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La contracción económica de la zona euro se intensifica en octubre, registrando el ritmo de declive más rápido desde abril de 2013 (si no se considera el periodo de confinamientos por la pandemia), según el índice PMI. Por lo tanto, los riesgos se sesgan hacia un aceleramiento del declive hacia finales de año.

El Índice PMI Compuesto de la Actividad Total de la zona euro, elaborado por S&P Global y ajustado estacionalmente, cayó de 48,1 registrado en septiembre a 47,1 en octubre. Por lo tanto, ahora se ha situado por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50, que indica niveles decrecientes de actividad empresarial, por cuarto mes consecutivo. El ritmo de declive se ha acelerado durante este periodo hasta alcanzar el más rápido desde noviembre de 2020.

El sector manufacturero encabezó la desaceleración, ya que la producción industrial decreció por quinto mes consecutivo y se redujo a un ritmo no observado antes de la pandemia desde julio de 2012. La actividad del sector servicios también disminuyó, indicando su tercer mes consecutivo de reducción y contrayéndose en una magnitud no observada (salvo durante los confinamientos por la pandemia) desde mayo de 2013.

El crecimiento registrado estuvo confinado a las firmas tecnológicas, de servicios industriales, y farmacéuticas y de biotecnología. Algunas de las caídas más severas se observaron en los subsectores de sustancias químicas y plásticos, y de recursos básicos, reflejando a menudo su alta dependencia de las energías.

Al mismo tiempo, los volúmenes de nuevos pedidos de productos y servicios se redujeron por cuarto mes consecutivo y la tasa de disminución se aceleró a un ritmo no observado desde diciembre de 2012 si no se consideran los meses de confinamientos por la pandemia, indicando una creciente disminución de la demanda. Si no se toma en cuenta el periodo de la pandemia, la caída de los pedidos manufactureros fue la más intensa desde abril de 2009, mientras que el declive de los nuevos pedidos recibidos en el sector servicios fue el más pronunciado desde junio de 2013.

La reducción de nuevos pedidos llevó a las empresas a seguir procesando los pedidos pendientes para contribuir a mantener los niveles de actividad empresarial, por lo que los pedidos por completar se redujeron por cuarto mes consecutivo. La caída fue encabezada por un declive particularmente intenso en el sector manufacturero. El declive más marcado de los pedidos pendientes se registró en Alemania, mientras que Francia indicó un crecimiento de los pedidos por completar.

Pese a que el crecimiento de empleo repuntó ligeramente en octubre, el último aumento fue el tercero más bajo observado en el último año y medio, lo que refleja un recorte de empleo en algunas firmas en medio de indicios de un exceso de capacidad en proporción a las ventas y una mayor reticencia a la contratación, generada por la incertidumbre en torno a las perspectivas.

Las expectativas de actividad comercial para los próximos doce meses siguieron siendo débiles, situándose en el segundo nivel más bajo desde los primeros confinamientos por la pandemia. La confianza estuvo especialmente baja en el sector manufacturero y en particular en Alemania, manifestando la preocupación existente acerca de las energías además del creciente coste de vida y las desaceleraciones mundiales del crecimiento económico. Aunque en el sector servicios el optimismo aumentó ligeramente frente al mes anterior, se mantuvo más débil que en cualquier otro momento desde principios de 2020 y muy por debajo de los niveles observados a principios de este año, principalmente a raíz de la preocupación por el creciente coste de vida y el endurecimiento de las condiciones financieras.

Aunque la producción industrial nuevamente fue limitada en muchos casos por la escasez de componentes y la preocupación acerca de las energías, en octubre se observó que la incidencia de retrasos en general en la cadena de suministro se atenuó hasta su nivel más bajo en poco más de dos años. Las firmas encuestadas informaron de una menor escasez de componentes y mejoras en el transporte, pese a que muchas veces esto se debió a que los proveedores tenían menos pedidos debido al debilitamiento de la demanda. La compra de insumos en el sector manufacturero decreció a una de las tasas más marcadas observadas desde la crisis financiera mundial, reflejando unas menores necesidades de producción y unas políticas cada vez más generalizadas de reducción deliberada de las existencias debido a niveles de ventas más débiles de lo esperado.

A pesar de que la mejora de los problemas de suministro de materias primas contribuyó a paliar algunas presiones inflacionistas, los crecientes costes de las energías y las presiones alcistas de los sueldos hicieron que la tasa de inflación de los costes en general se mantuviera sumamente elevada, descendiendo apenas ligeramente frente a la máxima de tres meses registrada en septiembre (y hasta aumentando ligeramente en el sector servicios).

El aumento de los costes generó un persistentemente alto ritmo de incremento de los precios cobrados por los productos y servicios, que apenas cayeron marginalmente en comparación con los de septiembre y registraron el sexto aumento mensual más pronunciado desde que se dispone de datos comparables (que comenzaron a recopilarse a fines de 2002). Las tasas de inflación de los precios de venta solo se atenuaron levemente tanto en el sector manufacturero como en el sector servicios y en ambos casos se mantuvieron mucho más elevadas que las observadas antes de la pandemia.

ALEMANIA INDICA LA CONTRACCIÓN ECONÓMICA MÁS AGUDA

Por países, en la zona euro, el mayor declive siguió siendo registrado en Alemania, cuyo índice PMI compuesto se desplomó hasta 44,1, su nivel más bajo desde mayo de 2020 y, con excepción de la pandemia, su nivel más débil desde junio de 2009. Tanto el sector manufacturero como el sector servicios de Alemania registraron tasas de contracción pronunciadas y aceleradas.

Mientras tanto, el crecimiento de la actividad total se paralizó en Francia, cuyo índice PMI compuesto registró 50 frente a 51,2 indicado en septiembre, lo cual representa el primer mes en el que la actividad total no ha aumentado desde marzo de 2021. Una modesta expansión de la actividad del sector servicios contrarrestó un marcado, aunque menor, declive en el sector manufacturero.

En el resto de la región, la actividad total cayó por segundo mes consecutivo, disminuyendo al ritmo más rápido desde enero de 2021, y con excepción del periodo de la pandemia, desde junio de 2013. Un modesto declive de la actividad del sector servicios se vio acompañado de una caída más intensa de la producción industrial.

"La debilidad en las economías más grandes del bloque corre el riesgo de mayores efectos indirectos en todo el continente y podría significar una recesión más dura durante el invierno de lo que esperamos actualmente", apuntan los expertos de Oxford Economics. "Consideramos que los PMI de hoy son una clara señal de que la zona del euro ha entrado en un período de declive significativo, persistente y generalizado de la actividad económica; en otras palabras, una recesión", aseguran en Barclays.

Desde S&P Global Market Intelligence comentan que "parece probable que la economía de la zona euro se contraiga en el cuarto trimestre, dado el panorama de creciente disminución de la actividad total y el deterioro de la demanda observado en octubre, aumentando la especulación en el sentido de que la recesión cada vez parece más inevitable".

Pese a que el índice PMI del estudio de octubre correspondería a una caída del PIB a un ritmo modesto de aproximadamente 0,2 %, "la demanda se está contrayendo intensamente y las empresas cada vez se inquietan más por los elevados niveles de existencias y ventas más débiles de lo esperado, especialmente a medida que se acerca el invierno. Por tanto, los riesgos se sesgan hacia un aceleramiento del declive hacia finales de año", aseguran.

Consideran también que, "mientras que el creciente coste de vida sigue siendo el responsable predominante de la desaceleración económica, la crisis energética de la región continúa siendo una fuente importante de preocupación y un lastre para la actividad empresarial, especialmente en los sectores que hacen un uso intensivo de las energías. Al mismo tiempo, las presiones de los precios siguen obstinadamente elevadas, mientras los crecientes costes de las energías y el personal y la debilidad del euro contrarrestaron las reducciones de los precios de los productos básicos relacionadas con la mejora en las condiciones de suministro".

"Debido a ello, los elevados indicadores de los precios del estudio probablemente aumentarán la determinación del Banco Central Europeo (BCE) de seguir ajustando la política monetaria en los próximos meses pese al creciente riesgo de recesión. No obstante, probablemente todavía haya una cierta incomodidad entre algunos responsables de la política monetaria respecto del impacto de un endurecimiento demasiado agresivo de la política en vista de las otras dificultades económicas", concluyen.

Por su parte, los analistas de Pantheon Macroeconomics esperan que el BCE suba los tipos de interés en 75 puntos básicos esta semana, "pero también sospechamos que este será el último de esos movimientos, ya que el banco central reducirá el ritmo de ajuste entre ahora y el final del primer trimestre".

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