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Banquete de hamburguesas en la Casa BlancaWhite House

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha engordado algunos kilos en el último año y ahora se encuentra en el rango de la obesidad, aunque mantiene una "muy buena salud en general", según los resultados de un examen físico realizado la semana pasada.

"Después de examinar todos los resultados de laboratorio, los exámenes y las recomendaciones de los especialistas, mi diagnóstico es que el presidente se mantiene en un muy buen estado de salud en general", ha señalado este jueves el médico del presidente, Sean Conley, en un comunicado publicado por la Casa Blanca.

El comunicado ha detallado que el presidente, de 72 años, pesa 110,2 kilos, comparado con los 108,4 kilos que pesaba a principios de 2018.

El médico de Trump ha subrayado que el mandatario ha aumentado la dosis de estatina, un medicamento para reducir el colesterol. Según los resultados, el presidente ha reducido considerablemente su colesterol.

Los resultados muestran que Trump se ubica en el rango de obesidad bajo un índice de masa corporal del gobierno ampliamente utilizado que apunta a medir la grasa corporal según la altura y el peso.

Hace poco más de un año, el médico de Trump afirmó que tenía una "excelente salud", pero advirtió al mandatario que debía tratar de perder entre 4,5 y 7 kilogramos a través de una dieta más sana y ejercicio.

Además, el médico ha informado de que Trump no se ha sometido a ningún procedimiento que necesitara sedación o anestesia, por lo que no se ha sometido a ninguna colonoscopia.

Los asesores de Trump han indicado que ahora el republicano come más pescado, pero que aún disfruta de los bistecs --bien cocidos y con ketchup-- y de las patatas fritas preparadas por los chefs de la Casa Blanca y del Trump International Hotel en Washington. El presidente también tiene una documentada inclinación por la comida rápida.

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