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A la hora de tomar decisiones de inversión con nuestro capital, debe ser condición imprescindible tener un conocimiento profundo de los productos y herramientas con las que contamos para desarrollar las inversiones. En un mundo tan globalizado e interconectado como el actual, no debe de extrañar a nadie la posibilidad que tienen los inversores de acceder actualmente a un sinfín de herramientas, productos y mercados cada vez más sofisticados.

A pesar de la cantidad de instrumentos disponibles para el inversor minorista, los CFDs o contratos por diferencias siguen siendo, de lejos, la herramienta más utilizada por los usuarios a la hora de tomar sus decisiones de inversión.

Un CFD, acrónimo de Contratos por diferencia, Contracts for difference, es un contrato entre dos partes, generalmente entre un inversor minorista y un bróker, para intercambiar la diferencia del precio de un activo desde el momento de la apertura del contrato hasta el momento de cierre.

La gran ventaja que tienen los CFDs es que el inversor no se ve obligado a contar con el montante total de la operación

La gran ventaja que tienen los CFDs, según explica XTB, es que el inversor no se ve obligado a contar con el montante total de la operación, sino que basta con un pequeño porcentaje de la misma, conocido como margen o garantías, que le permitirá estar posicionado. Esta característica, conocida como apalancamiento o efecto leveragé, es el gran atractivo con el que cuentan los CFDs y, al mismo tiempo, puede ser un arma de doble filo para aquellos que lo utilizan sin conocer a fondo sus implicaciones.

Esto lo podemos ver en un ejemplo:

Si compramos 1.000 acciones de Banco Santander a 6 euros, nuestra banca tradicional nos exigiría 6.000 euros para cruzar la orden (1.000 acciones x 6 euros cada una).

Tanto el beneficio como la pérdida potencial es idéntica tanto si compramos CFDs como si compramos acciones

En cambio, si compramos 1.000 CFDs de Banco Santander a 6 euros, es probable que nuestro bróker solo nos exija entre un 10 y un 15% del nominal de la posición en concepto de garantías. Esa cantidad nos será devuelta al finalizar el contrato (cuando nosotros lo estimemos oportuno) junto con los beneficios obtenidos por la cotización del Banco Santander desde el inicio de la operación. Es muy importante saber que tanto el beneficio como la pérdida potencial es idéntica tanto si compramos CFDs como si compramos acciones. La diferencia radica en que, con los CFDs, las garantías exigidas son menores.

Para iniciarse en el mundo de los CFDs, no hay nada mejor que realizar pruebas en demo. En el Bróker XTB es posible descargarse una demo de la plataforma xStation o Metatrader de forma gratuita y sin ningún tipo de compromiso. Con ellas tendrás la oportunidad de comprender en profundidad el funcionamiento de estos productos sin asumir ningún tipo de riesgo. Además, el hecho de operar con 20.000 euros ficticios te da la oportunidad de realizar operaciones con CFDs en más de 3.000 mercados diferentes.

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