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El Banco Central Europeo (BCE) afronta este jueves, en su última reunión de un 2020 que ha dejado al mundo cabeza abajo a causa de la pandemia, la tarea de reforzar ante el mercado la idea de que está dispuesto a hacer lo que sea necesario contra los efectos del Covid. La presidenta del organismo, Christine Lagarde, que celebra su primer aniversario al frente de la entidad, debe asegurar condiciones financieras favorables y garantizar que las "señales preocupantes" identificadas en la macro no empeoran. Por estos motivos, el consenso de analistas consultado por 'Bolsamanía' prevé que el BCE presente un paquete de medidas diseñado para hacer frente a un segundo colapso en el PIB, para preservar las condiciones de financiación y para contrarrestar el continuo infradesempeño de la inflación.

Sobre la mesa está la posibilidad de extender el plazo de vencimiento su programa de compras de activos contra la pandemia (PEPP) o incluso elevar su cuantía, situada en 1,35 billones. En este sentido, los analistas se muestran unánimes en que el instituto emisor recargará el bazuca con otra inyección millonaria que va de 400.000 a 650.000 millones de euros, para alcanzar cerca de dos billones de euros -el 17% del PIB de la eurozona- en compras extraordinarias contra el virus. En cuanto a la extensión del programa, la opinión general es que se prolongará hasta finales de 2021, con posibilidad de que se alargue a 2022.

La clave está, para los economistas de Berenberg, en el ritmo de las operaciones. Si mantiene su velocidad media de 20.000 millones de euros semanales, alcanzará la actual dotación de 1,35 billones de euros a mediados de 2021. “Continuando estas compras durante 6 meses más, el BCE tendría que aumentar en 500.000 millones de euros”, calculan, pero “puede ir más allá de esta cifra por la siguiente razón: a finales de este año, el BCE habrá gastado completamente el sobre extra estándar del Programa de Compra de Activos (APP) de 120.000 millones de euros asignado a mediados de marzo”. “Creemos que es poco probable que el BCE prolongue el APP”, argumentan.

En cualquier caso, Lagarde debe satisfacer al mercado, que tiene las expectativas muy altas, después de lo prometido en octubre y de “el reciente ruido en Frankfurt”, puntualiza Gilles Moëc, de Axa Investment Managers. Por este motivo, advierte de “un fuerte riesgo de que el Consejo del BCE opte directamente por una prórroga hasta junio de 2022”, pero no cree que “el volumen de compras pueda superar significativamente los 500.000 millones de euros y mantener algo de munición disponible”, agrega el gestor.

MÁS ALLÁ DEL PEEP

Además de los estímulos adicionales, el supervisor monetario también presentará sus proyecciones macroeconómicas trimestrales -mejora del PIB para 2020 hasta el -7,5% y empeoramiento al 4,5% en 2021; inflación muy por debajo de su objetivo- y es muy probable que el BCE continúe suavizando las condiciones para los bancos, ampliando la ventana de descuento de las operaciones de recompra a largo plazo hasta por lo menos el final de 2021, añadiendo algunas ofertas. “Buscaríamos operaciones adicionales de TLTRO más allá de marzo de 2021, así como una extensión del período de tipo de interés preferencial del -1% en el marco de TLTRO-III de junio a diciembre de 2021, en consonancia con la expectativa de una extensión del PEPP en el mismo horizonte”, adelanta Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO.

Además, existe una buena posibilidad de que el BCE decida aumentar aún más las concesiones de préstamos para facilitar la absorción. El BCE también podría reducir los tipos de interés de la TLTRO-III, alargar los vencimientos, ampliar el descuento más allá de diciembre de 2021 o facilitar a los bancos la posibilidad de obtener el descuento, “aunque atribuiríamos probabilidades algo menores a estas opciones”, comenta.

“El BCE podría decidir llevar a cabo operaciones adicionales de refinanciación a largo plazo de emergencia por pandemia (PELTRO)”, prosigue. Se trata de operaciones mensuales a un tipo de interés negativo de 25 puntos básicos, con vencimiento en una secuencia escalonada del tercer trimestre de 2021 y la operación final asignada el 2 de diciembre. “Si bien la utilización de las PELTRO ha sido modesta, con 27.000 millones de euros, están proporcionando un respaldo de liquidez a un precio razonable y una fuente adicional de financiación a más largo plazo para los bancos, y son especialmente valiosas para los bancos con modelos de negocio que se centran en la concesión de préstamos a sectores no cubiertos por el programa TLTRO”, redondea este experto.

¿RECORTE DE TIPOS?

El consenso del mercado no espera cambios en los tipos, como pronto hasta 2022, no obstante, la visión de Nomura difiere en este punto -y en la visión del mismo banco central-, ya que aventura un recorte de 10 puntos porcentuales en la tasa de interés. “Creemos que un completo paquete de medidas -incluyendo un recorte- podría tener un efecto más poderoso que la suma de sus partes”, aseveran. “Al ajustar todas sus políticas a la vez, el BCE no necesitaría centrarse demasiado en una medida específica y podría extender una política de flexibilización a través de su ya famosa ‘caja de herramientas’”, arguyen.

En cuanto a los efectos adversos sobre la rentabilidad de los bancos que tendría el recorte del tipo de depósito, actualmente en el -0,5%, aseguran que “las reservas bancarias mantenidas en el BCE han aumentado considerablemente desde el inicio de la pandemia, y mantener el promedio del tipo aplicado a las reservas constantes impediría repercusiones negativas”, redondean los expertos del banco nipón.

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