• Los expertos destacan particularmente a Wall Street y a las bolsas asiáticas
  • Los sectores de energía y banca pueden ser los más atractivos para 2017
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Reflación. Es una de las palabras de moda en los mercados Este concepto identifica el retorno de la inflación, tras años de destierro, como consecuencia de la prolongación de unas políticas monetarias aún expansivas y del lanzamiento de nuevos estímulos fiscales. Vamos, una inflación fabricada cuyas consecuencias se sentirán sin duda en los mercados.

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Y en este escenario, después de los infructuosos intentos de los bancos centrales por elevar los precios, parece que el nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, será el que lo consiga definitivamente, a través de los estímulos fiscales que prevé aplicar en EEUU en los próximos meses (tan sólo su llegada a la presidencia ha elevado las expectativas de inflación a escala mundial más que cualquier medida de los bancos centrales).

“Tras años de vivir con la amenaza constante de la deflación, parece que finalmente la reflación ha ganado tracción”, afirman los expertos de Swissquote Bank. En su opinión, el papel de los bancos centrales va a quedar relegado a un segundo plano de manera progresiva. Aunque aseguran que la Reserva Federal (Fed) se encuentra en “fase de colisión con la Administración Trump”.

Porque si la economía americana se acelera hasta el objetivo del 4% de Donald Trump, la Fed estará forzada a subir los tipos de interés de manera más rápida. Aunque con las vacantes que quedarán libres en la Fed en los próximos meses, incluido el sillón de Janet Yellen a principios de 2018, Trump tendrá la posibilidad de influir de manera importante sobre el banco central.

Sobre los estímulos fiscales, el Brexit y la victoria de Trump, junto a las recomendaciones del G20 y del FMI, han supuesto la muerte de la austeridad fiscal. “Para estimular el crecimiento, el déficit será como los programas de compras QE de los bancos centrales”, afirma Swissquote.

Tanto Estados Unidos como Reino Unido y Japón prevén aplicar importantes paquetes de estímulos fiscales en los próximos meses. Incluso Alemania se plantea más flexibilidad fiscal a partir de las elecciones del presente ejercicio. “Tenemos dudas importantes sobre el efecto real de estímulos agresivos en esta fase del ciclo. Los estímulos fiscales en los países desarrollados pueden ser una buena estrategia a corto plazo, pero generalmente no elevan la productividad y el crecimiento sostenible a medio plazo”, recelan desde Swissquote.

El gran riesgo es que los estímulos fiscales eleven la inflación muy por encima del objetivo de los bancos centrales, que pueden quedar atrapados tras la curva de rendimientos de los bonos, y pueden verse forzados a subir los intereses mucho más rápido de lo esperado.

CAMBIO DE TERCIO

Aunque en su opinión Donald Trump tendrá sólo un “efecto marginal” en la historia de reflación de Estados Unidos y a escala global, y el mercado ha descontado demasiado rápido las promesas realizadas durante la campaña electoral, el tema de la reflación será uno de los principales referentes para realizar inversiones en 2017.

El buen momento de crecimiento en Asia, la fortaleza del dólar y el liderazgo de Japón y China en el experimento de fabricar inflación otorgan un atractivo especial a las acciones asiáticas

Sobre la renta fija, Swissquote destaca los bonos ligados a la inflación y el rendimiento de la curva de tipos de los bonos americanos, cuya rentabilidad seguirá subiendo si Trump introduce sus estímulos fiscales. También considera atractivos los bonos corporativos frente a la deuda soberana, porque se verán impulsados por mejores beneficios empresariales y menores quiebras.

Y en lo que se refiere a la renta variable, la reflación también beneficiará a las acciones de Estados Unidos y Asia, donde las dinámicas de crecimiento impulsarán los beneficios empresariales. Y aunque las acciones europeas pueden parecer más atractivas que las americanas, el moderado crecimiento que se espera en la zona euro y la incertidumbre política mantendrán a los inversores centrados en Wall Street.

El buen momento de crecimiento en Asia, la fortaleza del dólar y el liderazgo de Japón y China en el experimento reflacionario otorgan un atractivo especial al conjunto de las acciones asiáticas. Sobre Estados Unidos, aunque la valoración del S&P 500 se encuentra en niveles no vistos desde la burbuja tecnológica, la previsión de subida del 10% para los beneficios empresariales implica aún potencial alcista para la bolsa americana. En este escenario, los sectores de energía y banca son los más atractivos.

RENTA VARIABLE, PRINCIPAL APUESTA

Por su parte, los expertos de Danske Bank afirman que la recuperación global y la reflación están ganando importancia en el inicio de año. En su opinión, cada vez hay más señales de una reflación global, como la subida en la inflación de diciembre en la zona euro hasta el 1,1%, la mayor tasa de crecimiento desde julio de 2013.

Las opciones favoritas de Danske Bank son la renta variable americana, la japonesa y la rusa, junto a la de Europa del este

Aunque la subida en la inflación se debe sobre todo a la energía y los alimentos, ya que la inflación subyacente se mantiene en el 0,9%. En este escenario, consideran que el BCE no retirará sus estímulos, ya que durante la segunda mitad de 2017 el efecto temporal de la subida del petróleo se suavizará y las tendencias subyacentes de la inflación todavía son débiles, sobre todo por el elevado desempleo en las economías periféricas.

Sobre dónde invertir, los expertos de este banco afirman que “la gran ganadora de una previsión más fuerte de crecimiento y de inflación ha sido la renta variable”. Aunque señalan que tras el último rally desde que ganó Trump el mercado puede tomarse un respiro y corregir, recomiendan aprovechar "cualquier retroceso" para comprar.

“Esperamos que las bolsas reboten cuando Trump presente sus planes fiscales concretos durante el próximo mes”, afirman. Y añaden que sus opciones favoritas son la renta variable americana, la japonesa y la rusa, junto a la de Europa del este. Por el contrario, son menos partidarios de las acciones de la zona euro, de China y Latinoamérica.

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