ROMA, 9 (EUROPA PRESS)

La existencia de fallos en la formación cristiana y la evidencia de que muchas parejas llegan al matrimonio con muchas "lagunas" ha sido puesta de manifiesto por algunos de los 270 padres sinodales que participan en el Sínodo de la Familia desde el pasado lunes 5 de octubre.

Los 13 círculos menores, que agrupan por lengua de habla inglesa, francesa, española, alemana e italiana a los 330 participantes en el Sínodo de Obispos han concluido la primera etapa del trabajo y han entregado sus propuestas, tras la primera semana de trabajo, de la primera parte del Instrumentum Laboris.

Uno de los dos círculos en español moderado por el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga y cuyo relator es el cardenal José Luis Lacunza Maestrojuán, ha puesto en evidencia que la Iglesia también es culpable en cierta manera de la situación de la familia y ha reconocido que en muchas ocasiones, se ha vivido de rentas.

En la presentación de las primeras conclusiones, este grupo ha visto la necesidad de "resaltar la belleza del amor humano abierto a la vida" y "explicitar más que significa 'escuela de humanidad', a la vista sobre todo de alguna exposición en el aula sobre familias en las que se verifican actos de violencia contra la mujer, los niños, etc".

En este sentido, han observado la "ruptura de la unidad entre amor, sexualidad y procreación" y la separación también de la dimensión educativa. "Se ha roto la relación entre amor, sexualidad, matrimonio, familia y educación de los hijos", han lamentado.

Además, han señalado la importancia de renovar "no solo a las personas" sino también a las comunidades eclesiales "teniendo cuidado con el lenguaje y el modo de presentar la doctrina".

Asimismo, han precisado que en ocasiones la reflexión sobre la familia y el matrimonio ha sido "monotemática" haciendo solo hincapié en algunos aspectos, sin ir más allá de "la pura norma" y por tanto "sin asumir lo que es en realidad el verdadero ser de la familia que, desde una visión integral, es un tesoro".

En este sentido, se han preguntado si el tipo de catequesis que se ha hecho hasta ahora ha provocado la crisis y han concordado en afirmar "que se necesita una preparación más profunda". Así, han constatado que muchas parejas "se casan sin saber a qué van, cuál es su identidad como matrimonio y como familia" y han acertado que hay muchos sacerdotes que tampoco saben explicar cuál es.

"No se dice qué es la familia. Y no es cuestión solo de preparación porque muchos, sin preparación, han sido fieles y felices, y otros, con mucha preparación, han terminado separados", han concluido.

Además, se han mostrado preocupados porque a veces se tratan de resolver problemas "sin saber cuál es su origen" y en este sentido han reivindicado necesidad de ampliar lo que tiene que ver con el "cambio antropológico". "Habría que poner de relieve cómo se oculta la presencia de Dios y, en consecuencia, también del otro; hay un cuestionamiento y sospecha de la institución; falta análisis sobre la influencia de las tecnologías que conllevan soledad, falta de comunicación, individualismo. Hay que sembrar en la cultura el Evangelio de la familia, pero no siempre conocemos la cultura", han indicado.

El segundo grupo en lengua española, moderado por el cardenal Francisco Robles Ortega y cuyo relator es monseñor Enrique Baltazar Porras Cardozo, ha destacado la gran libertad y fraternidad con la que se trataron los temas al tiempo que han precisado que es necesario destacar a la "familia como sujeto de toda la pastoral". Además, han señalado que han encontrado acuerdo al notar la "necesidad de la formación", y la importancia de no sentirse "dueños sino servidores de la familia".

Por último, han advertido de "la deficiente iniciación cristiana y la fragmentación de la pastoral" y "la disminución de los miembros de la Iglesia". En este sentido, han puesto en valor la importancia de "movimientos, catecumenado domiciliario, familias formadas y formadoras, apoyar programas de familia y bioética en las universidades y colegios".

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