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© Alberto Sánchez

La pandemia del coronavirus primero y la guerra en Ucrania después han cambiado el paradigma económico que se vivía hasta el inicio de 2020. Una nueva forma de afrontar las crisis económicas y la incertidumbre que han generado las mismas, ya que ambas han ido muy pegadas, han dejado 2022 como el año del nuevo ciclo, según Deutsche Bank. La mayor inflación, el frenazo en el crecimiento y las pendientes subidas de tipos son el contexto general de los bancos centrales de cara a los próximos meses.

En su último informe destacan la disparada inflación que tenía Estados Unidos para cerrar el año, del 7% frente al 1,4% del inicio, y la zona euro, del 5% frente al 0,9%. Destacan que lo que al principio fue una respuesta a la pandemia y sus consecuencias, la ampliación de los precios de algunos bienes y servicios, además de en los mercados laborales, hace que sea muy poco probable que estos vuelvan a niveles anteriores a la pandemia en un futuro próximo.

“Las primas de riesgo en los precios de las materias primas y de la energía han aumentado considerablemente tras la invasión a Ucrania y es probable que se sumen a los factores de empuje de los costes. En estos niveles elevados, es probable que las tasas de inflación mantengan la presión sobre los bancos centrales para que adopten un sesgo restrictivo en muchos países”, explican.

Puede consultar aquí el directo especial de 'Bolsamanía' sobre la guerra.

Bajo este contexto, Charlotte Masquelier, jefa de depósitos, cuentas y gestión de recursos financieros de la entidad, Konrad Aigner, director de inversiones, y Norton Price, jefe de depósitos en Europa, Oriente Medio y África, han realizado este último escrito en el que analizan los retos que tienen por delante los bancos centrales para dar una respuesta adecuada a la situación.

LA RESERVA FEDERAL Y LAS 6 SUBIDAS DE TIPOS

Uno de los principales actores en este análisis es la Reserva Federal (Fed). Algunos analistas e incluso algunos miembros del Comité de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) como James Bullard, de la Fed de Sant Louis, ya anticipan que el banco central estadounidense va tras la curva.

El informe de Deutsche Bank destaca el cambio de postura en la Fed después de ver que la presión de los precios permanecía. De hecho, ya en el FOMC de marzo se inició del ciclo de subidas de tipos en 25 puntos básicos, con Jerome Powell, el presidente del organismo, advirtiendo de que era “muy consciente” de su responsabilidad en la “restauración” de la estabilidad de los precios.

La mediana de los gráficos de puntos de los miembros del cónclave apuntan a 6 nueva subidas de tipos este año, aunque los detalles sobre el endurecimiento cuantitativo (QT) podrían anunciarse "en una próxima reunión".

“A pesar de la presión ejercida por la inflación y la dinámica del mercado laboral, pensamos que la Fed seguirá aplicando su enfoque bien establecido para anunciar, explicar y preparar a los mercados para las próximas medidas de política monetaria”, señalan estos expertos en el informe. Eso sí, “teniendo en cuenta las últimas proyecciones económicas y el diagrama de puntos de referencia, los mercados pueden esperar que se produzcan subidas de tipos constantes en lo que queda de 2022 y 2023, y que la reducción del balance de la Fed tenga lugar a partir del segundo semestre de este año”.

EL BoE Y LA SENDA DEL ENDURECIMIENTO

Mientras, en Inglaterra su banco central se enfrenta a una situación similar, con la inflación en máximos de 30 años y signos de rigidez del mercado laboral. Bank of England (BoE) fue el primero en subir los tipos al aumentarlos un 0,1% en diciembre, seguido de otras dos subidas de 25 puntos básicos en febrero y marzo, volviendo al nivel previo a la pandemia.

El Comité de Política Monetaria (CPM), organismo de gobernanza de la entidad, subrayó los riesgos a la baja derivados de la presión sobre los ingresos de los hogares y modificó su visión, reduciendo el número de subidas necesarias para que la inflación vuelva al rango objetivo en dos o tres años.

“Con el aumento de dichas expectativas y más pruebas de los efectos de segunda ronda de la inflación, esperamos que continúe con su senda de endurecimiento con dos subidas más hasta marzo de 2023”, señalan en Deutsche Bank.

EL BCE Y LAS SUBIDAS A FINAL DE AÑO

Mientras, en el Viejo Continente el Banco Central Europeo (BCE) quiere mantener parte de la flexibilidad dada durante la crisis de la pandemia debido a la mayor incertidumbre por la guerra en Ucrania, a nivel de inflación y ante el aumento de los precios de las materias primas.

Aunque centra su discurso en el objetivo de estabilidad de precios, Christine Lagarde, presidenta del organismo, dejó claro que le preocupa la inflación y sigue centrada en ella a pesar de las incertidumbres alrededor de la invasión.

Deutsche Bank destaca que el BCE decidió reducir las compras del programa de compras de activos (APP) a 40.000 millones de euros en abril, 30.000 millones en mayo y 20.000 millones en junio, a la vez que las reinversiones podrían continuar en función de la evolución de los datos.

“Por lo tanto, las compras netas podrían terminar a finales del primer semestre, lo que allanaría el camino para una subida de los tipos de interés oficiales”, señalan estos expertos, que reconocen a la vez que Lagarde señaló que esto no sería automático y que el BCE aun se reserva “cierta flexibilidad”. “Aunque en la conferencia de prensa del 10 de marzo se insistió varias veces en la incertidumbre de la trayectoria de la inflación, la probabilidad de una subida de tipos en el segundo semestre del año ha aumentado con fuerza”, añaden.

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