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Reunión a reunión. La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, se ha ceñido al guion y ha reiterado una y otra vez que la hoja de ruta del organismo irá evolucionando con cada nuevo cónclave. “No puedo decir a qué ritmo ni hasta dónde subirán los tipos”, ha afirmado, “Decidiremos reunión a reunión”.

Lo que sí ha señalado es que los tipos de interés, que han subido este jueves unos 75 puntos básicos en consonancia con las expectativas del consenso, seguirán subiendo “hasta alcanzar el objetivo” de inflación del 2%. “No hemos completado el trabajo de normalizar nuestra política. Todavía hay un camino por recorrer y lo seguiremos haciendo en función de los datos, reunión a reunión”, ha repetido la presidenta del banco central, quien ha rechazado dar una guía porque “no es lo que necesitamos en estos momentos”.

Y es que la inflación, ha señalado, “permanece demasiado alta”. En septiembre, el Índice de Precios de Consumo (IPC) alcanzó el 9,9%, ocho décimas más que en agosto, según los datos confirmados por Eurostat, la oficina de estadística comunitaria, que había avanzado una primera estimación del 10%.

“Las presiones de precios son evidentes en más y más sectores, en parte debido al impacto de los altos precios de la energía, que se transmiten a toda la economía”, ha apuntado. Lagarde ha resaltado que las expectativas a largo plazo se sitúan en el 2%, dentro del objetivo y el mandato del BCE, pero también ha admitido que “algunos indicadores justifican” preocupación por que se supere el objetivo final.

Lagarde ha señalado que el organismo seguirá “monitorizando la evolución de las expectativas de inflación a medio plazo”, ya que “este es el principal elemento contra el que estamos luchando”, al tiempo que ha reconocido que en el BCE “tendrán presente en las decisiones el riesgo de recesión”. “Sabemos que las subidas de tipos no tendrán un efecto inmediato en el control de la inflación”, ha admitido Lagarde, señalando que vigilarán para que el sector financiero transmita adecuadamente la política monetaria.

“Tenemos que hacer lo que tenemos que hacer, nuestro mandato es la estabilidad de precios", ha respondido Lagarde al ser cuestionada por las críticas de varios líderes a un endurecimiento monetario excesivo por parte del BCE. “No queremos provocar una recesión, pero debemos encarar la realidad de la inflación y luchar contra ella. Continuaremos haciéndolo”, ha añadido.

En este sentido, la banquera central ha señalado que “hay una desaceleración económica claramente en marcha”, aunque ha señalado que ver “fortaleza en el mercado laboral y apoyo fiscal de los gobiernos”. Sin embargo, esta desaceleración podría terminar provocando “un mayor desempleo en el futuro”.

“Es probable que los mercados laborales sólidos respalden salarios más altos para compensar la inflación más alta”, ha añadido Lagarde.

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