El bitcoin ha superado el nivel de 10.000 dólares a inicios de esta semana y los expertos ya acarician el rally ‘post halving’ que, según las previsiones, tiene que llevar al precio como mínimo hasta sus máximos históricos de 2017, en los 20.000 dólares. Además del recorte de la recompensa por bloque minado del blockchain a la mitad, que ocurrió el 11 de mayo, los analistas explican la subida hasta los 10.400 dólares por un incremento de la demanda en EEUU al calor de las protestas que se han extendido por todo el país tras el homicidio de George Floyd a manos de agente de policía de Minneápolis. Con todo, la reina de las criptos ha caído presa de la volatilidad y se ha replegado hasta 9.500 dólares.
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Los analistas de Wall Street, sin embargo, esperan mayores subidas. Sin ir más lejos, Michael Novogratz, fudador Galaxy Digital ha publicado en Twitter que una vez que "se consolide la rotura de los 10.000 dólares se moverá rápido", y ha agregado que los inversores deberían "subir al tren". Asimismo, ha aducido como uno de los catalizadores “los trágicos disturbios en EEUU”.
“Como muestran los datos UTXO (Unspent Transaction Output), muchos inversores están buscando mantener sus posiciones a largo plazo en la creación de Satoshi Nakamoto en lugar de estar operando constantemente con la criptodivisa y se está viendo una gran demanda de países como Argentina, donde el Gobierno está cerca de incumplir sus deudas, y Venezuela, donde la hiperinflación se ha afianzado”, indica Simon Peters, analista de eToro. Esto se suma a la demanda procedente de países como EEUU, Reino Unido y Europa continental, “un hecho positivo en la reciente historia del bitcoin”, añade el experto.
Otros analistas también explican la tracción que está ganado la divisa de cifrado por las acciones de la Reserva Federal de EEUU (Fed) que ha activado estímulos infinitos para combatir los efectos de la pandemia en el país, lo que “echa gasolina de fondo otros activos como el bitcoin o el oro, por su característica de se bienes escasos”, explican fuentes consultadas. Y no es exclusivo del banco central estadounidense quien “imprime dinero”, escribe Clem Chambers de Intelligent Investing en una publicación de Forbes. “Europa, Japón y China también están imprimiendo dinero, lo que obliga a los inversores a huir de las divisas y diversificar”, prosigue, por lo que “el bitcoin es una buena alternativa".
Como en anteriores ocasiones, las razones de que el activo virtual haya superado el tan cacareado nivel de resistencia de 10.000 dólares, por primera vez desde la caída de febrero de 2020, cuando bajó a 3.850 dólares debido a los temores de Covid-19, son variadas. Y llegados a este punto, “es absolutamente crítico que el precio se mantenga por encima de este nivel para asegurarnos de que no veamos una capitulación similar a la del primer trimestre”, avisa Peters.
Pero los bajistas brillan por su ausencia en estos momentos, cuando el mercado espera que la más operada de las divisas de cifrado cumpla con su patrón histórico que predice que entre tres y seis meses después de cada recorte a la mitad de la recompensa de minado, el bitcoin se ha embarcado en un rally que lo ha llevado a superar sus anteriores máximos históricos en el plazo de un año a 18 meses de media. “Ese patrón proyecta alzas por encima de los 100.000 dólares”, recuerda José María Rodríguez, analista de Bolsamanía.
“Si vemos que el precio de Bitcoin cobra impulso como lo ha hecho en el pasado, más gente comenzará a ver la clase de activos como una inversión a largo plazo, lo que contribuirá tanto a su rendimiento desde el punto de vista de inversión, como a una mayor adopción generalizada de la moneda”, añade Peters. Por ahora, el análisis técnico explica que “la superación de la parte alta del triángulo simétrico es clara y contundente”, comenta Rodríguez. “La ruptura del triángulo es clara, de manual, pero vamos a ver si esta sirve para de una vez por todas superar la importante resistencia que tenemos en 10.500 dólares, los máximos anuales”, prosigue.
“Por encima de esta resistencia, con holgura, sería la señal de fortaleza que estamos esperando desde hace mucho tiempo. Pues sería la primera vez que el precio nos estaría construyendo un primer gran máximo creciente desde que a finales de 2017 marcara máximos históricos en los 20.000 dólares”, argumenta el analista. “Por encima de los máximos de febrero la siguiente gran resistencia la encontramos en los máximos de 2019 en los 14.000 dólares”, redondea.
