escenario base, la probabilidad de que se celebren elecciones generales anticipadas es cada vez mayor, "lo que añadiría más incertidumbre a las perspectivas fiscales a largo plazo", advierten.

En lo que respecta al mercado, la volatilidad de los bonos sigue siendo elevada, con oscilaciones diarias de los rendimientos en torno a los 25 puntos básicos. "Esto es negativo para los fondos de pensiones y los inversores que buscan dinero en efectivo y pretenden reequilibrar su asignación de activos", subraya Axel Botte, estratega de mercados de Ostrum AM. La libra esterlina, a 1,12 dólares, se ha recuperado tras el anuncio de la marcha de Truss, pero todas las miradas están puestas ahora en la próxima subida de tipos del Banco de Inglaterra. "No menos de 100 puntos básicos o la libra retrocederá", avisa Botte.

"LA VISIÓN ECÓNOMICA ERA DE ELLA"

Liz Truss quiso salvar esta crisis a base de 'chivos expiatorios' y a la vista está que le ha salido muy mal. El cese de Kwarteng se volvió claramente en su contra porque era evidente que éste no era el responsable último del polémico 'minipresupuesto'.

"Aunque él haya sido el artífice de las políticas del 'minipresupuesto', la visión económica era de ella", afirman los expertos de Berenberg, que ya anticipaban que, con un Gobierno "en ruinas", era cuestión de tiempo que Truss dimitiera presionada por los miembros de su propio partido.

En la breve declaración que hizo este jueves para anunciar su marcha, Truss reconoció que había llegado al cargo con una visión de impuestos bajos y alto crecimiento. "Dada la situación, no puedo cumplir el mandato por el que fui elegida", aseguró.

Cabe recordar que los planes fiscales de Truss y Kwarteng, que se presentaron el pasado 26 de septiembre, han provocado una sangría en el mercado de bonos y en la libra. El Banco de Inglaterra (BoE) tuvo que intervenir con un plan millonario de compra de bonos y, en algún momento dio la impresión de que Andrew Bailey, gobernador del BoE, iba a ser el 'sacrificado' tras mostrarse muy tajante con la fecha de finalización de dicho plan. Bailey logró capear el temporal, un temporal que ha destrozado al Gobierno actual y que hace muy difícil que uno nuevo consiga afianzarse convenientemente.

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