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Las bolsas han comenzado 2023 con una marcada tendencia alcista impulsada por la confianza de los inversores en que los bancos centrales logren el tan ansiado 'aterrizaje suave' de la economía. Sin embargo, los expertos prefieren optar por la cautela y advierten que una recesión todavía es posible.

"Hubo un tiempo en que la recesión parecía inevitable, sobre todo en Europa, y, aunque puede que ya no sea así, creemos que la probabilidad sigue siendo alta", afirma Lewis Grant, Senior Global Equities Portfolio Manager de Federated Hermes.

El Ibex 35 ha cerrado enero revalorizándose un 9,8%. Al otro lado del Atlántico, el comportamiento ha sido igualmente positivo, con el Dow Jones avanzando un 2,83%, el S&P 500 un 6,18% y el Nasdaq un 10,68%.

"Los mercados de renta variable se han mostrado fuertes desde principios de año, ya que los inversores daban más probabilidades a la Reserva Federal (Fed) de lograr un aterrizaje suave controlando la inflación sin empujar a la economía a una recesión", destaca James Rutherford, director de renta variable europea de Federated Hermes.

En Europa, las principales bolsas han acumulado ganancias de entre el 8% y el 9%, "ya que el suave clima invernal ha reducido la probabilidad de racionamiento energético y los precios del gas han bajado, reduciendo los temores a una recesión", indica Rutherford.

A este rally de enero ha contribuido el hecho de que los inversores ya descuentan una bajada de los tipos de interés por parte de los bancos centrales y una inflación que, a pesar de estar todavía lejos del objetivo del 2%, ha alcanzado su pico y comienza a moderarse.

La reapertura de China también ha impulsado a los mercados, bajo la creencia que "debería suponer un viento de cola relativo para Europa frente a otras regiones", estima el analista de Federated Hermes.

En este sentido, ve que los índices de referencia de la renta variable europea "tienen una mayor ponderación en los sectores de materiales, energía, industrial y consumo discrecional, que tienden a estar más orientados a la demanda china".

Con todo, los expertos prefieren ser prudentes y advierten a los inversores sobre el excesivo optimismo. "A largo plazo, la reapertura de China puede traer crecimiento, pero también tiene el potencial de exacerbar la inflación", subraya Grant.

Por ello, alerta de que los acontecimientos positivos, como la vuelta a unos precios de la energía más estables y el debilitamiento del dólar, "son alentadores, pero la experiencia pasada nos ha enseñado que la volatilidad puede volver rápidamente".

DÉBILES PERSPECTIVAS EMPRESARIALES

A medida que la temporada de resultados empresariales avanza, los inversores podrán ir evaluando si el repunte tiene visos de continuar o ha sido una trampa del mercado bajista.

"Los inversores esperan que la temporada de resultados confirme la sostenibilidad de la tendencia alcista. Hasta ahora, las perspectivas empresariales no han dado resultados", dice Grant.

Los analistas creen que no es de extrañar que el entorno inflacionista haya supuesto un reto para la rentabilidad empresarial, y que las expectativas se hayan reducido en consecuencia.

Sin embargo, los efectos de la inflación están siendo más persistentes de lo previsto, "lo que nos recuerda que la economía no es tan sólida como esperábamos", valora Grant.

"La debilidad de las perspectivas de las grandes empresas es una señal de alarma que no debe pasarse por alto. Aunque las subidas de precios han aumentado los beneficios hasta ahora, cada vez preocupa más que tanto los consumidores como las empresas se muestren cada vez más cautos", concluyen desde Federated Hermes.

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