• Un error por precipitación en el cambio de política de la Fed podría ser fatal

China ha sembrado de miedos los mercados de activos de riesgo de todo el mundo. También ha reflejado la dependencia de los mercados hacia los bancos centrales y cómo éstos influyen en las decisiones de inversión.

El gigante asiático está evolucionando de una economía exportadora hacia una basada en el consumo. Pero además lidian con un aumento de la deuda y con el efecto de la volatilidad en los mercados inmobiliarios, de acciones y de divisas.

Así, en un reportaje The Economist recuerda que muchos inversores temen que China sea incapaz de gestionar la transición de la economía con éxito y que pueda haber un efecto dominó hacia otros países como Corea del Sur o Australia. El Banco Popular de China juega un papel crucial en esta dinámica.

Otro experimento ha sido el de los programas de flexibilización cuantitativa (QE) basados en la compra de activos para impedir una presión al alza de los rendimientos de los bonos que provocaba la crisis y que podría haber derivado en una prolongada depresión. No obstante, las autoridades monetarias también han tenido un largo ciclo de tipos de interés en su mínima expresión y esta tendencia está próxima a acabar.

La subida de tipos podría apreciar aún más el dólar, lo que sería un castigo para las exportaciones que han sido las impulsoras de los ingresos de las empresas estadounidenses en los últimos años

La Reserva Federal se debate entre subir los tipos de interés en septiembre o hacerlo a final de año, mientras que el Banco de Inglaterra podría ser el siguiente. Los inversores parecen nerviosos ante la posibilidad de que los bancos centrales subestimen el daño a la economía que puede hacer precipitarse en la normalización de tipos.

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BANCOS CENTRALES SALVADORES

Ya en 1980, recuerda The Economist, Margaret Thatcher, entonces primera ministra de Reino Unido, argumentó que era imposible resistirse al mercado. Pero desde 2008 la premisa de “no se puede confiar en los mercados” es la que predomina. Mientras que los bancos centrales se han convertido en los salvadores de la economía.

Los distintos banqueros centrales han reiterado que el ajuste será gradual para proteger la economía y evitar un impacto fuerte. Asimismo, están preocupados por que la capacidad de los países desarrollados de alcanzar los ritmos de crecimiento anteriores a la crisis aún no sea suficiente.

En Estados Unidos, la subida de tipos podría apreciar aún más el dólar, lo que sería un castigo para las exportaciones que han sido las impulsoras de los ingresos de las empresas estadounidenses en los últimos años. Así, empeoraría la cuenta de resultados de los gigantes de Wall Street y sería un problema para la renta variable.

Una muestra de cómo los bancos centrales han dirigido a las economías en su travesía por la crisis financiera pero, un error de timing en el cambio de política, podría ser fatal y volver al punto de partida.

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