• También cita la desregulación financiera pretendida por Trump como otro gran riesgo
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El presidente del BCE, Mario Draghi.

Definitivamente, Mario Draghi no se cuenta entre los seguidores de Donald Trump. El presidente del Banco Central Europeo (BCE) no ha dudado en señalar varias de las medidas activadas o pretendidas por el mandatario estadounidense como los "mayores riesgos" que detecta en el escenario económico actual.

Trump vuelve a colarse así en el cónclave monetario del BCE, que este jueves ha culminado su reunión sin cambios en los tipos de interés, con los oficiales en el 0% y los de la facilidad de depósito en el -0,40%, y en las compras de activos, que seguirán a un ritmo de 30.000 millones de euros al mes al menos hasta septiembre. Si en enero Draghi criticó abiertamente los mensajes que la Casa Blanca estaba lanzando sobre el dólar, en marzo ha sido la orientación comercial que está adoptando el Gobierno de EEUU, con la instauración de aranceles al acero y el aluminio, la que ha empujado al banquero italiano a 'acordarse' otra vez de Trump.

Primero, el BCE ha incluido taxativamente en su comunicado "el creciente proteccionismo" entre los riesgos potenciales sobre el crecimiento de la Eurozona. Y luego, ya en la rueda de prensa posterior a la reunión, tampoco se ha escondido. El presidente del BCE ha mostrado su rechazo a que este tipo de medidas se adopten de manera "unilateral". "Es peligroso", ha advertido, al tiempo que ha pedido que este tipo de asuntos se traten y se resuelven en los organismos multilaterales.

Y aún ha ido más allá. Ha avisado de que estas decisiones pueden trastocar las relaciones internacionales, y ha lanzado una reflexión: "Si pones aranceles a tus aliados, uno se pregunta quiénes son los enemigos".

Pero Draghi tampoco ha ocultado de otro asunto que le preocupa y que también tiene a la Casa Blanca como protagonista: la reforma financiera que Trump pretende ejecutar para desmontar parte de la nueva normativa financiera surgida tras el estallido de la crisis. "Uno de los mayores riesgos, del que no se habla, es la desregulación financiera". Draghi nunca ha ocultado que, en su opinión, la relajación de la normativa bancaria figuró entre las razones que condujeron a la crisis que se desató desde 2007, de ahí su insistencia en demandar que no se repita aquella situación.

Así, al combinar ambos asuntos, Draghi emite el veredicto de que varias de las aspiraciones económicas de Trump, como son su política comercial y su política financiera, constituyen los mayores riesgos que el presidente del BCE observa en el escenario actual.

VIENE DE LEJOS

Aunque no es demasiado habitual que un banquero central se posicione tan claramente sobre asuntos con tanta carga política y de relaciones institucionales como el de los aranceles o las cuestiones comerciales, lo cierto es que la 'simpatía' de Draghi por Trump viene de lejos. De hecho, y asumiendo la etapa que estaba comenzando, el banquero italiano criticó ya algunas de las intenciones al poco de llegar a la Casa Blanca.

A comienzos de febrero de 2017, Draghi ya alzó su voz, en una comparecencia ante el Parlamento Europeo, contra la desregulación financiera pretendida por Trump. También negó al presidente estadounidense. "Nosotros no manipulamos nuestra moneda", afirmó categóricamente para responder al mensaje que lanzado por Trump, que días antes había acusado a Alemania de auspiciar la depreciación del euro para procurarse así una ventaja competitiva.

Hace meses, Draghi acompañaba con sus críticas a las de Yellen. Pero ya Yellen no está. Y de Powell se espera, precisamente, que haga realidad la reforma financiera de Trump

Meses después, en el simposio monetario de Jackson Hole que se celebra todos los años a finales de agosto, Draghi volvió a la carga. Pero no lo hizo solo, sino en compañía de la entonces presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen. Si Yellen se pronunció contra la reforma financiera a la que Trump aspira, Draghi se refirió al flanco comercial e hizo un llamamiento para "resistir a los impulsos proteccionistas".

Yellen ya no está. Y de su sustituto al frente de la Fed, Jerome Powell, se espera de hecho que acelere y facilite la reforma financiera pretendida por Trump. Tal vez por eso Draghi lo ha dicho tan claro. Para que Powell también lo escuche.

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