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Ana Botín (Santander) y Carlos Torres (BBVA)

Este excepcional primer trimestre en las cuentas de la banca nos ha traído dos vuelcos históricos en el 'statu quo' del sector financiero español. Por un lado, el siempre cuestionado Santander por sus bajos niveles de capital se ha situado por delante en solvencia de su eterno rival, BBVA (más por demérito de los de Carlos Torres que por mérito de los de Ana Botín). Y en Cataluña, Sabadell por primera vez supera en beneficio a CaixaBank.

Santander ha cerrado el primer trimestre con una ratio de capital (CET1, el de máxima calidad) del 11,58%, ligeramente inferior al 11,65% de 2019. Mientras tanto, BBVA ha pasado del 11,74% al 10,84% debido a una serie de factores: las provisiones extraordinarias de 966 millones para anticiparse a la morosidad derivada del coronavirus (que restan 0,26 puntos); el aumento del activo sobre el que se calcula esta ratio debido al aumento del crédito, sobre todo a empresas (0,50 puntos); la depreciación de las divisas y de las carteras de bolsa y bonos (0,47 puntos); y el pago de cupones de los CoCos, las nuevas preferentes (0,03 puntos).

Estas caídas se compensan parcialmente por la generación de beneficio antes de provisiones (0,33 puntos) y "otros" (0,03 puntos), con lo que se llega al citado 10,84%. Las provisiones de 2.048 para cubrir (otra vez) la pérdida de valor de su banco en EEUU y que provocan las pérdidas de 1.792 millones en el trimestre no se reflejan en el capital, según el banco; si se restaran también, su solvencia bajaría todavía más. A la inversa, Torres asegura que no están incluidas las plusvalías de 300 millones de la venta del 50% del negocio de seguros a Allianz (que llevarían la ratio al 11%) ni el efecto de la supresión del dividendo de 2019, que se llevó a las cuentas de ese año a diferencia de sus competidores (que lo han reflejado en 2020).

En todo caso, BBVA mantiene su objetivo de capital para este año, que consiste en situarlo entre 2,25 y 2,75 puntos por encima del requisito mínimo del BCE. Pero tiene truco, porque ese requisito se ha reducido (dentro de las medidas tomadas por el supervisor para hacer frente a la crisis): antes era del 9,27% y ahora es del 8,59%, lo que implica que su nuevo objetivo se sitúa en 10,84-11,34.

"No somos el patito feo por el capital, estamos en la horquilla que nos habíamos marcado. Cada banco tiene requisitos distintos y el nuestro de los más bajos por nuestro modelo de negocio diversificado", sentenció Torres en la presentaciónd e resultados. Sea como fuere, el hecho es que queda por debajo del banco que preside Ana Botín, cuando la solvencia siempre ha sido el punto flaco del Santander más criticado por los analistas. En general, consideran que es un banco bien gestionado, rentable, diversificado y con menos riesgo que sus pares, incluido el BBVA, pero menos solvente. Ahora esas tornas han cambiado.

VUELCO EL CATALUÑA

Otro giro histórico es el de la banca catalana (ahora domiciliada en la Comunidad Valenciana). Por primera vez, Banco Sabadell gana más que CaixaBank en un trimestre: 94 millones en el caso de la entidad presidida por Josep Oliu frente a 90 millones en el de la de Jordi Gual.

Esto se explica porque CaixaBank ha dotado muchas más provisiones ante la que se avecina por culpa del confinamiento: 400 millones frente a 213. Preguntado por si el Sabadell está siendo imprudente, su director financiero, Tomás Varela, respondió que sus provisiones siguen el mismo modelo que sus colegas, que sube la pérdida esperada en función de las previsiones de caída de PIB, de subida del paro y de bajada del precio de la vivienda.

Una posible razón de esta diferencia estriba en la diferente tipología de la clientela de ambas entidades. Así, la de CaixaBank es mayoritariamente minorista, que es la que se va a ver más afectada por el desempleo, los ERTE, las rebajas salariales, el cese de actividad de autónomos, etc. Por el contrario, Sabadell tiene su gran fortaleza en pymes, que van a aguantar mejor gracias a los créditos ICO, que tienen aval del Estado y que tienen un año de carencia; por ello, las entradas en mora no se producirán hasta mediados de 2021.

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