• El diálogo y la mejor relación institucional pueden relanzar la situación a un desenlace de beneficio mutuo
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Guerra Comercial

John Nash lo tendría claro. Su análisis sobre el equilibrio en la 'teoría de juegos' no cooperativa apunta hacia la formalización de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Un estudio que bien valió un Premio Nobel de Economía en 1994, y que ahora puede arrojar algo de luz sobre el futuro de las tensiones que afloran entre dos de las economías más potentes del mundo.

La consecución de golpes ha aumentado la incertidumbre en los mercados, nadie quiere vivir una guerra comercial. Sin embargo, tras la respuesta china de igualar en envite del presidente estadounidense, Donald Trump aumentó la pasada semana en 100.000 millones de dólares su apuesta en aranceles. Un peligroso ejercicio que puede terminar de dinamitar la relación entre ambos bandos.

El 'Equilibrio de Nash' muestra la guerra como el escenario más probable, con ambos países en busca de la mayor recompensa

Sin embargo, apenas tres días después, el presidente Xi Jinping anunciaba medidas aperturistas para su país, como la reducción de aranceles a las importaciones de vehículos, argumentando que "China no busca un superávit comercial". Un gesto que se ha interpretado como un paso atrás por parte del gigante asiático, opinión que los analistas no comparten. "Creemos que se trata de una malinterpretación de los eventos recientes", apunta el Economista Jefe de Oxford Economics, Gregory Daco. "La mayoría de los observadores no comprenden el marco global de estas tensiones, ni la dimensión intemporal del duelo", añade.

De este modo, mediante el diseño de un 'dilema de prisionero' es posible estudiar cuál es el resultado más probable para el enfrentamiento de dos países sin incentivos para cooperar, con una mayor recompensa percibida que mediante la cooperación, como ocurre en este caso. El escenario que más probabilidades de ocurrir soporte se conoce como el 'Equilibrio de Nash'.

Así, la guerra comercial es el resultado más probable, con ambos países imponiendo aranceles a las importaciones de su 'enemigo', buscando obtener el mayor volumen de beneficios. Sin embargo, el equilibrio de Nash (US -5; China -5) no es el mejor escenario para ambos. Y aquí es donde el diálogo y las relaciones institucionales entran en juego. Mediante una reducción de las tensiones, ambas Administraciones avanzarían hacia un marco de beneficio mutuo.

Además, la consultora británica destaca las diferencias temporales que ambas estrategias experimentan. Mientras que la Administración de Trump necesita mostrar una imagen de autoridad y poder de manera inmediata tras la pérdida de apoyos en sendas cámaras para las elecciones intermedias de este año, su rival ha mostrado un deseo más largoplacista de abarcar estas cuestiones. El conflicto podría empeorar antes de alcanzar un resultado positivo en el futuro.

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