La siempre crítica revista The Economist no ha desperdiciado la oportunidad que supone el escándalo de Gowex para arremeter contra España. Dice el semanario que Jenaro García, era un líder elocuente, pero que ya desde el principio de este año despertó las dudas de algunos inversores cuando respondía con reticencias a preguntas concretas sobre las cuentas de la compañía.

El golpe asesino fue el informe de Gotham City”, indica The Economist, que considera que este caso es una de las victorias de una raza relativamente nueva en el mundo empresarial: los detectives de cuentas, pequeñas e independientes firmas de análisis e inversión bien vestidas que se deleitan desenterrando cuentas. Gotham es uno de esos detectives. Vinculada al trader Daniel Yu.


Muddy Waters de Carston Block, que sí visitas las empresas de las que escribe, o Citron Research, de Andrés Izquierdo, toman posiciones negativas en un valor y dan publicidad a sus conclusiones negativas sobre el mismo para que el mercado reaccione y así ganar dinero. Izquierdo, por ejemplo, dice The Economist, se enorgullece de hecho de nunca haber sido demandado por difamación, lo que da idea de que quizá las prácticas de estas firmas, aunque no parezcan éticas, son legales.


El Enron español, Gowex, fue estudiado durante ocho meses por Gotham, como han recordado muchas voces a lo largo de esta semana y “acumuló mucha y mejor información”, dice el semanario británico, de la que utilizaban otros analistas que seguían aconsejando comprar acciones. La declaración de Gotham City tras destaparse el escándalo fue, en palabras de The Economist, “grandilocuente” (“Que a verdad, la justicia -y no la venganza-, y la redención prevalezcan”), pero el medio británico considera que a la vez denota valentía, “porque tomar una posición corta tan abultada en un valor, en un mercado (el MAB) además en aumento”, es valiente.


“Se han dado casos de vendedores en corto que buscan beneficiarse mediante la difusión de falsas alarmas, pero detectar un fraude mejor que los auditores o reguladores”, es cuanto menos sintomático de que algo no marcha bien en el sistema.

M.G.

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