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La noticia de que El Salvador ha aprobado un proyecto de ley impulsado por el presidente del país, Nayib Bukele, para que el bitcoin sea una moneda de curso legal en esta república centroamericana ha provocado escaso impacto en un mercado que sigue en modo correctivo este mes de junio. Sin embargo, numerosos analistas e inversores coinciden en señalar el carácter excepcional de esta medida, con enormes implicaciones para las 'criptos' y ramificaciones en el sistema económico mundial. Para la región latinoamericana, supone el nacimiento de un importante nuevo centro financiero mundial y un paso en el camino de la emancipación del dólar, moneda que ha aclarado que no abandonará... por ahora.

La legislación ha recibido el respaldo del Congreso del país con los votos de 62 diputados de los 84 del Parlamento y entrará en vigor 90 días después de su publicación en el Diario Oficial. La medida, además, vendrá acompañada también de un apoyo gubernamental más amplio para aquellos emprendedores del blockchain que quieran trasladarse a la región a trabajar. En una serie de anuncios informales a través de Twitter, el presiente salvadoreño ha anunciado que los ingresos logrados con el bitcoin no tendrían que pagar impuestos sobre las ganancias de capital, ya que será una moneda de curso legal y ha declarado que habrá ayudas a empresarios e inversores.

Bukele, incluso, ha añadido los rayos láser en los ojos en su foto de la red social, uniéndose a la popular tendencia de la criptocomunidad para impulsar la reina de las criptos a 100.000 dólares.

Los cálculos del mandatario son que sólo "con que se mueva un 1% de la capitalización de mercado del bitcoin al país, este aumentará su PIB en un 25%", señala Luke Sully, CEO de Ledgermati. También favorecerá las transferencias de capitales -y disminuirá su coste- en el país, llamadas remesas, un elemento clave, ya que el 20% de su riqueza se fundamenta en estos flujos de capitales. "El uso de una moneda de igual a igual a través de los teléfonos inteligentes eliminaría las comisiones de los intermediarios que mueven el dinero hacia el país desde el extranjero", razona Sully.

Asimismo, la importancia de este paso radica en la "apertura de la economía formal para la mayoría", añade Alejandro Zala, country manager de Bitpanda en España, en una nación done el 70% de la población no está bancarizada. "Es un hecho que la inclusión financiera es un punto clave para lograr el crecimiento económico y el desarrollo de una sociedad", argumenta el experto.

Más allá del impacto local, El Salvador se convertirá en el primer país en aceptar formalmente una criptodivisa como medio de pago, "lo que supondrá un punto de inflexión para estos activos ya que su utilidad será mucho mayor y el primer paso para que otros países se animen en los próximos meses", abunda Zala.

"Es un 'caso de uso' muy importante para el bitcoin y las criptomonedas que seguramente invite a muchos otros gobiernos a seguir la misma senda", alaba por su parte Álvaro Alcañiz Rubio, CMO y cofundador de Onyze. Durante los últimos años, prosigue, "hemos visto numerosas noticias sobre gobiernos del mundo que estaban haciendo pruebas o legislando para permitir esta posibilidad, pero siempre faltaba lo mismo: un primer caso de aplicación real que diera el pistoletazo de salida, y que generara una primera iniciativa a la que seguir y replicar".

Para estos expertos, el éxito está asegurado en este proceso que pondrá al país centroamericano en el punto de mira de toda la industria crptográfica y se seguirá de cerca por "el mundo entero y en especial los países que se encuentran en una situación similar", agrega por su parte Zala. De hecho, congresistas de Panamá y Paraguay también han revelado que propondrán proyectos de ley para que la criptomoneda forme parte de su sistema financiero y política monetaria.

En cuanto a las rivalidades o recelos de los bancos centrales hacia este desarrollo, Alcañiz no cree que se dé ninguna fricción ya que "son sencillamente soluciones diferentes a un mismo reto: el de la innovación y la digitalización del sistema monetario mundial". "Cada país está abogando por un planteamiento, que desde su perspectiva y contexto entienden que es la más óptima para abordar este gran reto de futuro", remarca.

Mientras muchos de los supervisores monetarios del mundo se hallan trabajando en monedas digitales propias diseñadas para funcionar junto a las monedas tradicionales, "la propuesta de El Salvador de operar con una criptodivisa existente es novedosa", subraya Zala. El bitcoin tiene algunas propiedades que lo hacen muy adecuado para el panorama financiero de esta región y de otros países cuyas economías dependen de los pagos de transferencias desde el extranjero y tienen monedas con alta volatilidad (y fuerte desvalorización). "El resultado de este proyecto salvadoreño seguramente tendrá repercusiones globales para la criptodivisa", sentencia.

Una de las consecuencias más plausibles y paso lógico, según argumentan expertos y analistas, es que la creación de Satoshi Nakamoto y otras criptos acaben formando parte de las reservas de gobiernos y bancos centrales de todo el mundo, tengan o no divisas soberanas digitales. "No es descabellado pensar que en un futuro no muy lejano veamos a los gobiernos adquiriendo bitcoins como parte de sus carteras gubernamentales", comenta Alcañiz. Para Zala es sólo "cuestión de tiempo que el bitcoin esté presente en el balance de compañías y bancos centrales. Esta iniciativa la lideran economías emergentes y, posteriormente, mercados más consolidados".

DEDO EN EL OJO DEL DÓLAR

La decisión también parece ser una reacción directa al agresivo aumento de la oferta de dólares por parte de la Reserva Federal en los últimos 12 meses, reduciendo el poder adquisitivo del billete verde para un país que todavía está vinculado al dólar estadounidense. "Bukele ve claramente la volatilidad del bitcoin como un riesgo menor que su actual situación macroeconómica", expone Sully. "Mete el dedo en el ojo a los EEUU y al poder histórico del billete verde en su llamado 'patio trasero'", asegura.

Las implicaciones regionales a medio plazo como centro financiero también son importantes. Según el CEO de Ledgermati, "El Salvador podría asistir a una entrada de flujos de criptomonedas, creación de fondos de inversión centrados en estos activos y el establecimiento de empresas tecnológicas en el país, distorsionando también el concepto de lo que es un paraíso fiscal". "Ha cogido al mundo por sorpresa", sentencia.

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