• La operación no se llevó a cabo por el pesimismo empresarial y la crisis
  • La compra se contempló en 2007
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Que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) lleva largo tiempo enarbolando la bandera de la independencia de Cataluña no es ningún secreto, pero que el partido liderado por Oriol Junqueras contemplaba la compra de un banco belga para financiar la secesión es bastante novedoso. Los republicanos querían hacerse con una entidad belga para tener un canal de financiación para la independencia.

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Así lo asegura El Confidencial, que cita el nombre del banco en el que se había fijado ERC, el Goffin Bank NV, fundado en 1956 y uno de los pocos habilitados en Bélgica, explica el medio. Hace ocho años, en 2007, “ojedores catalanes” diseñaron una estrategia de compra de la entidad por valor de 13,5 millones de euros.

Desde el partido se planeaba sufragar 2,7 millones de euros del total de 13,5 que costaba la operación

Cuenta el medio detalles de la operación que, según fuentes empresariales, se contemplaba canalizar en parte a través de la fundación de ERC, Josep Irla. Desde el partido se sufragarían 2,7 millones, los 10,8 restantes se asumirían por parte de inversores particulares.

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Sin embargo, el digital también se refiere a un miembro de la cúpula de la fuerza independentista, durante muchos años, que atribuye la voluntad de llevar a cabo la operación solamente a empresarios cercanos a ERC: “Esquerra no trató de comprar ningún banco, entre otras cosas porque no podía permitírselo económicamente. Y lo mismo ocurría con la Fundación Irla. Otra cosa es que algunos empresarios cercanos a ERC planteasen en un momento determinado que ante un proceso independentista sería conveniente disponer de una entidad financiera que estuviese en nuestra onda. Eso fue lo que pasó, aunque ERC no tomaba como tal ninguna participación, al menos que yo sepa”.

Pero El Confidencial vuelve a fuentes empresariales para afirmar que el alto dirigente mantuvo intensas reuniones durante meses con empresarios afines. “Se nos quería hacer creer que era una gran operación no sólo para nuestros bolsillos, sino para el bien del país”, confiesa al medio.

Explica el medio que “el pesimismo empresarial, la lejanía de una hipotética independencia y la crisis galopante que azotaba a las economías mundiales provocaron finalmente la suspensión de la operación de compra de la entidad belga”.

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