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Un concesionario de cochesCOCHES.NET - Archivo

Pérdidas de 54.700 euros por minuto. Eso es lo que le costaría al sector del automóvil un parón de la producción de coches en Reino Unido como consecuencia de un Brexit duro, que provocaría el cierre de fronteras y el fin del libre comercio entre el país y la Unión Europea. En un sector con las cadenas de valor y producción tan integradas como este, el coste ascendería a 79.200 millones de euros al día por los retrasos en la llegada de piezas, lo que obligaría a detener la fabricación.

Esa es una de las advertencias que han lanzado una veintena de asociaciones europeas de fabricantes y proveedores de automóviles, que alertan, además, de las consecuencias que puede tener para el bolsillo de los conductores una salida desordenada. En concreto, aseguran que si hay Brexit a las bravas aumentaría en 5.700 millones de euros la factura comercial del sector del automóvil europeo y británico por los nuevos aranceles, lo que podría repercutir en una subida de los precios para el consumidor "si los fabricantes no pueden absorber el coste adicional".

En concreto, la salida sin acuerdo el 31 de octubre implicaría que Reino Unido dejaría el mercado único europeo sin ningún tipo de tratado comercial, de forma que pasarían a aplicarse aranceles a las importaciones conforme a las normas de la Organización Mundial del Comercio. Esas tarifas serían de un 10% para los vehículos de pasajeros y de hasta el 22% en el caso de vehículos comerciales.

Un Brexit duro desencadenaría un "cambio sísmico en las condiciones comerciales", con miles de millones de euros de nuevas tarifas que amenazarían con afectar tanto a la oferta como al precio de los 19,1 millones de vehículos que se producen al año. Consecuencias, además, que se dejarían notar a ambos lados del Canal de la Mancha, han asegurado estas asociaciones en un comunicado.

Aunque ese no sería el único impacto para una industria "vital" para Europa que lleva meses en la cuerda floja por la guerra comercial entre EEUU y China y por las amenazas arancelarias que llegan desde la Administración Trump. Según los fabricantes y proveedores, un Brexit sin acuerdo sería también fatal para el empleo y pondría en juego millones de puestos de trabajo. Y es que, recuerdan, esta industria emplea actualmente a 13,8 millones de personas en toda la UE, incluyendo a Reino Unido, lo que representa el 6,1% de la fuerza laboral de la región.

El sector del automóvil asegura que el peor de los escenarios que están sobre la mesa tendría "consecuencias catastróficas" y por eso "debe ser evitado". Recuerda que la industria automovilística europea depende de cadenas de suministro transfronterizas muy integradas, cuya eficacia se basa en un entorno sin aranceles y casi sin fronteras dentro de la unión aduanera de la UE, que sufriría con una salida desordenada. Asimismo, apunta que la industria automovilística de Reino Unido, casi totalmente de propiedad extranjera, es altamente vulnerable al estar dominada por fábricas en manos de productores alemanes, franceses y japoneses.

CADA VEZ MENOS VENTAS

Pero el Brexit duro es solo el último de los problemas a los que se enfrenta la industria, que ve con temor las previsiones lanzadas recientemente S&P. La agencia de calificación, en un informe titulado 'Global Auto Sales Will Stay In The Slow Lane For At Least The Next Two Years' ('Las ventas globales de automóviles se mantendrán en el carril lento al menos los próximos dos años'), alertaba de que las matriculaciones caerán en Europa un 2% este año, y no se recuperarán probablemente hasta el año 2021.

Tal y como lo ve S&P, el deterioro de las condiciones económicas mundiales, la guerra comercial y el aumento de los costes de innovación (por ejemplo, en conectividad, electrificación y conducción autónoma) "continuarán disminuyendo las ventas". Además, señalaba que el aumento de los costes, sin contar con lo que podría suponer el Brexit duro, provocará el encarecimiento del precio de los coches y eso, a su vez, impactará en el acceso a la compra (financiación), que ni siquiera repuntará pese a los bajos tipos de interés.

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