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Londres, Reino Unido

El Producto Interior Bruto (PIB) de Reino Unido moderó su crecimiento dos décimas durante el primer trimestre del año hasta situarse en el 1,2%, por debajo del consenso del mercado, que esperaba que el desarrollo de la economía de las islas se mantuviera estable en el 1,4%. Así lo publica la Oficina Nacional de Estadística británica (ONS) este viernes, confirmando los datos preliminares publicados hace un mes.

En este segundo informe, la ONS añade que el PIB británico creció únicamente un 0,1% durante los tres primeros meses del año frente al último trimestre de 2017, el dato más pobre desde principios de 2012. Además, matiza que la peor tasa interanual se debe a un "patrón de desaceleración" impulsado por "industrias orientadas a los consumidores". Así, el sector servicios se expandió tres décimas en el primer trimestre, mientras que la construcción cayó un 2,7% en el mismo periodo, como principales cifras.

Por su parte, el aumento de los salarios (1,6%) impulsó el consumo de las familias un 0,2%, mientras que la inversión empresarial continuó descendiendo un 0,2% por segundo trimestre consecutivo. Un escenario apoyado por el estrecho mercado laboral británico, que continúa arrojando tasas de paro no vistas desde 1975. Por su parte, el PIB per cápita cayó un 0,1% en términos intertrimestrales.

Un enfriamiento de la economía que el gobernador del Banco Central de Inglaterra (BoE), Mark Carney, ha achacado en sus últimas apariciones a "factores temporales" como el clima, cuyo impacto fue "limitado", según la ONS. El instituto justifica esta conclusión mediante un comportamiento dispar de los sectores, algunos perjudicados como la construcción y el sector minorista y otros sacando provecho como el sector energético y el comercio online.

CARNEY DEFIENDE SU ESTRATEGIA

Algo ha cambiado en el BoE desde Enero, los últimos datos no dan la razón a aquellos que clamaban por retirar los estímulos mediante mayores y más rápidas medidas. Desde principios de año, los datos 'macro' publicados no han sido alentadores y han ido retrasando la tan anunciada primera subida de tipos en 2018. Una tardanza que ha mermado la credibilidad de Carney, quien ahora recula tras asegurar un precio del dinero más alto.

En principio iba a ser mayo. Pero no fue. El regulador mantuvo en su última reunión los tipos en el 0,5%, cuando entonces los mercados empezaron a especular con agosto como mes más probable para la consecución de tal medida. Así, el foco se centra en los meses estivales, aunque Carney parece haber comprendido su error y se niega a dar pistas que le jueguen otra mala pasada. Un 'novio en el que no confiar', como citan los economistas británicos, que debe medir sus pasos si quiere que los mercados sigan confiando en él.

"Esperamos que el crecimiento mejore y alcance el 0,4% intertrimestral de abril a junio. La actividad perdida por el mal tiempo debe de volver a aparecer, así como la Boda Real podría empujar el PIB", comenta Howard Archer, Consejero Económico de EY. "El acuerdo por el Brexit debe de ser positivo para la inversión, sin embargo la incertidumbre sobre la futura relación entre Reino Unido y Europa continúa siendo elevada. Además, existe un riesgo para la inversión si la resolución torna problemática", añade.

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