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Los resultados trimestrales de Netflix se han convertido en uno de los grandes eventos del mercado. Las cifras del gigante del 'streaming' se escudriñan de arriba a abajo en busca de señales que muestren la fortaleza del negocio, pero también de posibles puntos débiles en las cuentas. En esta ocasión, parece que los analistas han encontrado varios agujeros en la línea de flotación de la compañía.

Y es que las acciones de la compañía californiana caen con mucha fuerza en Wall Street a pesar de haber aumentado drásticamente su beneficio (+78%, 2.332 millones de dólares) y de ingresar más dinero que en cualquier trimestre del año anterior (+14%, 9.370 millones de dólares), superando en ambos casos las previsiones del consenso y de la empresa. De igual modo, la compañía alcanzó los 269,6 millones de suscriptores, con más de 9 millones de nuevos suscriptores en el último trimestre, cifras que superaron también las expectativas del mercado.

Entonces, ¿por qué se tiñen de rojo sus títulos? Para entenderlo hay que mirar no solo al futuro que prevé la compañía, sino a decisiones que ya ha tomado y que se empezarán a ver en el medio plazo. O, mejor dicho, a no verse.

¿DÓNDE ESTÁN LOS SUSCRIPTORES?

Ha sido, sin duda alguna, el punto más polémico de todo el informe de resultados de Netflix. La compañía ha pensado que para que los inversores se dejen de centrar en algo, quizás lo mejor sea ocultárselo. A juzgar por lo visto, el razonamiento puede ser equivocado.

¿A qué nos referimos? A que Netflix ha decidido que dejará de dar datos sobre nuevas membresías de forma trimestral, así como el gasto medio por usuario, a partir del primer trimestre de 2025. La decisión supone un giro de 180 grados no solo en la política de la empresa, sino también en la llamada "guerra del 'streaming'", definida en buena medida por el número de suscriptores que cada plataforma atesora; de hecho, Netflix daba bastante más información que muchos de sus competidores, desglosando hasta el número de usuarios por regiones. Ahora, en cambio, la compañía quiere que los inversores la juzguen por otras métricas más tradicionales –los ingresos, los beneficios, el flujo de caja libre – y otras más específicas, como el 'engagement', es decir, la cantidad de tiempo que pasa cada usuario en la plataforma.

"Cuando la gente ve más, se queda más tiempo (retención), recomienda Netflix más a menudo (adquisición) y valora más nuestro servicio. Es por eso por lo que hemos estado proporcionando progresivamente más información sobre el compromiso, comenzando con nuestro 'top 10' semanal y las listas más populares y más recientemente nuestro informe semestral sobre la visualización en Netflix. Es más información que la que proporciona cualquiera de nuestros competidores, y esperamos proporcionar aún más con el tiempo", argumentan desde la firma californiana.

Pero no ha colado. Y es que, tradicionalmente, el número de suscriptores ha sido un indicador bastante fiable de la salud del negocio de Netflix y la decisión de la empresa ha sido vista por los analistas como un de dar esa cifra de forma regular el próximo año podría ser una señal de que Netflix no las tiene todas consigo de cara al futuro.

"Netflix no parece haber tenido problemas para captar más abonados, pero otra cosa es si puede mantener este impulso o fidelizar a los espectadores existentes", explica Russ Mould, director de inversiones de AJ Bell, quien también destaca que la previsión de que el número de abonados caiga en el segundo trimestre "ha asustado al mercado".

"El mercado ha juzgado a Netflix por su éxito de abonados desde que está en bolsa. Para muchos, es una métrica valiosa y ocultarlo llega en un momento en el que mucha gente se pregunta si Netflix ha alcanzado la madurez en muchas regiones, por lo que se está dedicando mucho más esfuerzo a ganar más dinero de los clientes existentes y de terceros a través de la publicidad", destaca.

¿EL FINAL DE LA OLA?

Para Mould la decisión implica, necesariamente, "menos transparencia" y eso no le gusta a los inversores. Pero también deja entrever que el crecimiento de Netflix puede estar llegando a su fin y el momento en el que llega no hace más que subrayar este posible escenario.

Como seguramente sepa, Netflix emprendió hace varios trimestres una cruzada contra el uso de cuentas compartidas –a pesar de abanderar esta forma de consumo cuando el servicio comenzaba a despegar– como una forma de aumentar sus ingresos. Paralelamente, la compañía ha tratado de retener a algunos de los usuarios que podrían haber perdido con esta medida con planes con publicidad más baratos que han tenido un éxito reseñable y que han empujado a muchos de sus competidores a emular a la plataforma de la 'N' roja.

"Es justo decir que el reciente crecimiento de suscriptores se ha visto impulsado por los esfuerzos de Netflix para tomar medidas drásticas contra el intercambio de contraseñas. Su enfoque de tolerancia cero ha funcionado a las mil maravillas, pero hay que tener en cuenta que puede que ya se hayan conseguido las victorias fáciles", subraya Mould.

Por otro lado, estas medidas han venido acompañadas de sucesivas subidas de precios, al igual que de otras como la eliminación del plan Básico (7,99 euros al mes en España), la opción intermedia entre el plan Estándar con anuncios (5,49 euros al mes) y el Estándar (12,99 euros al mes). En la presentación de resultados anuales celebrada en enero, la compañía anunció que volvería a subir los precios en 2024.

Andrew Marok, analista de Raymond James, apunta que estas medidas han hecho que el número de suscriptores alcance un pico este año, aunque todavía hay "vientos de cola" debido al uso de contraseñas compartidas en algunas geografías en las que todavía no se han aplicado estas medidas. No obstante, "ese efecto debería disminuir en el próximo par de trimestres". De hecho, la compañía ya ha advertido que prevé un menor crecimiento de los suscriptores en el segundo trimestre debido a la "estacionalidad".

UN 'GUIDANCE' DECEPCIONANTE

Por otro lado, las perspectivas de Netflix para el próximo trimestre, así como para el actual ejercicio fiscal son otro punto de preocupación para los analistas.

De cara al trimestre de primavera, la compañía espera unos ingresos de 9.490 millones de dólares, un potencial incremento del 16% que, no obstante, se quedaría por debajo de la previsión del consenso (9.520 millones). Además, prevén un margen operativo del 26,6%, más de 4 puntos porcentuales respecto al mismo trimestre del año pasado, pero 1,5 puntos porcentuales menos que la expectativa del consenso.

Para todo el año fiscal, Netflix espera un repunte de los ingresos de entre el 13% y el 15%, con la previsión del mercado situándose en torno al 14,4%, y un flujo de caja libre de alrededor de 6.000 millones de dólares.

"En un contexto de tipos más altos durante más tiempo, puede que no baste con obtener unos sólidos resultados en el primer trimestre; las empresas deben convencer urgentemente a los inversores de que sus márgenes y flujos de caja pueden capear el temporal de un segundo trimestre más difícil", apunta Thomas Monteiro, analista sénior de Investing.com. Según este experto, el panorama dibujado por Netflix "demuestra que esta temporada de resultados puede resultar especialmente dura para las empresas que aún dependen de los anuncios para seguir creciendo".

"Dado que recientemente hemos trasladado las expectativas de un mejor entorno monetario para las empresas al menos meses después, lo más probable es que estas compañías tengan que recurrir a medidas de recorte de costes para mantener la estabilidad", agrega. No obstante, este experto apunta que la estrategia de Netflix de localizar la producción de contenidos, así como su cruzada contra las cuentas compartidas, "está dando grandes frutos tanto en el frente de los márgenes como en el del crecimiento de abonados". "El cambio de rumbo de la empresa, que comenzó en 2022, ha alcanzado sin duda un punto sólido y debería seguir conduciendo a un crecimiento estable en el futuro", sentencia.

Menos positiva es Kathleen Brooks, directora de investigación de XTB, quien destaca que Netflix podría ver cómo se disparan los costes de financiación de su "considerable" deuda de 14.000 millones de dólares; además, Netflix ha aumentado su línea de crédito renovable de 1.000 millones a 3.000 millones. "Es una señal de que la empresa quiere invertir y crecer, pero también está ampliando sus líneas de crédito en un momento caro, con unos tipos de interés que podrían mantenerse elevados durante el resto del año. Además, podría preocuparles la refinanciación de sus deudas actuales a tipos de interés más altos, lo que podría aumentar sus costes de financiación de la deuda en el próximo trimestre", explica.

Con todo, esta experta, aunque muestra su preocupación ante "las señales de preparación para los tiempos de vacas flacas", también señala que la compañía sigue liderando el mercado del 'streaming' y reconoce que sus planes para aumentar los ingresos parecen estar teniendo efecto. En esta línea también se sitúa Mould, quien opina que la compañía "parece tener siempre en la manga nuevas ideas para generar ingresos". "Desde la explotación de su propiedad intelectual mediante merchandising, pasando por la ampliación de sus contenidos deportivos para llegar a un público más amplio, hasta la captación de dólares publicitarios de promociones de terceros, hay mucho en marcha para mantener el engranaje en marcha", sentencia el experto de la firma inglesa.

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