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Análisis Técnico
BANCO SABADELL. ¿Hay diferencia entre aquellos inversores que invirtieron en preferentes y los que compraron pagarés de Rumasa o apostaron en los últimos años por títulos como La Seda de Barcelona, Pescanova, la antigua SOS Cuétara...? Es la cuestión que se plantea tras los últimos acontecimientos el analista técnico de Bolsamanía, José María Rodríguez. Y es que estas compañías, explica este experto, también “han engañado a sus accionistas ocultando información sobre diversas operaciones” y han maquillado sus balances. Así, vemos cómo estas acciones “en poco tiempo se han dejado por el camino casi la totalidad de su valor y acumulan pérdidas superiores todas ellas al 80%-90%. Por no hablar del tiempo que han estado (o están) suspendidas y que impide a sus inversores salir de ellas, aunque sea asumiendo fuertes minusvalías”.

Es cierto, señala Rodríguez, que “muchos” dirán que lo que distingue a los tenedores de preferentes de los que “invierten en bolsa, es que estos segundos saben de alguna manera que el riesgo es mayor, y no les falta razón. Aun así, el inversor que confía en la bolsa espera que CNMV, auditores y otros organismos velen por sus intereses mediante un control estricto y exhaustivo” de las cuentas y las operaciones que llevan a cabo las compañías cotizadas.

Sin embargo, lo ocurrido en los casos más recientes (y por qué no sangrantes) de Bankia o Pescanova ha puesto de manifiesto, cuanto menos, cierta dejación de sus funciones por parte de las autoridades. Tal y como afirma tajante este experto: “Al final, ambos inversores (los que tienen preferentes y los que tienen acciones) terminan perdiendo casi la totalidad de la inversión, con la diferencia de que aquellos que invierten en bolsa no tienen a quién reclamar. Y sí, aunque lo hagan al regulador o se asocien con otros accionistas engañados, la experiencia ha demostrado con creces que no sirve de nada”.

Y mientras los inversores observan cómo desaparece su inversión, los acontecimientos en las distintas compañías que hemos tomado como ejemplo siguen su curso. Así, Expansión informa esta mañana que la banca acreedora de Pescanova ha solicitado como garantía de la última línea de crédito que concederá al grupo, de 55 millones, la propia marca de la compañía. Estas entidades piden también que el juez que la operación cuente con el aval del juez encargado del concurso de acreedores de la compañía.

Por otra parte, Reuters señala, citando fuentes bancarias, que estos acreedores también analizan la posibilidad de convertir parte de la deuda de la compañía en acciones. No obstante, parece que “algunos bancos extranjeros lógicamente no están interesados en capitalizar, ya que quieren irse cuanto antes, mientras que los nacionalizados están atados (por Bruselas)”. En este sentido, los analistas de Banco Sabadell opinan que la opción de convertir deuda en activos y la “desinversión en activos” son las principales opciones a considerar, “sin embargo, todavía hay que determinar el valor real de los activos y para ello es necesaria la presentación de las cuentas anuales 2012 auditadas”.
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