zone-euro-la-croissance-du-credit-reste-au-plus-haut-depuis-2009

Los datos de crecimiento mejores de lo esperado en la zona euro no significan que la región pueda respirar tranquila. Pese a que logró esquivar la recesión en la recta final de 2022, con un crecimiento en el cuarto trimestre del 0,1% y una expansión del Producto Interior Bruto (PIB) anual del 3,5%, la eurozona todavía se enfrenta a un duro 2023 y su economía sigue caminando por la cuerda floja. De hecho, son varios los analistas que apuntan a un crecimiento negativo en el primer trimestre.

"No debemos pensar que la economía está fuera de peligro", dicen en Oxford Economics, y creen que las estimaciones preliminares del PIB sugieren que la sorpresa positiva del cuarto trimestre podría estar ocultando una debilidad subyacente de la demanda interna. "El Viejo Continente aún se enfrenta a una fuerte ralentización del crecimiento este año", añaden en eToro, pues todavía tiene por delante "un duro 2023, navegando por un crecimiento global más lento y tipos de interés más altos".

En DWS señalan que "hay muchos indicios de que la zona euro experimentará un periodo de debilidad durante el invierno", aunque reconocen que, "sin embargo, cada vez es menos probable que se produzca una recesión técnica". Mientras, desde Rabobank advierten de "un exceso de optimismo": "Unos datos recientes mejores de lo esperado no significan que todo vaya bien. La eurozona sigue enfrentándose a algunos vientos en contra. Sobre todo, las subidas de los tipos de interés se dejarán sentir en la economía durante algunos trimestres, mientras que los costes de la energía y la inflación siguen siendo relativamente altos".

Así, de cara a este 2023 son varios los que mencionan la palabra contracción. Moody's Analytics, por ejemplo, cree que "los últimos resultados coinciden con nuestra opinión de que el crecimiento será negativo en el primer trimestre debido a las persistentes presiones inflacionistas y a los elevados tipos de interés". En Oxford Economics prevén "una probable contracción del PIB en el primer trimestre de 2023, debido principalmente a un mayor debilitamiento de la demanda de los consumidores, al agotamiento de los pedidos pendientes y a la disminución de las necesidades de reposición de existencias, que pesarán sobre la producción industrial, y a la ralentización del crecimiento mundial".

Creen también que el impacto del endurecimiento del Banco Central Europeo (BCE) "seguirá repercutiendo en la economía real al afectar a la inversión en sectores sensibles a los tipos de interés". De esta manera, "el crecimiento anual seguirá siendo muy débil, ya que estos vientos en contra lastrarán el ritmo de crecimiento en el segundo semestre de 2023", aseguran. Y "aunque los precios de la energía están retrocediendo, la incertidumbre se mantiene en niveles sin precedentes".

Desde Pantheon Macroeconomics estiman que de cara al primer trimestre de 2023, el PIB de la zona euro caerá, "ya que la subida de los tipos de interés y el endurecimiento de los criterios de concesión de préstamos desincentivan la inversión, mientras que la inflación, aún elevada, mantiene bajo control el gasto de los hogares, contrarrestando cualquier impulso continuado del comercio neto". Con ello, esperan una caída intertrimestral del PIB del 0,2% entre enero y marzo. Para todo el año, los analistas de eToro calculan que el crecimiento bajará de la tasa del 3,5% de 2022 a menos del 1% en 2023 "y se acerque incómodamente a la recesión", dada "la ralentización del crecimiento económico mundial y las fuertes subidas de tipos del BCE para frenar la inflación".

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