• El banco de inversión espera un default sin ruptura del euro
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La situación de Grecia cada vez es más delicada. El Ejecutivo se Syriza se muestra inamovible en sus líneas rojas, pero necesita un acuerdo para poder evitar un default y hacer frente al pago de 1.600 millones de euros al FMI. El peligro de un “accidente” con Grecia cada vez es mayor, pero esto no tiene por qué significar un Grexit, analizan en Goldman Sachs.

Nuestro escenario base es que no haya acuerdo entre Grecia y sus acreedores en los próximos días”, exponen en Goldman Sachs. De esta forma, los riesgos en torno a la economía helena aumentarían. En el banco de inversión consideran que podría ser necesario un default técnico, una emisión de pagarés o un bloqueo de los depósitos para romper el estancamiento político.

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Nuestro escenario base es que no haya acuerdo entre Grecia y sus acreedores en los próximos días

Los riesgos que rodean a este escenario son asimétricos. A corto plazo, “están sesgados al alza”, lo que refleja la posibilidad de que se hagan concesiones para evitar un default y ganar tiempo. Pero a medio y largo plazo, exitiría la posibilidad de que haya un default, una emisión de bonos o una bloqueo de capitales que precipite una situación caótica y se convierta en inmanejable, con resultados desconocidos, y un Grexit que chocaría contra el escenario base, explican en Goldman Sachs.

La falta de acuerdo de este jueves en el Eurogrupo no debe sorprender. La cumple de líderes europeos prevista para el lunes será vital. Por lo pronto, el Banco Central Europeo (BCE) ha dado un respiro al abrir la ventana de liquidez de emergencia (ELA) para el sector financiero heleno.

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PROYECCIONES

Desde Goldman Sachs insisten en que su escenario base es el de acuerdo entre las partes, ya que “los desacuerdos sobre los detalles técnicos de un nuevo programa de ajuste no son excesivamente grandes”. La mayor diferencia no estaría en la meta de superavit primario, sino en cómo alcanzarla, debido a las líneas rojas marcadas por el Gobierno de Syriza y los acreedores.

El pago pendiente de 1.600 millones al FMI, previsto para el 30 de junio, se junta con las obligaciones con los funcionarios y los jubilados. Además, sin acuerdo el BCE tendrá que revisar el suministro de ELA para evitar un corralito.

Las negociaciones políticas rara vez son completamente racionales, y las interacciones recientes entre Grecia y sus acreedores han sido especialmente díscolas

Si las negociaciones no tienen éxito, el Ejecutivo de Tsipras se colocará en una situación en la que tendrá que retrasar el pago al FMI, pagar a funcionarios y jubilados con pagarés, y seguramente, un bloqueo de depósitos para evitar salidas masivas de los bancos griegos, que serían aún mayores que las actuales.

Esto golpearía a la economía griega y a la estabilidad del sistema financiero heleno, así como a la confianza de la opinión pública en sus gobernantes. Sin embargo, las consecuencias adversas, en especial para trabajadores públicos y pensionistas, obligaría a Syriza a ceder ante Bruselas, y el acuerdo sería posible. “Después de un período de estrés todavía más intenso, creemos que Grecia permanecerá dentro de la zona del euro, incluso si se necesita algún tiempo para reposar los arreglos irregulares que surjan durante la fase compleja”.

La relación de Grecia con el resto de la zona euro y el BCE es muy irregular, pero sin ruptura definitiva del euro y, en última instancia, con un nuevo acuerdo

Las negociaciones políticas rara vez son completamente racionales, y las interacciones recientes entre Grecia y sus acreedores han sido especialmente díscolas”, recuerdan en Goldman Sachs. “El primer ministro griego, Alexis Tsipras, puede tener pocos incentivos para el acuerdo antes de Grecia alcance el precipicio, o incluso después de que suceda”. El argumento es que si acepta el programa de los acreedores, habrá revueltas internas en Syriza y en el propio Gobierno. Sin embargo, cuando se vea la gravedad de las consecuencias de la falta de acuerdo, Tsipras tendrá mayor facilidad desde Grecia para aceptar las condiciones de Bruselas y del FMI.

Así, Goldman Sachs espera un default de Grecia, pero siempre dentro de la zona euro. “La relación de Grecia con el resto de la zona euro y el BCE es muy irregular, pero sin ruptura definitiva del euro y, en última instancia, con un nuevo acuerdo. Los riesgos que rodean este escenario son sesgados al alza en el corto plazo, pero se desplazan a la baja a medida que avanza el tiempo”.

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