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El Índice de Precios de Consumo (IPC) sigue en cotas elevadas en Estados Unidos, al mantenerse en julio en el 5,4% en tasa interanual, según el Departamento de Trabajo. Sin embargo, ha moderado su avance al repuntar un 0,5% durante el último mes, por debajo de la subida del 0,9% registrada en junio.

El IPC subyacente, excluyendo la comida y la energía, ha moderado su avance interanual hasta el 4,3%, lo que supone una ralentización desde el 4,5% de junio y en línea con lo estimado por los analistas. Respecto a junio, se ha situado en el 0,3%, frente al 0,4% previsto y lejos del 0,9% de hace un mes.

El gasto de los consumidores ha aumentado un 11,8% durante el segundo trimestre, lo que supone el ritmo más rápido desde 1952, gracias al despliegue de las vacunas

Al mismo tiempo, la demanda de viajes, comercios y restaurantes ha hecho que muchas empresas se esfuercen por atender sus necesidades, lo que ha provocado cuellos de botella en la oferta económica de EEUU.

Esto supone una cierta relajación en el rally de la inflación, que estaba desbocada y llegaba a generar dudas en la Reserva Federal (Fed) sobre su temporalidad. Su propio vicepresidente, Richard Clarida, dijo el pasado 4 de agosto que "como siempre, hay riesgos para cualquier perspectiva, y creo que los riesgos para mis perspectivas de inflación son al alza".

"La inflación sigue elevada, pero no ha superado las expectativas. Da la sensación de que la subida de los precios ha llegado para quedarse, pero no percibimos que la Fed esté preocupada. De hecho, la desaceleración en el aumento de los precios permite al banco central tomar una ruta más lenta hacia la reducción de sus estímulos monetarios", explica Neil Wilson, analista de Markets.com.

La comida, la energía y los vehículos nuevos aumentaron en junio, pero los vehículos usados subieron tan sólo un 0,2%, frente a subidas superiores al 9% en los tres meses anteriores. La desaceleración en el índice de automóviles y camiones usados ha sido un factor importante en el menor aumento mensual del IPC subyacente.

En este escenario, Kathy Bostjancic, economista jefe de Oxford Economics, afirma que "junio marcó el pico en la tasa anual de inflación, ya que los fuertes efectos de base están disminuyendo y los aumentos de precios al por mayor de automóviles y camiones usados se han moderado considerablemente".

No obstante, esta experta añade que "los aumentos de precios derivados de la reapertura de la economía y los actuales cuellos de botella de la cadena de suministro mantendrán la tasa de inflación elevada y rígida, ya que los desequilibrios entre oferta y demanda solo se resuelven gradualmente".

Si bien Bostjancic comparte la opinión de la Fed de que este no es el comienzo de una espiral alcista de salarios y precios, espera que "la inflación se mantendrá persistentemente por encima del 2% hasta 2022".

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