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Tras el ‘tapering’, los inversores siguen dirigiendo sus miradas a la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos. La razón no es otra que la subida de tipos. Muchos quieren saber cuándo se producirá y qué reacción habrá en los mercados. Otro elemento para tratar es el de la inflación, puesto que el discurso de que será transitoria está cada vez más cuestionado, incluso dentro del propio banco central. Desde Morgan Stanley ponen negro sobre blanco en estas dos cuestiones.

La economía ha avanzado considerablemente hacia los objetivos del Comité del Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por sus siglas en inglés), por lo que el Banco Central estadounidense ha comenzado a reducir el ritmo de sus compras mensuales de activos”, dicen los expertos.

Desde la entidad creen que el mercado laboral estará cerca de sus máximos a finales de 2022 y que la Reserva Federal subirá los tipos por primera vez en el primer trimestre de 2023. Todo ello si se mantiene el ritmo del ‘tapering’ durante el próximo año.

Una reducción de estímulos que algunos de los miembros del FOMC creyeron que debería ser superior a la aprobada. El programa, con el recorte de 10.000 millones en la compra de valores del tesoro y de 5.000 millones de bonos asociados a letras hipotecarias, tuvo un apoyo "general", pero no unánime.

“La caída de la inflación y el aumento de la participación en el mercado de trabajo en el primer semestre del próximo año deberían aliviar las presiones para subir los tipos demasiado pronto”, argumentan desde Morgan Stanley. Sostienen que la Fed no considerará que se ha llegado al máximo nivel de empleo incluso cuando los indicadores se aproximen a los de antes de marzo de 2020.

De ahí que el mercado laboral sea uno de los principales argumentos que llevan a los analistas a calcular que la primera subida de tipos será en 2023, y que se realizarán dos por año, siguiendo la misma tendencia que se produjo en 2016.

Hasta el momento, el mercado y los analistas de Morgan Stanley tenían dudas sobre la política de la Fed, dado que el mandato de Jerome Powell estaba en el aire a partir del próximo mes de febrero y un nuevo nombramiento podría haber hecho que el Banco Central tuviera un viraje en su política económica.

Pero este lunes se conoció que Joe Biden, presidente de EEUU, reeligió a Powell al frente de la Reserva Federal, pero aún quedan por nombrar algunos cargos del Comité del Mercado Abierto de la Fed.

Volviendo a la inflación, los expertos creen que el IPC estadounidense se enfriará durante el próximo año, lo que no evitará que las tasas interanuales sigan siendo altas. “La inflación subyacente PCE será en diciembre de 2022 del 2,4%, antes de moderarse hasta el 2% a finales de 2023”, afirman, por lo que se puede concluir que compran el argumentario de la Fed de que la presión de precios es temporal.

De hecho, se basan en que algunos de los elementos que han impulsado el IPC, como la falta de componentes en el sector del automóvil que ha ayudado a las ventas de los vehículos usados o la aceleración de los precios de servicios básicos, seguirá en aumento durante este 2021, aunque se estabilizarán durante el próximo año.

Todo ello gracias a la normalización de las cadenas de suministros y el desbloqueo de los cuellos de botella. En esta línea, en el sector del motor calculan que hacia el segundo trimestre la oferta superará a la demanda, suavizándose así los precios de los vehículos.

Aún así, la presión sobre los precios de los servicios básicos será lo que provoque que las tasas interanuales se mantengan altas, con la vivienda liderando las subidas por los aumentos continuos de los alquileres.

De hecho, prevén que la inflación subyacente en diciembre de 2021 se sitúe en el 5,5%, mientras que la PCE llegará al 4,2%.

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