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A la incidencia del proceso soberanista en la afluencia de visitantes a Cataluña se suman las consecuencias del atentado del 17 de agosto de 2017 en las Ramblas de Barcelona. Una combinación que ha hecho mella en la imagen exterior de la capital catalana, según demuestra el City RepTrak de ciudades del mundo mejor valoradas. Además, los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que Cataluña es la única comunidad en la que el grado de ocupación hotelera en julio ha sido menor.

Presentado esta semana por el Reputation Institute, revela que la ciudad condal ha perdido siete puestos en el listado de las urbes más reputadas, cayendo desde la octava a la decimoquinta posición, a causa de un decremento generalizado en todos los aspectos que usan los creadores del estudio. La causa principal, “la conjunción de los atentados y la inestabilidad política”, expone el vicepresidente de cuentas globales y asociaciones del Reputation Institute, Enrique Johnson.

La ciudad condal ha perdido siete puestos en el listado de las urbes con mejor reputación

Aunque los datos de llegada de turistas han mejorado en los últimos meses, todavía está muy presente la violencia desatada en el 1 de octubre y todas las repercusiones del conflicto independentista. Durante el esos días de octubre, el número de turistas que llegó a la ciudad fue un 5% menor en comparación con el año anterior y Cataluña perdió un 15% de su actividad turística, según datos de Exceltur. Hay que recordar que el turismo representa el 12% del PIB catalán, el segundo sector más importante por detrás del industrial.

Desde entonces la situación en esta comunidad no ha mejorado. Si en junio Islas Baleares la desbancó del primer puesto como destino preferido por los turistas, los últimos datos del INE reflejan que en el primer semestre del año la facturación ha caído un 7,2%, con su correspondiente descenso de los precios del 1,95% hasta los 116 euros de media por habitación. Y ni aún así logra aumentar la ocupación. Todo lo contrario, cae un 3%, con lo que Cataluña es una de las pocas zonas españolas donde la rentabilidad del sector hotelero cae, cerca de un 2,9%.

Respecto al año pasado, el número de pernoctaciones de los residentes en España en julio, un mes clave para el turismo, ha disminuido un 7,2%, hasta situarse en poco más de 2 millones, una cifra que no se registraba desde hace justo siete años. En cuanto a los residentes en el extranjero, eligieron Cataluña para pernoctar algo más de 5,9 millones, un nivel un 6,2% menor y que no era tan bajo desde julio de 2013.

El contexto de inseguridad ha mejorado, pero la tensión constante entre el Estado y la Generalitat “no ayuda a los empresarios ni al turismo”, según el presidente de Empresaris de Catalunya, Josep Bou. Buena muestra de ello es que la ocupación hotelera de Barcelona, muy tocada a finales del año pasado, no ha recuperado los niveles de 2016, cuando los precios de los alojamientos barceloneses encabezaban las subidas en Europa. Y las previsiones para julio y agosto que maneja la entidad no son más alentadoras. El Gremi d’Hotels de Barcelona espera una ocupación del 80%, un 5% menos de lo habitual en los dos meses de mayor actividad del año.

La tensión constante entre el Estado y la Generalitat “no ayuda a los empresarios ni al turismo”

La Confederación Española de Agencias de Viajes reconocía en una reciente entrevista, que el movimiento separatista, unido a la huelga de taxistas de Barcelona este verano, implicaba una reducción de visitantes que en algunos zonas podría alcanzar el 50% entre los turistas españoles y el 20% entre los de fuera respecto a 2017.

Las cadenas hoteleras comparten el tono pesimista. Meliá admitía en su informe de resultados del primer trimestre que la caída de la ocupación se debía, entre otras cosas, a las duras condiciones de mercado, principalmente en Barcelona, donde el destino no se ha recuperado completamente de las inestabilidades políticas. Por su parte, NH afirmaba que en el primer semestre Barcelona presenta un "crecimiento negativo" por la menor demanda nacional.

LOS ALQUILERES TURÍSTICOS, OTRO PROBLEMA

Los datos definitivos de la época estival completa se concoerán más adelante, sin embargo, pero no es equivocado aventurar un descenso que arrastrará las pernoctaciones en toda la región. No obstante, existe otro factor entre los catalizadores de la bajada: el incremento de los alquileres turísticos, que son un auténtico filón en la ciudad.

Barcelona cuenta con 17.500 alojamientos de este tipo, lo que la coloca como la segunda ciudad del mundo con mayor densidad de pisos por detrás de París. Un modelo contra el que el gremio barcelonés ha centrado sus ataques en el pasado ya que no sólo deja repercusiones económicas en su negocio, sino que “impacta negativamente en la calidad del turismo”.

Pero la situación que vive Cataluña no se ve reflejada únicamente en el turismo. Durante el pasado mes de octubre se desató una fuga de depósitos bancarios, lo que provocó que se perdieran más de 30.000 millones de euro, unido a las más de 4.000 empresas que decidieron abandonar la comunidad.

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