• La falta de madurez del mercado de las divisas digitales despierta el recelo de los analistas: es demasiado pronto para vaticinar que sustituirán al oro
orobitcoin
Twitter

Del bitcoin se ha dicho de todo. Se podrían llenar libros recopilando todas las advertencias que han vertido los gigantes de los mercados financieros sobre el activo digital que ostenta el hito de superar los 5.000 dólares y de revalorizarse un 450% entre enero e inicios de septiembre. “Burbuja”, “locura espeluznante”, “fraude”… Los piropos prodigados por firmas tan prestigiosas como BlackRock o JP Morgan se suceden, a la par que se alimenta el debate entre los inversores de si el llamado ‘oro 2.0’ puede llegar a disputarle su trono al metal precioso de quien recibe el sobrenombre, en el reinado de los activos refugio.

Mucho se ha especulado este 2017 sobre el cariz de ‘safe haven’ que ha adoptado el bitcoin y, por ende, el mercado de las criptodivisas durante las recientes crisis políticas. De nuevo, la controversia que impregna cualquier aspecto relacionado con las más de 850 monedas virtuales existentes divide a los defensores y detractores de que la divisa criptográfica por excelencia acabe desbancando al oro como valor seguro.

El viernes negro que asoló este mercado el pasado 15 de septiembre, propiciado por el cierre de las plataformas de intercambio de monedas virtuales en China “ha levantado algunas dudas sobre la habilidad del bitcoin de actuar como un activo refugio”, reconoce Olusegun Ogundeji, editor de la web especializada en divisas online, 'Cointelegraph’. La criptomoneda culminaba con pérdidas de más de 1.300 dólares intradía su peor semana desde 2013, cuando la plataforma de intercambio MTGox cerró sus puertas. La masiva corrección vivida ha borrado prácticamente todo el rally de agosto, alimentado en gran medida por la crisis entre Corea del Norte y EEUU, y ha vuelto a sembrar las incertidumbre sobre si es rentable encomendarse al bitcoin cuando la aversión al riesgo domina los mercados.

Aquellos que han estado siguiendo este mercado desde que un bitcoin valía entre 200 y 400 dólares no cuestionarán el papel de activo refugio que ha adoptado la moneda, a pesar de las profundas correcciones

“Sólo quienes ya han cuestionado anteriormente las capacidades del bitcoin se aferrarán a este desplome para volver a denunciar su inestabilidad”, asegura Ogundeji. Por el contrario, "quienes conocen este mercado y saben discernir los motivos reales del desplome lo considerarán como una tendencia normal, ya que han visto peores casos y se lo tomarán como una oportunidad de comprar a mejor precio”, añade. “Aquellos que han estado siguiendo este mercado desde que un bitcoin valía entre 200 y 400 dólares no cuestionarán el papel de activo refugio que ha adoptado la moneda”, matiza el periodista especializado en este tipo de activos.

LOS ANTECEDENTES: DEL BREXIT A COREA DEL NORTE

No hace falta remontarse demasiado en el tiempo. Un bitcoin se cambiaba a poco más de 200 dólares a finales de agosto de 2015 y 10 meses después, en junio de 2016, la divisa online reaccionó al Brexit disparándose hasta precios por encima de los 760 dólares, aunque la corrección posterior fue acorde: a finales de julio, cada unidad cotizaba a 490 dólares.

En ese momento comenzó a sonar el término valor refugio asociado a las criptomonedas. “El repentino aumento del interés por las monedas digitales está ligado a los recientes trastornos que han sacudido los mercados tradicionales”, explica Nikola Grozdanovic, analista de FXTM. “Sumado al hecho de que existe una tendencia creciente a alejarse de los sistemas monetarios centralizados y una falta de confianza en los intermediarios, a menudo considerados como impedimentos para una banca eficiente”, matiza el experto del broker con sede en Chipre.

Después del divorcio entre Reino Unido y la Unión Europea, la llegada a la presidencia de los EEUU de Donald Trump provocó un nuevo auge en la criptodivisa que la llevó a fijar su precio por encima de los 900 dólares, niveles con los que abría el año y que ha llegado a quintuplicar en nueve meses. En 2017, la prima de riesgo político que se cebaba en los activos europeos antes de la elecciones en Holanda y Francia, las continuas tensiones y sacudidas políticas en Reino Unido, Corea del Norte, Estados Unidos y Oriente Medio han hecho que los inversores se vuelvan más cautos y busquen nuevos vehículos para diversificar sus carteras. “Naturalmente, esto ha aumentado significativamente la demanda e impulsado el interés tanto en los consumidores como en las instituciones” de monedas criptográficas, argumenta Grozdanovic.

SUPERANDO AL ORO

En el mes de marzo, el bitcoin conseguía lo nunca visto. Superó al oro, el activo más seguro para los inversores, cuando el Índice de Precios Bitcoin (BPI) fijó su valor en 1.238,11 dólares y 'Bloomberg' situaba el precio de la onza del oro en 1,237.73 dólares. Desde entonces, el metal precioso ha estado oscilando en el rango de los 1.200 dólares y 1.300 dólares, mientras que el valor del bitcoin se ha seguido incrementando. Alberto Muñoz Cabanes, profesor de la UNED y fundador de X-trader.net, explica la tendencia por varios motivos. En primer lugar, responsabiliza a la “desconfianza de los operadores en los mercados y los valores tradicionales, demasiado influenciados por la política”. “El bitcoin no depende de la evolución de los gobiernos o la economía de las naciones, hechos que sí afectan a los mercados monetarios y al oro”, aclara.

El bitcoin no depende de la evolución de los gobiernos o la economía de las naciones, hechos que sí afectan a los mercados monetarios y al oro

Por otra parte, coincide Muñoz Cabanes con la visión del experto de FXTM en que los inversores buscan diversificar sus operaciones y esto también ha debilitado el papel del oro como activo refugio por excelencia. “Actualmente también se ven reacciones viscerales en las divisas consideradas ‘safe haven’ como el yen o el franco suizo, donde se observan grandes flujos de capital en momentos de incertidumbre política”, redondea el profesor de la UNED.

Las tensiones entre los Estados Unidos y Corea del Norte de este verano son un gran ejemplo de cómo reaccionaron los dos activos. El bitcoin rompió la barrera de los 3.000 dólares y, después, la de los 4.000 en cuestión de días. El oro respondió de manera similar, desde un precio de 1.258.80 dólares por onza de principios de agosto y un aumento constante hasta alcanzar máximos de dos años en las 1.346 dólares la onza, a medida que la retórica amenazante entre las dos naciones se iba intensificando. “El ritmo con el que bitcoin se impulsó es impresionante y, dado su constante ascenso, no es de extrañar que algunos inversores lo perciban como una inversión alternativa”, comenta Grozdanovic.

LOS RIESGOS TECNOLÓGICOS Y REGULATORIOS

Lo que muestra este paralelismo es que ambos activos “sirven como una reserva de valor: se aprecian con el tiempo, ya que son finitos y son susceptibles de ser fácilmente intercambiados monedas en el mercado”, apunta Ogundeji. Pero aquí se acaban las similitudes. La violencia con la que ha corregido el bitcoin nada tiene que ver con la cotización del metal amarillo, cuyo auge ha sido sostenido y seguro y apenas ha cedido 30 dólares desde su reciente hito de 25 meses. Un comportamiento que ofrece argumentos a los detractores de que las criptodivisas sean candidatas a ostentar un rol de valor refugio. “Las monedas online todavía son muy jóvenes, son como bebés, y no pueden considerarse como refugios seguros”, asegura Kay Van-Petersen, estratega de Saxo Bank.

A esta falta de madurez se le añade otro inconveniente: el todavía minúsculo valor total de este mercado. Actualmente entre los 130.000 y los 140.000 millones de dólares, es 4 veces más pequeño que el valor que posee Amazon y más de 7 veces inferior al gigante Apple. Si ampliamos la comparación al oro, las diferencias se disparan. La materia prima acumula nada menos que unos 8,2 billones de dólares. De ahí que tradicionalmente las criptomonedas tengan una reputación de ser extremadamente volátiles, hecho que mantiene a los operadores más cautelosos bien apartados. Que son la mayoría de las grandes firmas institucionales.

El oro y el bitcoin sirven como una reserva de valor: se aprecian con el tiempo, ya que son finitos y son susceptibles de ser fácilmente intercambiados monedas en el mercado

Ciertamente, con tan sólo echar un vistazo a las enormes oscilaciones de precios, no sólo del bitcoin, sino de otras monedas de este tipo como ethereum, litecoin, dogecoin o ripple, en lo que va de año, se crisparían los nervios de los inversores más templados. Sólo las dos primeras acumulan apreciaciones de un 3.600% y un 1.492%, respectivamente, desde enero, con correcciones proporcionales.

Por último, el concepto de refugio seguro siempre está conectado con la seguridad. “Los inversores buscan estos valores porque quieren resguardarse frente a cualquier incertidumbre o situaciones económicas graves hasta que pase la tormenta”, reconoce Ogundeji. Y Muñoz Cabanes añade que las divisas digitales entrañan demasiadas limitaciones para ser masivamente adoptadas. “Se evita la prima de riesgo político para pagar otras como la ‘prima de riesgo tecnológico’ -ya que el valor de estas monedas está vinculado a los desarrollos de la tecnología blockchain en la que se sustenta- o la ‘prima de riesgo regulatorio’.

EL VALOR SEGURO DE LOS MILENIALS

Representantes de grandes bancos mundiales han criticado en los últimos días el bitcoin. “Se ha acusado a la criptodivisa de ser una moneda para criminales e insegura, pero creo que lo que sucede es que los grandes bancos se sienten presionados por la nueva moneda, pues va más allá de lo que ellos controlan”, explica Van-Petersen. “Es de esperar que más bancos pongan las monedas online en el punto de mira en el futuro, mientras que promoverán sus propios proyectos de blockchain -el gran libro contable de operaciones, columna vertebral de la criptodivisa- que no serán descentralizados, como sí lo es el bitcoin”, argumenta el experto de Saxo Bank.

Mientras persista la alerta entre las autoridades monetarias y los supervisores financieros sigan emprendiendo acciones contra las ICOs -emisiones de tokens criptográficos para financiar proyectos en la blockchain- la gran banca de inversión institucional seguirá mirándose el bitcoin y sus más de 800 divisas hermanas desde la barrera. Las acciones como la emprendida por China no ayudan cambiar el ánimo de los grandes inversores porque “sólo cuando se supere el recelo de las autoridades o cuando se acepte el bitcoin como método masivo de pago internacionalmente, por países y grandes empresas por igual entrarán los inversores en masa y se disparará la capitalización en este mercado”, asegura Muñoz Cabanes. “Entonces es cuando podremos hablar seriamente de sustitución”, prevé el profesor de la UNED.

Hasta que eso ocurra, el oro seguirá siendo la apuesta conservadora y mantendrá su liderazgo entre los inversores en períodos turbulentos. Pero es cuestión de tiempo, tal como apunta Ogundeji. “Puede costar que las generaciones de inversores mayores de 40 años cambien su parecer acerca de inversiones tradicionales como el oro”, indica, frente a “los milenials, que están acostumbrados a Internet y comprenden la naturaleza descentralizada de las criptodivisas”.

Y, sin embargo, “cada vez está más claro que el metal precioso no es necesariamente una mejor opción que el bitcoin como inversión, ya que posee pocas ventajas frente a los activos virtuales, aparte de que ha ostentado el rol de valor refugio por más tiempo”, concluye el experto en criptodivisas.

Noticias relacionadas

contador