El Gobierno de Emmanuel Macron ha hecho público el tan esperado plan de estímulo de 100.000 millones de euros con el que el presidente francés cuenta para transformar la economía y su fortuna política a menos de dos años de las elecciones presidenciales.
El plan, denominado "Relanzamiento de Francia", incluye subsidios salariales, recortes fiscales para las empresas y financiación de proyectos medioambientales. Su objetivo es pasar del gasto de emergencia de la crisis de Covid a abordar los problemas a largo plazo de la débil inversión y la creación de empleo en la segunda economía de la zona euro.
El denominado reinicio fiscal -gran parte del cual se anunció durante el verano- se extenderá a lo largo de dos años y se divide en partes casi iguales entre la competitividad, el empleo y las políticas sociales y la financiación de la transición a una economía más ecológica.
Es un movimiento político de alto riesgo para Macron. La economía francesa fue una de las más afectadas en Europa por los cierres y el rebote inicial parece estarse ralentizando. Por ahora, las medidas de emergencia han ayudado a contener el desempleo, pero podría aumentar considerablemente en los próximos meses.
El caso francés no es único, los gobiernos de toda Europa están planeando estímulos adicionales mientras el coronavirus continúa golpeando las economías. En Alemania, el bloque gobernante de la canciller Angela Merkel apoyó el martes los planes que permiten un gasto deficitario extraordinario el próximo año.
