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El edificio del 'La Vela', sede del BBVA en MadridEduardo Parra - Europa Press - Archivo

El servicio de estudios de BBVA, BBVA Research, ha revisado nuevamente al alza su estimación de crecimiento del PIB español para 2023 hasta el 1,6% desde el 1,2% anterior.

"Aunque 2024 probablemente será mejor que 2023 en términos de crecimiento, las perspectivas de una política monetaria más restrictiva de lo esperado hace tres meses han motivado una revisión a la baja de las estimaciones", explican. En concreto, el PIB español avanzaría un 2,6% en 2024 frente al 3,4% esperado en diciembre pasado.

Según el último informe ‘Situación España’ elaborado por la firma, la economía española continúa resistiendo mejor de lo que se preveía, lo que reduce la probabilidad de una contracción. En este sentido, BBVA Research estima que el PIB podría aumentar entre un 0,3% y un 0,5% en el primer trimestre de 2023 frente a un avance del 0,2% en el último trimestre de 2022.

El principal factor que explica la mejor evolución del PIB es, en su opinión, “la capacidad de la economía europea para evitar escenarios de restricciones en el uso de energía y la disminución en el coste para generarla, con medidas como la importación de gas desde fuentes alternativas a Rusia, el incremento de la generación de electricidad proveniente de tecnologías alternativas, o las mejoras en eficiencia energética tanto de hogares como de empresas, unidas a un invierno más benigno de lo habitual”.

Así, BBVA Research prevé que el PIB de la eurozona aumente un 0,6% en 2023, frente a la caída de 0,1% que apuntaba hace tres meses. Además, según la firma de estudios de BBVA, hay “factores idiosincráticos” que podrían estar contribuyendo a que España crezca más que el resto de la eurozona. Entre ellos, estos expertos destacan la fuerte recuperación del sector servicios tras el confinamiento (principalmente, del turismo), así como de otros sectores particularmente afectados por las restricciones, como el textil, y a una evolución particularmente favorable del sector exportador.

“A esto se suma el apoyo que supone para la demanda interna el uso del ahorro acumulado durante la pandemia o el impacto de algunas políticas públicas”, añaden.

En relación con esto último, el servicio de estudios de BBVA Research destaca que durante 2023 podrían llegar a ejecutarse entre 15 y 20 mil millones de euros relacionados con los fondos Next Generation EU (NGEU), tras un 2022 en el que habrían llegado a la economía real unos 13 mil millones de euros. Asimismo, el incremento de las pensiones y del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) habrían tenido un impacto positivo sobre el consumo privado.

“A esto hay que añadir el efecto que pueda tener la aportación de 200 euros a familias de bajos ingresos para hacer frente al aumento en el precio de los alimentos, así como la extensión de las reducciones impositivas para contener el alza en el coste de la electricidad y de los alimentos”, añaden.

Asimismo, estos expertos destacan que la reforma laboral habría reducido la volatilidad del empleo, al tiempo que cabría esperar un incremento en la productividad a medio plazo “por la mayor inversión en capital humano que harán las empresas y los trabajadores gracias a la mayor estabilidad en las relaciones contractuales”.

Por su parte, China, que se ha convertido en uno de los principales socios comerciales de España, ha dejado atrás el confinamiento y la actividad parece recuperarse con fuerza, lo que hace ahora más probable que su PIB avance por encima del 5%.

En Estados Unidos, a su vez, la firma ha revisado al alza la previsión de crecimiento del PIB en 0,5 puntos porcentuales, hasta el 0,8%. “Todo lo anterior debería dar soporte directo a la actividad de las empresas enfocadas en el comercio exterior e indirecto al resto de la economía”, añaden.

Asimismo, los analistas de BBVA Research indican que la desaparición de los cuellos de botella es otro de los factores que ayudarán a que la economía continúe mostrando tasas de crecimiento positivas. “Las empresas comienzan a acumular inventarios y, como resultado, las cadenas de valor se normalizan”, recalcan.

Uno de los sectores donde esto es más evidente, indican, es el del automóvil. Entre enero y julio del pasado año, la producción del sector fue un 22% menor que en el mismo período de 2019. “Esta situación implicó que se vendieran un 40% menos de turismos que en los siete primeros meses de 2019. Sin embargo, desde entonces se observa un punto de inflexión: entre agosto de 2022 y enero de 2023 la industria manufacturó sólo un 8% menos que en los mismos meses de 2019 y la brecha en automóviles vendidos disminuyó al 27%”, agregan.

UN BCE MÁS DURO

Según los expertos de BBVA Research, pese a la reducción de la inflación, será difícil llevarla hasta el objetivo del 2%. “Desciende, principalmente, por la evolución del precio de un número reducido de bienes (básicamente el gas y el combustible). La inflación subyacente, que incluye más del 80% de la cesta de consumo de las familias, continúa aumentando y se encuentra en niveles elevados (alrededor del 7%)”, explican.

Esto, señalan, implica que la pérdida de poder adquisitivo es “generalizada” y que, “dada la persistencia que suelen mostrar los crecimientos de los precios en el sector servicios”, reducir la inflación hasta el objetivo del Banco Central Europeo (BCE) será “difícil” y llevará tiempo.

“En ausencia de reducciones adicionales en el coste de la energía, se espera que, aunque la inflación total caiga hasta niveles en promedio alrededor del 4% este año, la subyacente se mantenga entre el 5 y el 6%, para que ambas se sitúen en el 3% el siguiente año”, agregan.

Como consecuencia, las previsiones de BBVA Research apuntan a que el BCE continuará aumentando el coste de financiación, al menos, hasta niveles de entre el 4% y el 4,25%. “Esto implica entre 125 y 150 puntos básicos más que lo que el servicio de estudios esperaba en diciembre, lo que podría redundar en que la economía deje de avanzar más de un punto porcentual en 2023 y 2024, afectada por las repercusiones negativas sobre el consumo y la inversión del sector privado”, subrayan.

Por otro lado, los analistas de BBVA Research no descartan que el impacto positivo que están teniendo sobre el consumo el uso del ahorro acumulado o medidas como el aumento del SMI se vuelva negativo en el medio plazo.

“En particular, conforme el SMI converge al 60% del salario medio, BBVA Research considera probable que el aumento en los costes salariales comience a ser significativo para las empresas menos productivas y en los sectores donde la proporción de trabajadores cobrando el salario mínimo es mayor”, explican. Esto, apuntan, puede llevar a “mayores presiones sobre la inflación, pérdidas de competitividad y, eventualmente, menor creación de empleo”.

Por otro lado, estos expertos señalan que la política fiscal debe contribuir a la reducción de la inflación, en un entorno donde la tasa de paro es baja, los fondos del NGEU apoyarán la evolución de la inversión, existen dudas sobre la sostenibilidad de los ingresos y el déficit continúa siendo elevado.

“El desequilibrio en las cuentas públicas (alrededor del 4% del PIB) parece excesivamente elevado dada la evolución reciente de los ingresos públicos (43,9% del PIB en 2022, el máximo histórico), el descenso de la tasa de paro (12,9% en 2022, en mínimos desde 2008) y el nivel de deuda de las administraciones (113,1% del PIB, 20 puntos porcentuales por encima del promedio de la UEM en el tercer trimestre de 2022)”, explican.

“Si no se aprovecha esta oportunidad para continuar reduciendo el déficit fiscal, el ajuste que se deba hacer el siguiente año (cuando las reglas fiscales volverán a aplicarse) puede tener repercusiones más negativas que si se realiza de manera prolongada en el tiempo”, concluyen.

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