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Christine Lagarde, presidenta del BCE.

Es cuestión de meses que el Banco Central Europeo (BCE) anuncie nuevas medidas de estímulo para aliviar los estragos de la crisis económica derivada de la pandemia. El bazuca del supervisor monetario aún echa humo después de la dotación de 1,35 billones de euros del Programa de Compras de Emergencia para Pandemias (PEPP), pero no reposará por mucho tiempo. O al menos eso es lo que espera el consenso de analistas consultados por Bolsamanía. Las expectativas sobre que el banco central amplíe las ayudas antes de que acabe el año son unánimes y se buscarán indicios en el comunicado de la entidad y en el posterior discurso de su presidenta, Christine Lagarde.

El BCE celebra la antepenúltima reunión de su Consejo de Gobierno de 2020 este jueves, con toda la atención del mercado en las señales que pueda ofrecer sobre si la máquina de imprimir dinero se pondrá en marcha en octubre o diciembre. Asimismo, los analistas colocan el acento en el protagonismo adquirido por el banco central de las últimas semanas con sus intervenciones verbales sobre el euro, que espera que se repitan como herramienta para rebajar su fortaleza. Por último, las perspectivas macro, en concreto las de inflación después del dato negativo de agosto, también serán angulares en el cónclave bancario.

De hecho, la cuantía y la forma de “una mayor relajación dependerá de cambios drásticos en las perspectivas económicas”, avisan los analistas de Monex Europe. Por lo tanto, “los inversores deben estar atentos a las nuevas proyecciones”, señalan. La recuperación de la zona euro parece haberse agotado a mediados del tercer trimestre debido al aumento de las restricciones a algunos viajes y actividades de ocio, “sin embargo, mientras se siga evitando un confinamiento total y otras medidas excesivamente estrictas, las proyecciones de referencia de junio parecen estar bastante alineadas con las próximas cifras”, comentan.

“Cabe destacar que las expectativas de inflación basadas en el mercado no hayan disminuido sustancialmente, a pesar de que la cotización de los futuros de la tasa euro-dólar indica la posición neta más larga de la historia”, indican estos expertos. Sin embargo, aunque el euro se ha fortalecido considerablemente en los últimos meses, hasta alcanzar un hito en 1,20 dólares la semana pasada, “es poco probable que su paso a la inflación sea lo suficientemente grande como para que el BCE cambie su postura política esta semana”, creen los expertos de Berenberg. Eso sí, esperan que el banco central recalque que la dotación actual del PEPP “es un objetivo más que un límite máximo”, prosiguen.

Más preciso es Konstantin Veit, gestor de PIMCO, quien se atreve a aventurar que la flexibilización llegará en diciembre, ya que el programa contra la pandemia del BCE “se mantendrá durante un período de tiempo considerable”, por lo que sugiere otro aumento y ampliación “a finales de este año, hasta que las perspectivas de inflación converjan más estrechamente hacia la trayectoria prepandémica”. Para esto, considera razonable que a finales del último trimestre se anuncie un nuevo incremento en el PEPP con unas “compras adicionales de 600.000 millones de euros”, de forma que alcance “cerca de 2 billones de euros, el 17% del PIB de la zona euro, y extienda las compras hasta finales de 2021”.

En relación al reciente fortalecimiento del euro, señala que aunque Lagarde seguramente reciba muchas preguntas al respecto, “es probable que repita que el BCE no tiene como objetivo el tipo de cambio, reconociendo al mismo tiempo que la moneda tiene un impacto en la inflación” y que no cree “que muestre fuertes inquietudes por la cotización de la divisa común en esta etapa”. "Christine Lagarde asumirá como viento en contra la apreciación del euro, pero no tomará medidas inmediatas”, asegura por su parte Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM. Señala asimismo que la “opción nuclear” sería jugar con la idea de "volver a bajar los tipos aplicados a los depósitos", una alternativa que tacha de "tentadora" para luchar contra la apreciación de la divisa pero que, según señala Moëc, "no es una opción fácil dados los desafíos que enfrenta el sector bancario en los próximos meses".

LA MANIOBRA DE LA FED ESTARÁ PRESENTE

Por último, la reciente enmienda de la Reserva Federal a sus objetivos de inflación y pleno empleo es probable que reciba mucha atención en la conferencia de prensa del BCE. Aunque Lagarde podría ceñirse al guión y evitar adelantarse a los posibles cambios en una revisión de la estrategia que está programada para finales de 2021, el asunto “podría merecer algunos comentarios, dada su urgencia”, indican desde Monex Europa.

“Como se insinuó hace unos meses, es probable que el BCE se mueva en una dirección similar a la de la Reserva Federal, prescribiendo una orientación política vinculada a un objetivo de inflación simétrica del 2%, a diferencia de la actual”, argumentan.

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