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El billete verde planta cara a la oleada de ventas global en las bolsas mundiales. Mientras los inversores huyen de los activos de mayor riesgo, han buscado abrigo en el dólar y el yen, que han puesto en juego su papel de ‘safe haven’. Así, la divisa estadounidense avanza contra la mayoría de sus rivales excepto contra la moneda nipona, que se ha llegado a cotizar cerca de sus recientes máximos en los 108,500 yenes la pasada madrugada.

Activo refugio por excelencia, los expertos esperan que siga enseñando músculo hacia los 108,00 o 107,00 yenes por cada dólar. Analistas del banco de Singapur avisan que si la oleada de ventas sigue cogiendo carrerilla, la moneda nipona podría cambiarse en 104,00 yenes por cada dólar, niveles no vistos desde septiembre de 2016. Pero el dólar también ha querido comerse su parte del ‘pastel de la aversión al riesgo’ y el índice que mide su desempeño contra una cesta de seis divisas rivales avanza un 1,1% desde el pasado viernes, cuando se inició del desplome de las bolsas, hasta los 89,610 puntos.

Después de que el tema en los mercados durante las últimas semanas haya sido la debilidad del billete verde, los operadores se han dejado llevar por un merecido ‘rally de alivio’. Sin embargo, el futuro no está exento de riesgos. “Si la inflación sigue siendo ordenada y el mercado continúa descontando que las políticas de los bancos centrales convergen con la de la Reserva Federal de los EEUU (Fed)”, el dólar seguirá a la baja hasta los 1,30 dólares hacia finales de año”, comenta John Hardy, estratega de divisas de Saxo Bank.

Entre otros peligros, el experto del banco de inversión danés también enumera “los mayores deficits comerciales y fiscales de los EE.UU. a medida que la reforma tributaria favorezca un mayor consumo, la mayor parte del cual se destina a bienes extranjeros. Esta es una historia estructural”.

EL EURO Y LA LIBRA, A LA BAJA

El euro, por su parte, pierde tono por debajo de los 1,24 dólares y cae un 0,8% desde los máximos del lunes en los 1,2475 dólares. La moneda comunitaria se deja mecer por el envite de su rival estadounidense, aunque las palabras del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, no han pasado desapercibidas para los inversores. El italiano ha abogado por "no cantar victoria" todavía sobre la inflación en la Eurozona y ha pedido "paciencia y persistencia" con respecto a la política monetaria, al tiempo que ha advertido de que han surgido "nuevos vientos en contra" debido a la "reciente volatilidad en el tipo de cambio".

No obstante, para Kathy Lien, fundadora de BK Asset Management, la divisa europea ha recibido el impacto de los recientes indicadores económicos que han dejado un resultado mixto. “Esta semana el euro cede el primer plano a otras monedas, especialmente al dólar y la libra, pero su falta de ímpetu hace pensar que se espera un mayor declive contra el ‘billete verde’”, avisa la experta de la firma de inversión de EEUU.

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