Theresa May

La primera ministra británica, Theresa May, ha quemado sus últimas naves en un intento desesperado de lograr que el Parlamento de Reino Unido apruebe su Acuerdo de Retirada sobre el Brexit. Tres veces rechazado, el texto que se volverá a votar el 3 de junio incluye numerosas concesiones, hasta un segundo referéndum, pero aún así, todo apunta a que será tumbado una cuarta vez. El empecinamiento de la 'premier' para diseñar un divorcio a su manera ha consumido su llama antes de tiempo y ha acelerado la dimisión de la mandataria que ya estaba sobre la mesa y que podría llegar tan pronto como este mismo viernes, según 'The Times'.

Todo apunta a que se agota su tiempo en el cargo y hay escasas posibilidades de que sobreviva más allá de esta semana. El medio explica que el abandono de su cargo de la líder de los 'tories' en el Parlamento, Andrea Leadsom, ha sido la gota que ha colmado el vaso en Downing Street. Ahora, se espera que la primera ministra anuncie su dimisión tras reunirse este viernes con Graham Brady, el jefe del Comité 1922, el órgano de gobierno del Partido Conservador en el Parlamento.

Si había alguna confianza en la mandataria se ha esfumado con su último "gran plan audaz, que parece estar destinado a la misma suerte que sus tres iteraciones anteriores", escribe Josh Mahony de IG Markets. Incluso en la casa de apuestas Paddy Power se han disparado las jugadas sobre que dimita a finales de mayo, opción que se paga 3/1. "El tiempo de Theresa (May) está a punto de agotarse", redondea Mahony.

Como recuerdan algunos analistas, May era un "cadáver político" desde finales de marzo. En ese momento, la premier se ofreció como precio a pagar para salvar el divorcio con el bloque comunitario, pero no puso fecha a su partida. Ahora, a las puertas de una nueva derrota en la Cámara de los Comunes, ha reiterado su intención de acordar día y hora tras la votación que tendrá lugar en una semana y media.

Será la última parada de un 'vía crucis' que se ha fraguado desde julio de 2018, cuando la primera ministra logró el respaldo de su partido al Acuerdo de Retirada en la famosa reunión de su residencia de Chequers. Inmediatamente después, dimitió el ministro del Brexit, David Davies, y el de Exteriores, Boris Johnson, que ha sido su más acérrimo enemigo desde ese momento. Su nombre suena con fuerza para liderar el Brexit cuando se haga efectiva la renuncia de la 'premier'.

Después, en noviembre de 2018 llegaba el principio de acuerdo con Bruselas. En ese texto se ofrecía una solución a uno de los problemas que más ampollas ha levantado entre los conservadores euroescépticos: la frontera con Irlanda del Norte. El período de transición por el cual el país se mantenía en la unión aduanera precipitó un crisis política en Londres que se saldó con otra cascada de dimisiones y dio paso al 'mes horribilis' de May.

El 4 de diciembre, iniciaba la defensa del texto en el Parlamento que precedió a una serie de reveses para la 'premier'. Su decisión de aplazar sine die la votación, previendo una derrota, desató la rebelión de su partido, que le presentó una cuestión de confianza. May la superó, pero a cambio se comprometía a abandonar el Número 10 de Downing Street tras el Brexit y a no aspirar a la reelección.

Ya en 2019, la Cámara de los Comunes rechaza en enero el Acuerdo de Retirada por una mayoría de 230 votos. Es la mayor derrota de un Gobierno en la historia del país, según destaca la prensa británica. El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, agrava la crisis política al presentar una moción de censura contra el Gobierno por su gestión del divorcio, pero May sobrevive gracias al apoyo de los unionistas irlandeses y su partido.

En marzo, el acuerdo es rechazado dos veces más, pero se logra una prórroga 'in extremis' de Bruselas. Un período en el que supuestamente se debía lograr el consenso interno en Reino Unido que permitiera sacar adelante el plan de May. Pero nada hace presagiar que esta vez haya algún atisbo de éxito. "Se habla de un nuevo voto de confianza o de otra moción de censura, lo que ilustra tanto la lucha interna como la imposible tarea de May de ganar apoyos para su propuesta", subraya Mahony.

A todo lo anterior cabe añadir que desde este miércoles se votan las elecciones al Parlamento Europeo. Otro epígrafe que se añade al epitafio político de May. Las encuestas indican un castigo en las urnas tanto para 'tories' como laboristas, con el susto añadido de la victoria del Partido del Brexit de Nigel Farage, que se haría con el 35% de los votos.

De confirmarse este resultado, "enviaría una poderosa señal al gobierno y a la oposición de que el público está harto del proceso Brexit", indica Neil Wilson, analista de Markets.com. Además, "podría acelerar la salida de Theresa May", agrega.

BREXIT DURO O NO BREXIT

Eso sí, los expertos llaman la atención sobre el hecho de que con la 'premier' fuera de la ecuación y con el probable liderazgo de Boris Johnson, cuyo nombre vuelve a sonar con fuerza en las quinielas, "se incrementarán las posibilidades de un Brexit sin acuerdo", alerta Mahony. "Lo que implica mayor volatilidad para la libra y los mercados" añade.

"El consenso está cambiando cada vez más hacia un escenario en el que bien Johnson bien Corbyn lideren el camino hacia algún tipo de Brexit", comentan los expertos de Danske Bank. También avisan de que las incógnitas no empezarán a despejarse hasta que "May se retire y se reorganice la política interna".

Reconocen los economistas de la entidad danesa que cualquiera de los dos candidatos mencionados "puede mostrarse más pragmático", pero "por ahora se ha introducido un poco más de volatilidad" en el Brexit. "Los inversores están buscando minimizar su exposición a los activos británicos", señala Wilson. Este experto opina, a modo de colofón, que nos dirigimos hacia una resolución binaria: "O no hay acuerdo (hard-Brexit) o no hay Brexit".

Noticias relacionadas

contador